Cuando los protestantes no conocen su propia "biblia"

CUANDO LOS PROTESTANTES NO CONOCEN NI SU PROPIA BIBLIA

LOS "CRISTIANOS EVANGÉLICOS" ASEGURAN QUE VENERAR Y ADORAR SON LO MISMO, CUANDO SU PROPIA BIBLIA DICE LO CONTRARIO

Por Jesús Mondragón (Saulo de Tarso)

Como es bien sabido, la Biblia no puede contradecirse y mucho menos enseñarnos a cometer un pecado. De modo que cuando una doctrina contradice a la Biblia, esa doctrina es falsa, así de simple.

Si según los protestantes "venerar" y "adorar" son lo mismo, ¿por qué su propia biblia enseña a venerar a nuestros padres? ¿Será que la Escritura nos enseña a adorar a nuestros progenitores? Y más aún, la Biblia presenta como una persona ejemplar y respetable a Gamaliel, Doctor de la ley, quien fuera maestro del Apóstol San Pablo y dice que el pueblo judío lo veneraba, ¿será entonces que los judíos adoraban a Gamaliel?

Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles. Hechos 5:34 (RV 1960)

Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Hebreos 12:9 (RV 1960)

Este par de textos demuestran que venerar y adorar no son lo mismo. Venerar significa amar y respetar. Adorar significa, reconocer a un ser o cosa como tu dios.

Los protestantes se aferran a decir que son lo mismo, contradiciendo la verdad y a su propia Biblia, el odio irracional a todo lo católico les impide entender que SÓLO A DIOS ADORAMOS Y VENERAMOS A DIOS, A LOS HOMBRES Y A LAS COSAS SAGRADAS, "el que adora forzosamente venera, pero el que venera no necesariamente adora".

En el siguiente texto la biblia Reina-Valera nos enseña a venerar no a una persona viva, sino a una cosa sagrada, un día, el día sábado.

Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras. Isaías 58,18 (RV 1960)

Si venerar y adorar son lo mismo según los protestantes, ¿Entonces Dios enseña a los israelitas a adorar el día sábado o sólo quiere que lo respeten? La respuesta es evidente, si la idolatría es un pecado muy grave, Dios jamás nos pediría pecar.

Santiago 1,13

Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie.

El texto que veremos a continuación se refiere al culto idolátrico de la diosa Diana.

Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Hechos 19,27 (RV 1960)

La Real Academia de la Lengua Española define "venerar" de la siguiente manera.

VENERAR

Sentir y demostrar gran amor y respeto a una cosa o a una persona por su virtud, dignidad, méritos o santidad.

"venera la memoria de sus antepasados; el programa incluía homenajes a músicos venerados por el director"

2.

Rendir culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas.

La definición de la RAE coincide con lo que la biblia Reina-Valera enseña en cuanto a que podemos venerar a las personas (Gamaliel, nuestros padres), a las cosas sagradas (el día sábado) e incluso a Dios, porque como hemos visto, "el que adora forzosamente venera, pero el que venera no necesariamente adora".

Podemos decir que veneramos a Dios, porque lo amamos, lo respetamos, pero la veneración no es equivalente a la adoración, su significado, su alcance es más corto, por eso puede aplicarse a las personas y a las cosas, pero la adoración sólo puede aplicar a Dios.

De modo que, aunque la veneración está incluída en la adoración, la veneración jamás alcanzará a ser adoración. Por lo cual, a la luz de lo que enseña la biblia Reina-Valera, venerar y adorar no son equivalentes.

Por lo ya expuesto, sólo podemos llegar a una conclusión a partir de dos posibilidades:

¿O la Biblia nos miente, o mienten los protestantes?

La respuesta, ya la sabes…

PAX ET BONUM

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