¿TE PELEASTE CON ALGUIEN A QUIEN QUIERES Y NO SABEN CÓMO RECONCILIARSE?
Por Álvaro Molina
Muchas veces nuestras relaciones de pareja, o talvez nuestras relaciones amistosas o de familia, sufren pruebas en las cuales a veces decimos cosas que no debimos decir; o quizás ese día andábamos un tanto sensibles y tomamos algunas palabras a mal y con eso inició una pelea.
No solamente las relaciones de pareja son entre dos. Las de familia o amigos, siempre son de dos, sin importar la cantidad de amigos o familiares que haya. Las peleas que puedan surgir no son la excepción. Siempre habrá dos partes en una pelea. Pero no es la pelea lo importante, sino lo que se puede hacer para reconciliarse.
Imaginen que tuvieron una gran pelea con alguien a quien quieren mucho. Talvez fue por algo grande, o talvez no. Ahora imaginen que esa persona sufre un accidente y muere. ¿Cómo se sentirían? Probablemente haya algún remordimiento o sentimiento de culpa rondando pero, viendo ese escenario hipotético, ¿realmente creen que vale la pena quedarse con ese enojo?
Nuestro idioma español tiene algunas palabras que son un tanto difíciles de pronunciar...
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Triskaidecafobia
Lo siento, me equivoqué
Talvez sientes que fue la otra parte la que falló. Quizás sea verdad, pero lo importante es recordar que también fuiste parte de la pelea, y es posible que hayas dicho cosas hirientes, y por eso tú también tienes que decir «Perdóname. No debí decirte esas cosas.»
Cuando hay amor, ya sea de pareja, de familia o de amigos, la reconciliación siempre está a un «Lo siento» de distancia. La parte más difícil es apagar el fuego del ego, el cual queda ardiendo grandemente después de una pelea. También hay que deshacerse del orgullo, ya que ese estorbo no nos dejará avanzar. Esas son las dos primeras cosas que hay que hacer para entonces estar listo para reconciliarse.
Se dice que las palabras pronunciadas durante una pelea, aunque ofensivas o hirientes, son palabras enteramente sinceras. Pero no siempre es así. En la mayor parte de las ocasiones es el enojo el que habla, y de ahí que muchas de las palabras hirientes son dichas precisamente para causar daño, y no porque realmente eso sea lo que se piense de la otra persona.
Reconciliarse no es fácil. Es como caminar, para avanzar hay que mover las piernas. O sea que reconciliarse es algo que se logra haciéndolo. Ambas partes deben estar anuentes a iniciar la reconciliación y no esperar a que la otra parte sea la que dé el primer paso. El primero en disculparse no será el más débil, sino que será el anfitrión de esa reconciliación. No será vencedor de la pelea el segundo en decir «lo siento», sino que será el invitado de honor en esa reconciliación.
Reconciliarse es importante, en especial cuando vemos hacia atrás y nos damos cuenta de que casi todas las peleas que hemos tenido antes, si es que no todas, han sido por motivos que no valían la pena.
De manera que apaga el fuego del ego, haz el orgullo a un lado, y sé el primero en decir «lo siento, me equivoqué». Después de eso, todo será más sencillo. Y si por alguna razón la otra parte aún no está lista para reconciliarse, ten paciencia. Algunos fuegos son muy grandes, y toman más tiempo para apagarlos. Y algunos orgullos son un tanto grandes y difíciles de mover.
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Talvez sientes que fue la otra parte la que falló. Quizás sea verdad, pero lo importante es recordar que también fuiste parte de la pelea, y es posible que hayas dicho cosas hirientes, y por eso tú también tienes que decir «Perdóname. No debí decirte esas cosas.»
Cuando hay amor, ya sea de pareja, de familia o de amigos, la reconciliación siempre está a un «Lo siento» de distancia. La parte más difícil es apagar el fuego del ego, el cual queda ardiendo grandemente después de una pelea. También hay que deshacerse del orgullo, ya que ese estorbo no nos dejará avanzar. Esas son las dos primeras cosas que hay que hacer para entonces estar listo para reconciliarse.
Se dice que las palabras pronunciadas durante una pelea, aunque ofensivas o hirientes, son palabras enteramente sinceras. Pero no siempre es así. En la mayor parte de las ocasiones es el enojo el que habla, y de ahí que muchas de las palabras hirientes son dichas precisamente para causar daño, y no porque realmente eso sea lo que se piense de la otra persona.
Reconciliarse no es fácil. Es como caminar, para avanzar hay que mover las piernas. O sea que reconciliarse es algo que se logra haciéndolo. Ambas partes deben estar anuentes a iniciar la reconciliación y no esperar a que la otra parte sea la que dé el primer paso. El primero en disculparse no será el más débil, sino que será el anfitrión de esa reconciliación. No será vencedor de la pelea el segundo en decir «lo siento», sino que será el invitado de honor en esa reconciliación.
Reconciliarse es importante, en especial cuando vemos hacia atrás y nos damos cuenta de que casi todas las peleas que hemos tenido antes, si es que no todas, han sido por motivos que no valían la pena.
De manera que apaga el fuego del ego, haz el orgullo a un lado, y sé el primero en decir «lo siento, me equivoqué». Después de eso, todo será más sencillo. Y si por alguna razón la otra parte aún no está lista para reconciliarse, ten paciencia. Algunos fuegos son muy grandes, y toman más tiempo para apagarlos. Y algunos orgullos son un tanto grandes y difíciles de mover.
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