¡NI ISAIAS NI DANIEL, SOLO RUTHERFORD! “EL VERDADERO PROFETA”
Por Víctor Gamboa Delgado
Rutherford “el Juez” que en su momento había dicho que Jesús fue un borracho, en este pequeño comentario nos enseña que ni Isaías, ni Daniel, ni cualquiera de los grandes profetas del Antiguo testamento tuvieron la capacidad tanto intelectual como espiritual para poder entender lo que las santas escrituras revelaban sobre el misterio salvífico de Dios. Solo Rutherford pudo hacerlo, él, el “gran profeta de Dios”, “conocedor de los grandes misterios divinos, solo a él, Dios le revela lo que muy pronto acontecerá, así lo enseña Rutherford en su libro “El arpa de Dios”, impreso en el año 1930, un año antes de empezar a llamarse Testigos de Jehová. En el prefacio “el gran profeta” manifiesta abierta y soberbiamente lo siguiente:
“La gente en general no ha sido debidamente instruida en la Biblia. Aun aquellos que han atendido las Escuelas Dominicales, solamente han aprendido los textos, más no los significados. A semejanza de los profetas de la antigüedad, han oído pero no han entendido. La verdadera razón de ese estado de cosas es la de que el Plan de Dios no podía ser entendido sino hasta el tiempo debido para ser revelado. Ese tiempo ha llegado”.
Meditando este párrafo escrito por el profeta Rutherford bien vale analizar las siguientes preguntas.
1. ¿Cuál es el tiempo debido para que ese mensaje sea revelado?
2. ¿Quién era esa persona justa y digna de recibir tan grande manifestación a la que ni los profetas del Antiguo Testamento tuvieron acceso?
El señor Rutherford nos da la respuesta de una forma pasiva pero al mismo tiempo muy directo, es nada menos que él mismo... y el tiempo adecuado o debido es ese tiempo ósea 1930.
Pero ¿Qué reputación poseía Rutherford como profeta?
Indudablemente que dejaba mucho que desear y para muestra basta un botón, recordemos el famoso caso de Beth-Sarim en san Diego California para el año 1925, cuando el “juez” mencionó muy desacertadamente que para esa fecha vendrían los grandes Profetas Abraham, Isaac y Jacob.
"Podemos confiar que en 1925 regresen de entre los muertos Abrahán, Isaac, Jacob, y los fieles profetas del pasado, particularmente aquellos mencionados por el Apóstol en Hebreos capítulo once, a la condición de la perfección humana." (Millones que ahora viven no morirán jamás), 1920. p.90.)
Si bien es cierto, Rutherford pensó que en el año de 1925 vendrían los patriarcas, no fue sino hasta el año 1929 que se empezó a construir la casa de Beth Sarim y que para 1930 estaría a disposición de los patriarcas.
«Aquellos hombres fieles de antaño podía esperarse que regresaran de entre los muertos en cualquier día a parir de entonces . . . Con esta expectativa la casa en San Diego, California, una casa que ha recibido mucha publicidad con mala intención del enemigo religioso, fue edificada en 1930, y llamada Beth-Sarim, que significa, “Casa de los Príncipes”. Ahora se mantiene en custodia para que la ocupen aquellos príncipes a su vuelta.» )El Nuevo Mundo, ed. 1942, p.104)
Queda claro que aquí el único que no supo entender la revelación divina y que además demostró ser un falso profeta fue el señor Rutherford.
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“La gente en general no ha sido debidamente instruida en la Biblia. Aun aquellos que han atendido las Escuelas Dominicales, solamente han aprendido los textos, más no los significados. A semejanza de los profetas de la antigüedad, han oído pero no han entendido. La verdadera razón de ese estado de cosas es la de que el Plan de Dios no podía ser entendido sino hasta el tiempo debido para ser revelado. Ese tiempo ha llegado”.
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1. ¿Cuál es el tiempo debido para que ese mensaje sea revelado?
2. ¿Quién era esa persona justa y digna de recibir tan grande manifestación a la que ni los profetas del Antiguo Testamento tuvieron acceso?
El señor Rutherford nos da la respuesta de una forma pasiva pero al mismo tiempo muy directo, es nada menos que él mismo... y el tiempo adecuado o debido es ese tiempo ósea 1930.
Pero ¿Qué reputación poseía Rutherford como profeta?
Indudablemente que dejaba mucho que desear y para muestra basta un botón, recordemos el famoso caso de Beth-Sarim en san Diego California para el año 1925, cuando el “juez” mencionó muy desacertadamente que para esa fecha vendrían los grandes Profetas Abraham, Isaac y Jacob.
"Podemos confiar que en 1925 regresen de entre los muertos Abrahán, Isaac, Jacob, y los fieles profetas del pasado, particularmente aquellos mencionados por el Apóstol en Hebreos capítulo once, a la condición de la perfección humana." (Millones que ahora viven no morirán jamás), 1920. p.90.)
Si bien es cierto, Rutherford pensó que en el año de 1925 vendrían los patriarcas, no fue sino hasta el año 1929 que se empezó a construir la casa de Beth Sarim y que para 1930 estaría a disposición de los patriarcas.
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