SOY UN PECADOR
Todos los días me sorprendo haciendo cosas que son auto destructivas y que me hacen una persona inferior. Digo cosas que lastiman a otros, o lastimo a otros no diciendo aquello que debería. Cuando esto sucede, te aseguro que esas palabras y acciones hirientes son consecuencia de aquello que estoy pensando. Son los pensamientos, palabras y acciones que se desvían del orden natural y que me separan de la tranquilidad de saber que estoy contribuyendo positivamente al bien común del universo revelado.
Lo raro es que, muy dentro no quiero pensar, decir y hacer esas cosas. No quiero ser esa persona inferior; quiero ser la mejor versión de mí mismo. Quiero vivir para contribuir con la alegría de los demás, no con su desdicha. En cada momento de mi diario vivir estoy atrapado en una lucha. Me encuentro dividido. No muy distinto a ti, me encuentro viviendo aquello que Pablo describió en su Carta a los Romanos:
"Puesto que no hago el bien que quiero sino que obro el mal que no quiero". (Romanos 7,19)
Soy un pecador y necesito ser salvado. Necesito ser salvado de mí mismo y de mi pecado. Hay muchas personas que me aman profundamente, mi esposa, mis hijos, mis padres, hermanos, colegas, pero ellos no pueden salvarme. Necesito un salvador. El comprender esto claramente es lo que cambia la vida. Esto es lo que me habilita para poder obtener una membresía en la Iglesia Católica.
Jesús no vino por los sanos; vino por los enfermos y fundó la Iglesia para continuar con su trabajo (Marcos 2,17). Soy imperfecto, pero capaz de cambiar y crecer. Todos somos imperfectos, no obstante perfectibles. La Iglesia me acoge en mi debilidad, me consuela en mis limitaciones, se empeña en sanar mi enfermedad y me alimenta hasta sanar completamente, haciéndome pleno otra vez y a lo largo de este proceso, la Iglesia procura aprovechar todos mis esfuerzos y luchas, no sólo para mi propio bien, sino para el bien de la Iglesia entera y por lo tanto, de la humanidad.
Esta es solo una pequeña parte del increíble misterio de la Iglesia.
(Redescubre el Catolicismo)
Si deseas conocer más sobre tu fe católica, visita nuestra página de Facebook.
https://www.facebook.com/defiendetufecatolico/
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"Puesto que no hago el bien que quiero sino que obro el mal que no quiero". (Romanos 7,19)
Soy un pecador y necesito ser salvado. Necesito ser salvado de mí mismo y de mi pecado. Hay muchas personas que me aman profundamente, mi esposa, mis hijos, mis padres, hermanos, colegas, pero ellos no pueden salvarme. Necesito un salvador. El comprender esto claramente es lo que cambia la vida. Esto es lo que me habilita para poder obtener una membresía en la Iglesia Católica.
Jesús no vino por los sanos; vino por los enfermos y fundó la Iglesia para continuar con su trabajo (Marcos 2,17). Soy imperfecto, pero capaz de cambiar y crecer. Todos somos imperfectos, no obstante perfectibles. La Iglesia me acoge en mi debilidad, me consuela en mis limitaciones, se empeña en sanar mi enfermedad y me alimenta hasta sanar completamente, haciéndome pleno otra vez y a lo largo de este proceso, la Iglesia procura aprovechar todos mis esfuerzos y luchas, no sólo para mi propio bien, sino para el bien de la Iglesia entera y por lo tanto, de la humanidad.
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Esta es una pagina con un obscuro muy tenebroso y tétrico. No parece en absoluto que fuese una pagina que ilumine los corazones, ni mucho menos una pagina catolica seria y convincente.
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