¿Es cierto que el amor nos iguala?

Columna dominical

¿ES CIERTO QUE EL AMOR NOS IGUALA?

Por Juan M. Rodea

En lo que tenemos la oportunidad de conocer un poco más a profundidad mi propia #historiadevida para efectos de compartir, me remitiré a compartir una duda que en algún momento se suscitó con mi madre respecto mis dos hermanos: que nos dijera a quién de los tres quería más. Muy poco original su respuesta, pero llena de sabiduría, ¿adivinen a quién se la había copiado?..., ¡nada menos que a mi abuela!, verán, cuando a mi abuela en calidad de viuda el entonces pretendiente de mi madre fue a su casa a pedir su mano, antes de consentir el matrimonio de una de sus hijas dijo a manera de speech a su futuro yerno que los dedos de su mano son diferentes y que a todos los quería de una forma distinta, pero en ninguna medida menos uno que a otro, y lo dijo para destacar las cualidades de la hija que estaba siendo pedida en matrimonio ante la nostalgia de su partida. Son de esas chispas de sabiduría que nos caen en la cabeza y el corazón en forma de semilla, pero que comienzan a crecer, aunque despacio de forma realmente inmediata.

Esto me ayudó a entender mejor el Amor de Dios a medida que fui teniendo mi Encuentro con Él, alguien me dijo que busca un Encuentro personal con cada uno de nosotros, no por méritos y para condicionamiento, sino por ser cada uno de nosotros una versión única de su imagen y semejanza. Este quizás es el concepto de diversidad que realmente hace alusión a un género humano que requiere de las diferencias a pesar de la naturaleza común para poder lograr la complementariedad, de ahí la necesidad de las relaciones y la integración social que son requisitos para la vida humana. Siendo así, una de las diferencias más básicas que nos constituyen después de haber sido creados como seres humanos, es habernos constituídos como hombres o mujeres, y en adelante la correlación entre diferencia y complementariedad va abarcando más ejemplos y así es como la visión cristiana de la persona y la sociedad giran en torno a esa cosmovisión colaborativa tal y como lo expone Fray Nelson Medina en una de sus prédicas que forma parte de un taller para novios:

Vale la pena verlo y de preferencia tomar algunas notas, pues Fray Nelson es un hombre verdaderamente preparado y que relaciona muchos temas con la problemática social propia de la época que estamos viviendo con todos sus desafíos.

A mitad de video más o menos te vas a percatar del juego de palabras que el activismo nos trata de vender para convencernos de que todos deberíamos tener igualdad de derechos, incurriendo en algunas transgresiones al sentido común que más allá de lo aparentemente simpático o políticamente correcto nos llevan muchas veces a corromper valores de convivencia pública básicos como la libertad, y como la libre actuación lleva a la dinámica del comportamiento a través de las decisiones cotidianas que tomamos, si en un momento dado se está descuidando el bien o la integridad de él, la o los implicados en esa decisión, entonces tenemos un problema en la dinámica social, que puede surgir del descuido, o en el peor de los casos, de una intención dolosa de una persona o grupo.

Es por eso que la disensión a veces es un proceso natural: si voy en la acera con mi sobrina de cinco años y la veo que va corriendo y quiere atravesar la calle estando el semáforo en verde, podría tener el reflejo de darle un tirón del brazo para salvarle la vida, y si le dolió lo que hice muy probablemente tenga roces con mi hermana por un presunto maltrato. De la misma forma, si algo es potencialmente nocivo para la sociedad y alguien emite una opinión al respecto, no lo hace con mala intención, antes de cualquier juicio por presuntas palabras de odio, bien haríamos en detenernos para pensar con la cabeza más fría por qué podría esa persona estarnos diciendo algo que nos incomoda.

Si alguien por ejemplo llega a considerar "segregación" el no poder obtener algo que desea a pesar de que sea benéfico para él o alguien más o no, en realidad es potencialmente presa de un malentendido interno que le dificulta ver con claridad por qué se le niega alguna demanda o simplemente se disiente de ella una vez que esta se le otorgó.

Definitivamente no somos iguales, pero si somos idénticos, poseemos una identidad personal y colectiva que en aras de ser preservada requiere revisar nuestro actuar y convivir desde su origen, que en muchas ocasiones nos llevará a asentir frente a elementos que compartimos, pero que nos amerita procurar las medidas necesarias cuando disentimos, porque si es el caso, las razones son igualmente válidas y mediante el diálogo se han de identificar las acciones que realmente nos llevan al bien común y más allá de privilegiar arbitrariamente a una minoría. Por eso es que para que realmente gane el Amor, debe quedarnos claro el concepto de libertad en función a los demás valores y en dicho escrutinio aceptar que la disensión ha de ser necesaria en algún momento, por eso es que como lo dijo el padre Juan Jesús Priego a pesar de que se pueda o quiera interpretar de otra manera: "pensar distinto no es odio", si acaso pensar distinto implicará disentir, y #disentirnoesodiar.

El epílogo: alguna vez lo llegué a plantear una semana completa durante el #afteroffice y creo que es necesario preguntárnoslo en muchas otras situaciones: ¿se puede mandar el amor?

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