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Las 84 preguntas del cardenal Osoro que todo cristiano puede (y debe) responder



El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ya ha publicado su carta pastoral para el curso 2021-2022. Con el título ‘Dame de beber’, el purpurado renueva su llamada a la misión con la invitación a “sentir las voces de tantas personas que pasan a nuestro lado y nos dicen: ‘Dame de beber'”.

Para el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, en el “momento histórico que nos toca vivir, la Iglesia ha de ofertar la vida de Dios” con la Eucaristía “como fuente y paradigma de la espiritualidad de comunión”.

Osoro pide a los cristianos salir al encuentro de cada hombre y mujer “allí donde vive y como está: en su barrio, en su casa, en su trabajo…”. Y hacerlo “llenos de piedad, de empatía, de compasión y de misericordia”.


84 cuestiones “para seguir pensando”

En su misiva, el cardenal va proponiendo una serie de preguntas en cada capítulo. En total, 84 cuestiones “para seguir pensando” a las que todos los cristianos pueden dar respuesta:

1. ¿Te has sentido misionero? ¿Cómo dijiste y a quién: “¿Qué quieres que haga por ti?”?, ¿en tu casa, entre los tuyos, con tus amigos, con tus vecinos, en tu barrio…?

2. ¿Te ofreciste y pudiste decir: “Quiero entrar en tu casa”?

3. ¿Sientes y vives que ser misionero ha de ser la versión de tu vida como cristiano?

4. ¿Animas a otros que viven a tu lado a vivir la fe, ya que dejaron de practicar la vida de fe, no bautizaron a sus hijos o no se casaron por la Iglesia?

5. ¿Muestras con obras que eres discípulo de Cristo y miembro de la Iglesia?

6. A nivel personal, piensa si como cristiano o cristiana tienes el corazón abierto a todas las personas sin distinción.

7. A nivel de comunidad y de grupo, ¿nos presentamos como Iglesia que es Madre de corazón abierto o cerramos las puertas a algunos? ¿Por qué lo hacemos?

8. ¿Sabes mirar nuestra ciudad, nuestros barrios y pueblos con una mirada contemplativa y ver la presencia de Dios que habita en los hogares, en las calles, en las plazas…?

9. ¿Te preguntas alguna vez cómo alcanzar el corazón de quienes viven a nuestro lado a la manera que lo hizo Jesús con la samaritana?

10. ¿Qué vacíos existenciales encuentras entre nuestras gentes: jóvenes, familias, adultos, matrimonios, ancianos?

11. ¿Ofrece la Iglesia esperanza?

12. ¿Qué lugares y espacios ofrecemos para encontrarnos con el Señor? ¿Puedes imaginar nuevos espacios en las nuevas urbanizaciones, en los grandes barrios en construcción?

13. ¿Cómo provocar lo que Jesús suscitó en la samaritana para pedir: “Dame de esa agua”?

14. ¿Qué rostros y qué nombres pondrías al vacío existencial que engendran la falta de fe y la ausencia de Dios?

15. ¿Has leído y meditado la encíclica ‘Lumen fidei’ del papa Francisco?

16. ¿Aceptas sin cuestionar cualquier paradigma, es decir, cualquier teoría para interpretar la realidad?

17. ¿Cuenta Dios mucho en un mundo que desde la técnica y desde la ciencia se intenta explicar todo?

18. ¿Cómo devolver el reconocimiento de la presencia de Dios en este mundo?

19. ¿Qué entiendes por “ecología integral”? ¿Entran todas las dimensiones de la persona?

20. ¿Tienes datos u observaciones que te hagan pensar que el ser humano necesita volver a probar el agua que ofrece Jesucristo?

21. ¿Por qué hoy se aprecia un deseo de recogimiento y de contemplación? ¿Cómo ha de responder la Iglesia a este deseo?

22. ¿Cómo abrirnos a compromisos de servicio y de caridad en nuestra vida, ya sea en la comunidad cristiana o en servicios a la sociedad realizados desde la entrega personal testificada con nuestra vida cristiana?

23. ¿Has leído y meditado la encíclica del papa Francisco ‘Laudato si”?

24. ¿Cómo haces vida la parábola del Buen Samaritano? ¿Qué es lo que más te interpela de la parábola (Lc 10, 25-37)?

25. ¿Ves la necesidad de construir un nosotros?
 ¿Cómo lo haces en tu familia, en tu barrio, en tu trabajo?

26. ¿Ponemos en el centro a Dios para construir la fraternidad o nos ponemos nosotros mismos?

27. ¿Es el amor al prójimo quien mueve nuestra vida en todas las situaciones que vive el otro?

28. ¿Pones en el centro a Dios para construir este mundo o pones otras cosas diferentes?

29. ¿Rezas el padrenuestro para ver las exigencias que tiene el ser hijo de Dios y por ello hermano de todos los hombres?

30. ¿Cómo deseas protagonizar aquí y ahora lo que Jesús hizo con la samaritana?

31. ¿Te has preguntado cómo vives tu vocación al amor?
 ¿Cómo mostrar y hacer presente el amor de Dios aquí y ahora?

32. Hoy se necesitan testigos que muestren el camino de la fe, ¿estás dispuesto a hacerlo?

33. ¿Dónde encuentras la fuerza para anunciar el Evangelio? ¿Qué situaciones hemos de tener en cuenta?

34. ¿Participas en la vida y misión de la Iglesia? ¿Cómo lo haces? ¿Vas solo y por libre o con otros? ¿En tu comunidad funcionan y tienen vida los consejos pastorales?

35. ¿Hay encuentro entre todos los que participamos en alguna misión dentro de la comunidad parroquial? ¿Tenemos algún objetivo común?

36. ¿Te sientes corresponsable en la misión? ¿A través de qué formas vives esa corresponsabilidad?

37. ¿Nos sentimos en la Iglesia compañeros de camino?
 ¿Trabajamos con proyectos concretos en los que participamos en su realización?

38. ¿Vives tu pertenencia eclesial descubriendo en ella que participación y corresponsabilidad forman parte de tu identidad cristiana?

39. ¿Qué cometidos percibes que son prioritarios en la misión? ¿Qué situaciones hay que tener en cuenta?

40. ¿Tienes resistencias para entrar en conversación con quien fuere? ¿Vives sabiendo que todos los hombres son hijos de Dios y que a todos has de servir?

41. ¿Eres capaz de descubrir la sed de amor verdadero que tienen los hombres? ¿Qué manifestaciones y expresiones utilizan los hombres y mujeres de nuestro tiempo donde se manifiesta que hay sed de Vida?

42. La pregunta que más escuchas es “¿qué va a pasar?” o, más bien, “¿qué vamos a hacer?”.

43. ¿En tu vida se proyecta la dinámica del amor que perciben los demás o la dinámica de mis gustos, proyectos personales…?

44. En tus encuentros con las personas, ¿te quedas en lo superficial como la samaritana (“es un judío”), o entras en la profundidad del corazón que tiene sed de Amor?

45. Haz una propuesta concreta en la que se haga un plan para que la comunidad cristiana viva la sinodalidad, es decir, para que salgamos al camino juntos, para que el anuncio del Evangelio sea entre todos, con todos y para todos.

46. ¿Eres capaz de entrar en esa mirada que el Señor nos enseña, que alcanza la profundidad del corazón del ser humano? ¿Cómo lo haces? ¿De qué medios te sirves?

47. ¿Qué lectura creyente haces, aquí y ahora, de los acontecimientos, situaciones, personas, etc.?

48. Si a Dios lo sacamos de la vida, ¿qué visión acabamos teniendo de la misma? ¿Hasta dónde podemos llegar si la observación que hacemos de todo lo que acontece lo vemos y medimos desde nosotros mismos?

49. ¿Haces proyectos y los propones desde tus intereses personales o de grupo o desde toda la Iglesia diocesana? ¿A dónde te lleva esto?

50. ¿Quién puede garantizar las relaciones justas entre los hombres?

51. ¿Qué diferencia existe entre apelar a la dignidad trascendente de la persona humana como imagen visible de Dios o no tenerla en cuenta a la hora de legislar o de hacer proyectos sociales?

52. ¿Qué consecuencias tiene el proceso de secularización y laicización que vivimos? ¿Cómo salimos al paso de este proceso?, ¿con propuestas concretas y realizaciones o con un dolor que nos incapacita para suscitar esperanza?

Mantener una presencia viva de Dios que nos haga formular todo de un modo nuevo requiere creatividad, ¿qué propuestas concretas harías?
Cuando uno recorre las páginas del Evangelio, su corazón descubre que en todos los encuentros, en situaciones diversas, Jesús nos ofrece su Amor, ¿sientes en ti ese Amor? ¿Eres portador del Amor de Dios? ¿Cómo y dónde lo recibes?
La medicina que transforma el corazón del hombre es ese Amor incondicional. Por eso, Jesús nos pide a la Iglesia que se lo ofrezcamos a todas las personas. En nuestro día a día, ¿hacemos realidad este mandato? ¿Cómo y dónde lo entregas? ¿Qué tendrías que mejorar para lograrlo? Cuando otra persona lo hace, ¿la ayudas o le pones dificultades?
El Amor de Dios produce milagros, transforma a la persona y nos llama a regalar lo que hemos recibido: ¿retienes o compartes ese Amor? ¿Cómo y dónde puedes hacer posibles esos milagros?
¿La fidelidad al Evangelio te hace ser valiente y creativo? ¿En qué lo notas y cómo se manifiesta? ¿Qué puedes mejorar en tu comunidad y en tu vida cotidiana?
Nuestra comunidad ha sido rica en propuestas y proyectos. De ellos surgieron muchos carismas y actividades evangelizadoras, ¿conoces alguna que toque tu corazón y el de nuestros hermanos? ¿Qué valoración te merece?
En una ciudad grande, hay soledad en la vida y también en la muerte, ¿percibes que hay sed de Dios? ¿Dónde y por qué? ¿Qué actividades y espacios promoverías para compartir y saciar esa sed?
En tu vida cotidiana, ¿haces del lugar en el que vives, de tu barrio, de tu comunidad un verdadero hogar, donde quien llegue sienta la incondicionalidad de su Amor? ¿Haces que ese hogar sea un espacio en el que mi hermano se sienta confiado, acogido y no juzgado?
¿Con tu modo de vivir contribuyes a crear una cultura de encuentro? ¿Tienes empatía, compasión y misericordia hacia los demás?
¿Cómo te sitúas en tu vida ante los más pobres? ¿Y ante los inmigrantes y refugiados? ¿Y ante los que no piensan como tú o no cumplen tus expectativas? ¿Cómo podemos luchar contra la indiferencia hacia el otro?
Examina tu vida: ¿eres portador de Cristo? ¿Eres consciente de que su Amor es la fuerza que cambia la dirección de la Historia y de tu historia? ¿Tu corazón está dispuesto a experimentar esa transformación?
Solo en el encuentro con Jesucristo cambia la vida. ¿Cómo fue tu encuentro con el Señor? ¿Descubriste la grandeza que da a la vida saberse amado por Dios?
¿Tienes la convicción y la certeza de que Dios cuenta contigo para ofrecer un modo de vivir nuevo? ¿Por qué? ¿Cómo enseñar hoy a nuestros contemporáneos a ponerse en el camino del encuentro con Jesucristo?
¿Cómo es tu oración, tu diálogo con el Señor? ¿Cómo, dónde y cuándo levantas la mirada del corazón hacia el Señor? ¿Lo haces habitualmente con tu comunidad cristiana?
Todos los humanos aspiramos a vivir una vida verdadera que solo encontramos en Jesucristo. ¿De qué manera la vives? ¿A qué compromisos lleva? ¿En qué situaciones se manifiesta?
En tu vida diaria aparecen en lo hondo de tu corazón estas expresiones: “tengo prisa”, “disfruta a tope”, «”el dinero es lo más importante”, “no quiero depender de nadie”, “no soy feliz”, “estoy agobiado”, “no me siento comprendido”, “no me siento amado”… ¿Te has preguntado por qué? ¿De qué tienes lleno el corazón? ¿Qué y a quién buscas para que llene tu vida y el deseo innato que tienes de Amor?
La vida humana está llena de vacíos. ¿Qué puede ofrecer la Iglesia como Madre de todos los hombres para llenar su vida de sentido y del Amor mismo del Señor?
¿Cómo profundizar más en esa vida nueva que se nos regala en el Bautismo y cómo ofrecer esta Vida a los hombres y mujeres de hoy?
¿Somos personas de esperanza? ¿La damos y la ofrecemos? ¿Cómo?
¿Estás convencido de que la Verdad te busca? ¿Descubres y vives que la Verdad es Jesucristo? ¿Qué consecuencias tiene esto en tu vida personal y social?
¿Sitúas tu vida ante el Señor diciéndole: “Dame de esa agua: así no tendré más sed”? ¿Cómo ayudas a situar la vida de los demás ante Jesucristo? ¿Cómo se hace en la comunidad cristiana en la que vives tu fe?
¿En tu parroquia o realidad eclesial hay ayudas concretas para realizar este encuentro con el Señor? ¿Cuáles?
¿Cómo te sitúas ante la Verdad que tiene nombre: Jesucristo? ¿Qué ves? ¿Qué pides? ¿Qué haces?
¿La Verdad que es Jesucristo mueve tu vida y te hace ser misionero?
¿Asistes a los servicios de tu parroquia o tienes compromisos concretos en la vida de tu comunidad cristiana? ¿Cuáles?
¿Eres más libre cuando has abierto la vida a confrontarla con Jesucristo que te sitúa en la verdad de tu vida?
¿Eres valiente y creativo para proponer la persona de Jesucristo como el camino que nos construye como personas y que nos sitúa ante los demás como hermanos?

¿Has descubierto que tu vocación es la Verdad y el Amor? ¿Cómo la vives? ¿Qué camino eliges para vivirla porque sientes que Dios te llama a hacerlo así?

¿Qué proyectos podríamos presentar en nuestra comunidad cristiana para descubrir la persona de Jesucristo?

¿Cómo está funcionado nuestra Cáritas y qué otras iniciativas sociales propondrías?

¿Sabemos proponer que el Amor del Señor es más fuerte que todas las fuerzas de este mundo y que este cambia el corazón y la vida de los hombres? Haz una propuesta alternativa: la escuela del nuevo humanismo o del humanismo verdadero. ¿Qué programa harías en ella? ¿A quién invitarías?

Descubre la Eucaristía, ¿qué te ofrece?, ¿qué te da?, ¿cómo te marca?, ¿hacia dónde te hace salir?

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