Sexo, ¿es bueno o malo? ¿Qué dice la Iglesia?



Casi todas las voces que escuchan los jóvenes en la cultura secular los invitan a experimentar con el sexo. Pero, ¿el sexo es bueno o malo?

La misma educación sexual escolar les proporciona la información para que, desde la adolescencia, los chicos se enrolen en actividad sexual. Les hablan de derechos sexuales y reproductivos, incluso les han dado una cartilla nacional que los promueve; de esa manera los van incitando hacia la promiscuidad.

En este ambiente cultural, la Iglesia con su enseñanza sobre la castidad hasta el matrimonio parece retrógrada. La ética sexual católica se ve como el aguafiestas en medio del desenfreno del mundo. Parece que se cumple aquellas palabras de san Pablo: “llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina” (2Tim 4,3).

¿Qué dice la Iglesia sobre el sexo?

Sin embargo cuando echamos una mirada a nuestro alrededor y vemos las consecuencias de la Revolución sexual de los años 60 en la manera en que los jóvenes viven su vida sexual –con todas las heridas físicas, psicológicas, familiares y espirituales–, nos convencemos, más que nunca, de que la Iglesia debe seguir proclamando el plan de Dios sobre el amor y la sexualidad con valentía, arguyendo, reprendiendo, exhortando, con paciencia incansable y con afán de enseñar (2Tim 4,2).

Enseñar a los adolescentes y jóvenes que antes de casarse vivan una vida sexual activa es un grave error. Pero hay que explicarles por qué. Para entenderlo, primero hay que saber que el sexo es una creación de Dios y, como tal, es bueno. Cuando creó el mundo vio que todo era muy bueno (Gen 1,31), incluido el sexo. Sin embargo el sexo no solamente es bueno sino increíblemente bueno.

Tan bueno es, que Dios hizo el mundo para que fuera poblado con seres humanos, hechos a su imagen y semejanza, llamados por vocación a compartir con ellos la vida eterna en el Cielo. “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla” (Gen 1,28). Si tú y yo somos seres hermosos salidos de las manos de Dios, a quienes Él ama apasionadamente, eso significa que el acto sexual que nos dio origen –el sexo– es querido por Dios y es algo extraordinariamente positivo. Podemos decir que no hay en la tierra una forma de contacto físico con una dignidad tan alta como es el acto conyugal.

Dios pudo hacer que los niños llegaran al mundo por otros medios. Algún pájaro como la cigüeña podía traerlos del cielo, o pudieron haber sido plantados en la tierra y cosechados, pero no fue así. Dios quiso crear otro sistema para que viniéramos al mundo.

Dios  ama a cada vida humana que existe y, para traer esas vidas, se vale de un sistema llamado “familia”, donde el hombre y la mujer se aman y donde comparten sus vidas. ¿Podemos imaginar lo que significa pasar todo el resto de la vida juntos, viviendo bajo el mismo techo, comiendo con la misma vajilla, durmiendo en la misma cama, compartiendo el baño, incluso el tiempo de descanso? Para ser los dos una sola carne se requiere de mucho amor y de una cantidad muy generosa de sacrificio (Mc 10,6-9).

Cuando una pareja se casa por la Iglesia, hacen la promesa de aceptarse mutua y totalmente, de ser fieles uno al otro, en las alegrías y las penas, en la salud y la enfermedad y amarse y respetarse todos los días de su vida. Prometen que nunca se utilizarán como si fueran objetos o cosas, sino que se tratarán como personas que buscan lo mejor uno para el otro; y para toda la vida.

El sacramento del Matrimonio los convierte en una sola persona conyugal (Mt 19,5). Después de la boda, la pareja suele salir a un viaje llamado “luna de miel”, donde se entregan sus cuerpos para manifestar la alianza que sellaron con Dios ante el altar de la iglesia. Este intercambio sexual es una entrega absoluta de la totalidad de sus personas.

Este es el idioma del amor que los jóvenes deben descubrir como algo grandioso. De esa entrega total Dios puede crear una nueva vida humana a su imagen y semejanza (Gen 1,26). Crear seres humanos es uno de los actos predilectos de Dios.

El resultado de este idioma del amor es una familia. La vida familiar existe para que todos sus miembros puedan aprender a amar, a buscar lo mejor para el bien de los demás, y para aprender a entregarse por los otros, aún con sacrificio.

En las familias amamos y somos amados. Las familias se edifican por el amor y se originan en el sexo. Así que no enseñemos a los jóvenes que el sexo es malo sino algo bueno, algo maravilloso. Y por ser tan increíblemente bueno, debe realizarse sólo en el matrimonio y para formar una familia.

Posadas navideñas: ¿cuándo empiezan y por qué son nueve?


Las posadas no son otra cosa que la novena de Navidad, por eso inician 9 días antes. Las posadas navideñas  comienzan el día 16 de diciembre y finalizan el 24.

Las Posadas navideñas son una tradición muy mexicana, cuyo origen se remonta a los primeros misioneros evangelizadores venidos de España a México-Tenochtitlán, principalmente a los misioneros agustinos.

Estos religiosos se establecieron en el pueblo de San Agustín Acolman, en el Estado de México, muy cerca de Teotihuacán, y fue en ese lugar donde se originó la práctica de las Posadas a finales del siglo XVI.

¿Conoces  el origen de las posadas?

Para comprender cómo se establecieron las fechas de las Posadas, es importante conocer primero su origen.

El P. José Luis Fernández Martín, sacerdote de la Arquidiócesis Primada de México, en su libro “La Navidad en México, orígenes y celebraciones“, explica que, antes de la llegada de los españoles, nuestros antepasados celebraban las fiestas en honor de Huitzilopochtli, prácticamente durante todo el mes de diciembre.

“Con la llegada del solsticio de invierno, el pueblo se congregaba en los patios de los templos iluminados por enormes fogatas, atizadas a veces con maderas perfumadas”.

La noche del 24 de diciembre, y al día siguiente, el 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas, donde se obsequiaba comida a los invitados, así como pequeños ídolos elaborados con pasta comestible.

¿Por qué son 9 días y cómo se establecieron?

Fue entonces que a los misioneros agustinos se les ocurrió aprovechar la coincidencia de fechas para introducir la celebración del Nacimiento del hijo de Dios.

Y de esta manera, en lugar de celebrar los días de las fiestas prehispánicas, introdujeron el novenario de José y María.”Es decir, utilizaron para esto la representación del peregrinar de José y María, de Nazaret a Belén, para cumplir con el deber de empadronarse, ordenado por el emperador romano César Augusto”, dice.

Y agrega: “Para celebrar las Posadas se escogieron los últimos nueve días antes del nacimiento del niño Jesús. Por ello, esta representación o petición de posada, comienza el día 16 de diciembre y finaliza el 24, último día de la novena“.

La posada navideña, una perfecta inculturación

En 1587,  el superior del convento de San Agustín de Acolman, fray Diego de Soria, obtuvo del Santo Padre Sixto V la  autorización para celebrar en la Nueva España las Misas llamadas de “aguinaldo”, del 16 al 24 de diciembre, y que se llevaban a cabo en los atrios de las iglesias.

Entre las Misas se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad; asimismo, para hacer más atractivas estas celebraciones, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos. Con el paso del tiempo se fusionó el sistema catequístico franciscano de la piñata.

Posteriormente, de los atrios y patios de las iglesias y conventos, pasaron las Posadas a los barrios y vecindades, en donde se añadió el famoso ponche, bebida típica navideña hecha de frutas.

¿Es correcto bendecir el árbol de Navidad?


Muchas familias acostumbran bendecir su árbol de Navidad al momento de hacer el “encendido”, ya sea a través de una oración o mediante una reflexión en la que se ofrece a Dios este adorno navideño. Pero, ¿es correcto bendecir algo que sabemos que habrá de tirarse? O quizás valga la pregunta: ¿es correcto bendecir cosas desechables?

Sobre este tema, el padre Rogelio Alcántara, especialista en teología dogmática, explica que tradicionalmente hay bendiciones que pueden hacer los laicos, mismas que no son sacramentales en estricto rigor. Como ejemplo de esto, puede ser la bendición de la mesa o la bendición que los papás dan a los hijos.

“Estas bendiciones -señala- no han sido instituidas por la Iglesia y tampoco se encuentran en los libros litúrgicos, a diferencia de otras que sólo puede hacer un ministro ordenado. Es decir, las primeras son propiamente una oración de intercesión, en la que el fiel pide  a Dios se digne a ser el centro de nuestras actividades o de nuestros momentos en familia”.

Puede ser también un sacerdote quien bendiga nuestro árbol de Navidad. “Incluso en el Ritual Romano -explica- viene una oración para “todo” –Benedictio ad Omnia-. Por tanto, no habría ningún problema que un ministro ordenado lo bendijera”.

Finalmente, el padre Rogelio Alcántara señala que, al no tratarse de una bendición sacramental -ya sea que la realice un sacerdote o un laico-, no existe ningún problema en bendecir el árbol de Navidad a sabiendas de que se tirará.

“Lo que se hace, simple y sencillamente es pedir a Dios que tome como suyo ese adorno navideño, y a través de él conceda a la familia el privilegio de poder rendirle un homenaje a Él, que es Creador y Redentor”.

Oración para encender el árbol de Navidad

Señor Jesús, Tú, que eres la alegría de nuestro Padre y la luz de nuestra vida, bendice este árbol navideño que llenos de ilusión hemos adornado luces multicolores. Ayúdanos a que estas luces nos recuerde que somos llamados por ti para iluminar el mundo y llevar tu mensaje de alegría y esperanza en esta sociedad marcada por la tristeza y el desamor. Amén.

La oración que el Papa Francisco nos pide repetir en Adviento


“Ven, Señor Jesús”, esta es la pequeña oración que el Papa Francisco nos recomienda repetir a lo largo de este Adviento, que inicia este 28 de noviembre.

En su mensaje previo al Ángelus, el Papa Francisco habló sobre los cristianos adormecidos, que son cristianos anestesiados por la mundanidad espiritual, “que rezan como papagayos”, que caen en la apatía, explicó. La principal forma de no caer en este vicio es la oración, la cual mantiene encendida la lámpara del corazón.

“La oración despierta el alma del sueño y la centra en lo que importa, en el propósito de la existencia. Incluso en los días más ajetreados, no descuidemos la oración”, dijo el Santo Padre a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.

Su oración para este Adviento

En Adviento, dijo el Papa estemos atentos a la oración, acostumbrémonos a decir, por ejemplo: “Ven, Señor Jesús”.

“Solo eso, pero decirle: ‘Ven, Señor Jesús’. Este tiempo de preparación para Navidad es hermoso: pensemos en el pesebre, pensemos en la Navidad, y digamos con el corazón: ‘Ven, Señor Jesús, ven'”.

“Repitamos esta oración a lo largo del día y el ánimo permanecerá vigilante”.

Jesús nos pide tener ánimo


Al reflexionar sobre el Evangelio de la Liturgia de hoy, primer domingo de Adviento, que nos habla de la venida del Señor al final de los tiempos, Jesús anuncia acontecimientos desoladores y tribulaciones, pero nos invita a no tener miedo. Dice así: “Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación” (Lc 21,28).

“Es bueno escuchar esta palabra de aliento: animarse y alzar la cabeza, porque precisamente en los momentos en que todo parece acabado, el Señor viene a salvarnos; esperarlo con alegría incluso en medio de las tribulaciones, en las crisis de la vida y en los dramas de la historia”

Jesús nos pide estar atentos, recordó el Papa.

“Estén atentos”, la vigilancia. Detengámonos en este importante aspecto de la vida cristiana. De las palabras de Cristo observamos que la vigilancia está ligada a la atención: estén atentos, vigilen, no se distraigan, es decir, ¡estén despiertos! La vigilancia significa esto: no permitas que tu corazón se vuelva perezoso y que tu vida espiritual se ablande en la mediocridad”.

No seas un cristiano adormecido


El Santo Padre advirtió que hay tantos cristianos adormecidos.

“Cristianos anestesiados por la mundanidad espiritual— cristianos sin ímpetu espiritual, sin ardor en la oración, que rezan como papagayos, sin entusiasmo por la misión, sin pasión por el Evangelio. Cristianos que miran siempre hacia adentro, incapaces de mirar el horizonte. Y esto nos lleva a ‘dormitar’: a seguir con las cosas por inercia, a caer en la apatía, indiferentes a todo menos a lo que nos resulta cómodo. Y esta es una vida triste, andar así… no hay felicidad allí”.

El Papa Francisco explicó que necesitamos estar atentos para no arrastrar nuestros días a la costumbre, para no ser agobiados —dice Jesús— por las cargas de la vida (cf. v. 34).

En primer lugar pregúntate, ¿qué pesa en tu corazón?

Los afanes de la vida nos pesan. Hoy, pues, es una buena oportunidad para preguntarnos: ¿Qué pesa en mi corazón?

¿Qué es lo que pesa en mi espíritu?

¿Qué me hace sentarme en el sillón de la pereza?

¿Hay vicios que tengo que dejar porque me paralizan y me impiden alzar la cabeza?

Y con respecto a las cargas que pesan sobre los hombros de los hermanos, ¿estoy atento o soy indiferente?

“Estas preguntas nos hacen bien, porque ayudan a guardar el corazón de la acedia. Pero, padre, ¿qué es la acedia? Es un gran enemigo de la vida espiritual, también de la vida cristiana. La acedia es esa pereza que nos sume, que nos hace resbalar, en la tristeza, que nos quita la alegría de vivir y las ganas de hacer”.

“El Libro de los Proverbios dice: “Guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Pr 4,23). Guarda tu corazón: ¡eso significa estar atento, vigilar, estar atento! Estén atentos, guarda tu corazón”.

Haz oración para despertar tu corazón

Asimismo, para guardar nuestro corazón el Papa Francisco recordó que el gran secreto es la oración.

“Jesús dice: “Estén atentos orando en todo momento” (Lc 21,36). Es la oración la que mantiene encendida la lámpara del corazón. Especialmente cuando sentimos que nuestro entusiasmo se enfría, la oración lo reaviva, porque nos devuelve a Dios, al centro de las cosas”.

Su corazón con los migrantes

En su mensaje posterior al rezo del Ángelus, el Papa Francisco habló sobre los pesares que viven los migrantes en el mundo.

“Cuántos migrantes están expuestos, incluso en estos días, a peligros muy graves, y cuántos pierden la vida en nuestras fronteras. Me duelen las noticias de la situación en la que se encuentran tantos de ellos”.

“A los migrantes que se encuentran en estas situaciones de crisis les aseguro mi oración, y también mi corazón: sepan que estoy cerca de ustedes. Rezar y obrar. Doy las gracias a todas las instituciones, tanto de la Iglesia Católica como de otros lugares, especialmente a las agencias nacionales de Cáritas y a todos los que se comprometen a aliviar su sufrimiento”.

El Santo Padre renovó su llamado a autoridades civiles y militares en el mundo para encontrar soluciones que respeten la humanidad de estas personas. Pensemos en los migrantes, en su sufrimiento, y recemos en silencio, pidió.

Oración para bendecir la Corona de Adviento


Cada año, el primer Domingo de Adviento, muchos fieles acuden al templo para bendecir su Corona de Adviento y encender la primera vela. Sin embargo, hay muchos otros que por diversas circunstancias, no pueden acudir a esta bendición, y entonces es necesario contar con una oración para bendecir la Corona de Adviento.

¿Es válido que un laico bendiga su Corona de Adviento?

Al igual que pasa con la bendición del árbol de la Navidad, sobre este tema, el padre Rogelio Alcántara, responsable de la Doctrina de la Fe la Arquidiócesis Primada de México, explica que tradicionalmente hay bendiciones que pueden hacer los laicos, mismas que no son sacramentales en estricto sentido, como puede ser la bendición de la mesa o la bendición que los papás dan a los hijos.

“Estas bendiciones -señala el sacerdote- no han sido instituidas por la Iglesia y tampoco se encuentran en los libros litúrgicos, a diferencia de otras que sólo puede hacer un ministro ordenado. Es decir, las primeras son propiamente una oración de intercesión, en la que el fiel pide a Dios se digne a ser el centro de nuestras actividades o de nuestros momentos en familia”.

A continuación te ofrecemos una guía/ritual para realizar la bendición de la Corona de Adviento en caso de que no puedas o no pudiste ir a la iglesia para que el sacerdote la bendijera:

Tres pasos para bendecir la corona:


1. Reúnanse en familia y repasen el sentido de la Corona de Adviento. Da clic en la palabra ARTÍCULO para conocer más sobre esta herramienta catequética.

2. Bendigan la corona de Adviento con la oración que proponemos a continuación. Puedes seguir el video que aparece al final del artículo.

3. Se enciende la primera vela de la Corona de Adviento con el ritual que te proponemos:

Canto: Pueden cantar un villancico o poner una grabación y tratar de seguirla todos juntos.

Jefe de la casa: En esta familia amamos al Niño Jesús y por eso queremos prepararnos debidamente a su santo nacimiento. Que este momento de oración que hacemos en familia nos ayude a tener nuestro corazón mejor dispuesto para que Jesús nazca en nuestros corazones en esta Navidad.

(En  seguida  uno  de  los  miembros  de  la  familia  enciende solemnemente  la  vela  correspondiente,  de  tal  forma  que  cada domingo se encienda una nueva vela que se unirá a la luz de las demás que se han encendido)

Aclamación: ¡Ven, ven, Señor, no tardes!

Todos: ¡Ven, ven, que te esperamos!

(Aplausos)

Lectura: En seguida otros miembro de la familia lee una lectura del Evangelio:

Primer domingo de Adviento: Marcos: 13,33-37
Segundo domingo: Marcos 1, 1-8.
Tercer domingo: Juan 1, 6-8. 19-28.
Cuarto domingo: Lucas 1, 26-38.
(Si no tienen Biblia pueden leer la lectura del Evangelio de la hoja dominical que se reparte en las Iglesias)

Reflexión: Conviene hacer algún comentario a la lectura y que, a la luz del Evangelio, busquen juntos lo que Dios les pide como familia.

Oración

Señor Jesús, te rogamos que bendigas esta Corona de Adviento para que, durante este tiempo de preparación a la Navidad, sea un signo que nos recuerde permanentemente tu venida, y así nos preparemos espiritualmente para el encuentro definitivo contigo. Que nuestras obras de misericordia sean la forma de esperarte. Amén.

El Vaticano rezará el Santo Rosario en honor a la Virgen de Guadalupe


La Pontificia Comisión para América Latina anunció que el próximo domingo 12 de diciembre, a las 10:00 de la mañana, Nuestra Señora de Guadalupe tendrá una celebración muy especial en El Vaticano, con el rezo del Santo Rosario desde la Plaza de San Pedro.

“Con gozo evangélico, caminando con toda la Iglesia, les compartimos que el Papa Francisco acogió la propuesta de la Pontificia Comisión para América Latina de celebrar la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de toda América y las Filipinas, el domingo 12 de diciembre en la Plaza de San Pedro”, anunció la Comisión.

En un comunicado, el organismo presidido por el Cardenal Marc Ouellet, explicó que el Rosario será un momento de oración y canto, en el que cada decena será rezada por representantes de distintos pueblos y culturas.

“Toda la Iglesia Católica en el mundo –agrega-, atentos a los clamores de los descartados a las periferias existenciales, conmovidos por las víctimas de las pandemias que profundizó el Covid-19, ante la mirada firme y viva que nos acoge diciéndonos: ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?”.

El Santo Rosario culminará con una oración a cargo del Cardenal Ouellet, que dará paso al rezo del Ángelus, presidido por el Papa Francisco.

Por la tarde, se espera la celebración de la Santa Misa, presidida por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro.

Oraciones de Adviento: una para cada domingo


El Adviento es un tiempo de preparación para la gran fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Durante este tiempo, que abarca cuatro domingos, los fieles se preparan espiritualmente para esperar, junto con la Santísima Virgen María, la llegada de su Hijo Jesucristo, el Salvador. En este artículo te ofrecemos cuatro oraciones para cada uno de los cuatro domingos del Adviento:

Oración para el 1er. Domingo de Adviento

Señor Jesús, en este tiempo de Adviento te rogamos que nos concedas un corazón vigilante, lleno de esperanza y amor por tu venida. Inflama nuestros corazones Espíritu Santo, para que llenos de valentía, permanezcamos alertas y volcados en amor hacia nuestro prójimo, esperando tu llegada. Amén.

Oración para el 2do. Domingo de Adviento

Padre bueno, concédenos poder preparar el camino del Señor y enderezar las sendas de nuestras vidas. Permítenos ser tierra buena, por la que pueda caminar a sus anchas tu Hijo amado. Danos un corazón que escuche tu Palabra para poder convertirnos. No somos dignos de que Jesús nos habite, pero tú puedes convertirnos en un hogar cálido y limpio para Él. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesús, en el poder del Espíritu Santo. Amén.

Oración para el 3er. Domingo de Adviento

Señor Jesús, con humildad de pedimos que nos capacites para ser fieles testigos de ti, que eres la Luz. Danos la fuerza de tu Espíritu, para que amando como tú, entregando la vida en servicio, perdonando setenta veces siete, amando al que nos ofende, yendo por el mundo derramando misericordia sin límite, glorifiquemos a nuestro Padre y seamos invitación viviente para seguirte. Amén.

Oración para el 4to. Domingo de Adviento

Amado Padre, con el corazón contrito y humillado, te rogamos nos concedas el poder dar a luz a tu Hijo amado en medio del mundo. Que así como nuestra santa Madre María te dijo ¡Sí, hágase en mí tu Palabra!, podamos hacerlo y llevar a nuestro Señor a todos los rincones de nuestro mundo personal, a todas las relaciones y ámbitos. Llénanos de gracia, consuélanos con tu presencia y destierra el miedo que nos impide abrazar sin límites el Evangelio. Amén.

Oración al Sagrado Corazón para Matrimonios en problemas





Esta es una oración al Sagrado Corazón de Jesús para Matrimonios que pasan por momentos complicados, encomienden su unión a Él, pues sin duda en estos tiempos de confinamiento la pareja y la familia han experimentado muchas pruebas, tanto de paciencia como de convivencia.

El Papa Francisco ha dicho que: “El matrimonio es un símbolo de vida, de la vida real, ¡no es una ficción! Es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no… porque de ser así no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo pero ¡esa es la vida!”.

Oración para encomendar el Matrimonio al Sagrado Corazón de Jesús

Te encomendamos nuestro matrimonio,
que en esta pandemia pasa por una dura prueba.

Tú que nos destinaste
a amarnos
y a unirnos para siempre,
renueva en nosotros
la gracia sacramental;
reenciende con Tu fuego
nuestro amor.


Líbranos de la violencia,
la desesperanza y el temor.

Haz nuestro corazón
manso y humilde,
semejante al Tuyo.

Enséñanos a ayudarnos,
comprendernos, perdonarnos.

Que Tu Palabra nos guíe,
que en Tu cruz nos apoyemos,
bajo Tu luz caminemos,
y con el ejemplo e intercesión
de Tu Sagrada Familia
continuemos juntos y amándonos
en la fe, la esperanza y la alegría.

Discusiones en el Matrimonio: Lo creas o no pueden ser útiles


Las discusiones en el Matrimonio y los desacuerdos son comunes en las relaciones humanas. Aunque parezca lo contrario, en la relación de pareja estas desavenencias pueden ser un vínculo para conectarse con el compañero o compañera de vida.

Y es que, a decir de la psicoterapeuta Marcia Gómez, especialista en terapia de familia y pareja, las peleas o discusiones en el Matrimonio son importantes herramientas, si se saben aprovechar.

Lo primero es discutir sin ofender

“El problema no es discutir, lo grave surge cuando en esa pelea alguno de los dos o ambos utilizan ofensas, críticas y desprecio, para expresar su desacuerdo”, dijo la experta durante la plática Estamos enojados… ¡otra vez!, ¿qué hacemos y qué debemos hacer?

Marcía Gómez ofreció esta charla durante el retiro virtual Reconectando 2.0, de la Asociación Familia Unida Internacional, ahí destacó varios pasos para procesar una pelea o una discusión de un tema que no terminó bien:

Darse un tiempo fuera

Al calor de la discusión es imposible llegar a acuerdos. Es preferible dejar pasar unos 20 minutos para calmarse.

Expresar sentimientos


Al estar más tranquilos, cada uno puede compartir cómo se sintió. ‘Yo me sentí frustrado’, ‘no valorado’, ‘acusado’. Eviten a toda costa hacer comentarios o suposiciones sobre los sentimientos de su pareja.

Expongan su propia versión de los hechos

Por turnos describan cada uno su percepción de lo que ocurrió, sin atacar o acuar, y luego escuchen a la otra parte. Por ejemplo, digan: ‘Yo escuché que tú dijiste’ en vez de ‘tú dijiste’.

De sentir empatía por alguna parte de la versión del otro, pueden mostrarla, por ejemplo: “Puedo ver lo que te hizo sentir mal”.

Detonantes del conflicto

¿Por qué cada uno se enojó? Compartan si tienen experiencias o recuerdos que podrían haber intensificado la interacción en este conflicto.

¿Hay momentos en su infancia en los que sintieron algo similar? Compartan sus historias con el propósito de que sean más sensibles a la vulnerabilidad del otro.

Asumir responsabilidad y disculparse

Cada uno reconozca cómo contribuyó a la pelea o incidente, y pidan una disculpa, por ejemplo, ‘disculpa, yo respondí exageradamente’, ‘no te escuché’, ‘no fui respetuoso’, hasta ‘lo que hice es inaceptable’.

Planes constructivos.

Planeen juntos una forma de manejar los conflictos, cada uno puede responder a dos preguntas: ¿qué podría hacer mejor yo?, ¿qué podría hacer mejor mi pareja?

3 oraciones cortas que el Papa Francisco nos invita a rezar diario

 

El Papa Francisco ha asegurado que la oración continua es como respirar: toma ritmo poco a poco y se extiende durante toda la jornada.

“La respiración –dijo el Papa- no cesa nunca, ni siquiera mientras dormimos; y la oración es la respiración de la vida”.

Por ello, el Santo Padre ha propuesto a los fieles 3 oraciones sencillas que podemos repetir desde que nos levantamos hasta la hora de dormir:

¡Señor Jesucristo, ¡Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador!

“Señor, ten piedad de nosotros”.

“Señor, ayúdame”.

El Papa Francisco comparó la oración con un “pentagrama musical, donde nosotros colocamos la melodía de nuestra vida”.

“No es contraria a la laboriosidad cotidiana, no entra en contradicción con las muchas pequeñas obligaciones y encuentros, si acaso es el lugar donde toda acción encuentra su sentido, su porqué y su paz”.

La oración no está peleada con nuestras actividades

El Papa aseguró que estas oraciones sencillas son importantes por ejemplo, en la vida de un padre y una madre, con mil ocupaciones, que no encuentran en su vida largos momentos de paz para la oración.

“Pueden sentir nostalgia por un periodo de su vida en el que era fácil encontrar tiempos cadenciosos y espacios de oración. Después, los hijos, el trabajo, los quehaceres de la vida familiar, los padres que se vuelven ancianos”.

“Se tiene la impresión de no conseguir nunca llegar a la cima de todo. Entonces hace bien pensar que Dios, nuestro Padre, que debe ocuparse de todo el universo, se acuerda siempre de cada uno de nosotros. Por tanto, ¡también nosotros debemos acordarnos de Él!”.

“Los tiempos dedicados a estar con Dios avivan la fe, la cual nos ayuda en la concreción de la vida, y la fe, a su vez, alimenta la oración, sin interrupción”.

¿Existen los fantasmas?, y si es así ¿qué son?


Cuando hablamos del misterioso mundo de las criaturas espirituales, es bueno examinar el popular tema de los "fantasmas", ¿qué son?, ¿ángeles, demonios, almas del purgatorio, otro tipo de criatura espiritual?, ¿realmente existen?, ¿o son una superstición tonta?

Los fantasmas son muy populares y son el tema de numerosas películas y programas de televisión. Incluso hay "cazadores de fantasmas" o "Ghost Busters", como se llaman a sí mismos, que se ganan la vida buscando casas encantadas y tratando de encontrar un verdadero “fantasma” que habite en ellas.

Mientras que la Iglesia no enseña oficialmente nada en lo que respecta a la concepción moderna de fantasmas, podemos deducir fácilmente lo que son:

(Como aclaración, estoy tratando principalmente con la definición moderna y popular de fantasma. Estos "fantasmas" se encuentran con más frecuencia en las películas de terror o en programas de televisión por cable. No clasifico a las almas del purgatorio como "fantasmas" en el sentido moderno de la palabra.)

1.- Los ángeles de Dios no infunden terror

En primer lugar, los reportes acerca de fantasmas siempre giran en torno a algo que asusta un individuo. Puede ser un objeto en movimiento o una casa embrujada. A veces reportan una figura que alguien vio que le asustó. A menudo, la persona que cree que ve un fantasma sólo capta un destello o sombra y la experiencia le produce escalofríos ¿Un ángel haría eso?

Los ángeles no aparecen de una manera aterradora. En la Biblia podemos ver que cada vez que un ángel se le aparece a alguien, la persona puede tener miedo al principio, pero luego el ángel habla y le invita a no temer. El ángel sólo aparece para dar un mensaje específico de estímulo y para ayudar a una persona en particular a acercarse a Dios.

De igual manera, un ángel no trata de engañar y no acecha en las esquinas, tratando de esconderse de alguien. Su misión es muy específica y muchas veces ayudan a las personas sin que ni siquiera sepamos que se trataba de un ángel.

2.- Los demonios buscan engañarnos

En segundo lugar, los ángeles no mueven los objetos en una habitación para asustarnos. Por el contrario, los demonios quieren hacer exactamente eso: asustarnos. Los demonios nos quieren mantener engañados en la creencia de que ellos son más poderosos y quieren asustarnos y someternos. Es una vieja táctica. El diablo quiere apartarnos lejos de Dios y quiere que sintamos fascinación con lo demoníaco.

Él quiere que le sirvamos, y nos asusta esperando que tengamos tanto miedo como para hacer su voluntad y no la voluntad de Dios. De la misma manera que los ángeles pueden ponerse un "disfraz" para no asustarnos (apareciendo a menudo como seres humanos ordinarios) los demonios pueden hacer lo mismo, con la excepción de que sus intenciones son muy diferentes. Los demonios pueden aparecer como un gato negro o figura "parecida a un fantasma" para intimidarnos.

Lo más probable es que si alguien ve un fantasma o si está involucrado con la "cacería de fantasmas", lo que ha visto en realidad es un demonio.

3.- Almas del purgatorio

La última opción de lo que podría ser un fantasma es un alma en el purgatorio, alguien que vive su proceso de purificación antes de entrar al Cielo.

Las almas del purgatorio pueden visitar a las personas en la tierra, pero por lo general es para pedir oraciones o para agradecer a alguien por sus oraciones.

Los santos han dado testimonio a través de los siglos de haber visto a las almas del purgatorio, pero estas almas buscan siempre las oraciones de aquellos a quienes se le aparecen y luego agradecen al santo cuando son admitidas en el Cielo. Las almas del purgatorio tienen un propósito cuando aparecen y no buscan asustar o intimidar.

En resumen, ¿existen los fantasmas? Sí.

Sin embargo, no son “Gasparín el Fantasma amigable”. Son demonios que quieren que vivamos una vida de miedo y que eventualmente nos sometamos a ellos.

¿Debemos temer? No.

Mientras que los demonios pueden hacer todo un show, mover objetos alrededor de la habitación y aparecer ante nosotros de una manera aterradora, sólo tienen poder sobre nosotros si se lo permitimos. Cristo es infinitamente más poderoso y los demonios huyen ante el nombre de Jesús.

No sólo eso, todos tenemos un ángel guardián que siempre está a nuestro lado para protegernos de los enemigos espirituales. Nuestro ángel de la guarda puede defendernos de los ataques de los demonios, pero sólo lo hará si le pedimos su ayuda.

Un obispo explica por qué cree que la vacuna contra el Covid debería ser obligatoria


El obispo de Dresde, Heinrich Timmerevers, considera que la vacunación contra el Covid-19 debería ser obligatoria Y lo ha explicado en una entrevista con el Dresdner Neuesten Nachrichten, recogida por Katholisch: “Veo que en este momento el estado todavía está intentando, con los medios moderados de convicción, dejar la responsabilidad al individuo. Considero ético y justificable introducir las vacunas obligatorias”.

Y es que, para Timmerevers, que actualmente reside en una de las zonas de Alemania con mayor incidencia del virus (960 personas por cada 100.000 habitantes), “que la propia libertad se defina al precio de poner en peligro a los demás, destruye nuestro sistema social de solidaridad y es egoísmo para las necesidades de los demás”.

Corresponsables

La pandemia es una “prueba de carácter”, enfatizó Timmerevers. “Me gustaría que las personas que aún no han sido vacunadas estén dispuestas a repensar su actitud y a que se vacunen por responsabilidad para con los demás y la sociedad. Y espero que las que ya han sido vacunadas no miren con desprecio otros, pero anímelos a pensar juntos en la libertad y la responsabilidad”, añadió.

Timmerevers es uno más de los obispos alemanes que, desde la semana pasada, se encuentran haciendo campaña a favor de la vacunación contra el coronavirus. “Vacunarse contra el coronavirus es una obligación moral para todos, a menos que existan razones de salud en su contra”, dijo el obispo de Osnabrück, Franz-Josef Bode. “No solo somos responsables de nosotros mismos, sino también de nuestros vecinos”, apuntaba el obispo de Eichstatt, Gregor Maria Hanke.

¿Qué significa recibir de Dios el ciento por uno?

 


¿Qué significa recibir de Dios el ciento por uno?

Pienso que para comprender la aparente contrariedad entre el llamado al desprendimiento que Jesús hizo al hombre rico: “ve, vende todo lo que tienes, repártelo entre los pobres, así tendrás un tesoro en el Cielo y luego ven y sígueme”. Y por otra parte la promesa de: “Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecución, y en el otro mundo, la vida eterna”, es necesario recordar el primero de todos los mandamientos de la Ley de Moisés, que reza: “amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas, con toda tu mente, con todas tus fuerzas…” (cfr. Dt 6,5; Ex 20,2-6).

Si miramos con detenimiento el llamado que hace Jesús al hombre rico es a no darle su corazón en primer lugar a sus riquezas. El corazón se debe entregar en primer lugar a Dios.

Jesús propone un desapego inteligente, repartir el tesoro de este mundo para tener un tesoro en el cielo. Si una caracteristica ha definido al cristianismo a lo largo de la historia es que la relación con las cosas y el mundo ha sido muy libre y responsable. Los bienes son un don que Dios nos ha dado para administrarlos, Jesús promete una proporción de ciento por uno, así como habló de la mejor proporción de fructificación en las parábolas del Reino de los cielos (Mt 13,8).

Ciento por uno en la retribución para la persona que sabe renunciar a las propiedades, cosas o personas. El gran problema no radica en la cantidad de cosas que se posean, sino en que la persona entrega toda su afectividad a ellas. Quien primero se encarga de entregar su corazón a Jesús y su Evangelio, será capaz de poseer correctamente las cosas.

Un proverbio chino retomado por el autor cristiano Emmanuel Mounier, dice “uno es capaz de tener lo que es capaz de perder. Porque si hay algo que uno no sea capaz de perder, entonces aquello lo tiene a uno”. La codicia es una forma de idolatría, cumplir con el primer mandamiento de la Ley de Dios nos potencia para administrar correctamente los bienes materiales.

Por: Monseñor Salvador Martínez.

23 de noviembre: El Padre Pro, un mártir que busca la canonización

 


En el templo de la Sagrada Familia, en la colonia Roma, de la Ciudad de México, yacen los restos del beato Miguel Agustín Pro, conocido con cariño como el Padre Pro, uno de los mártires de la llamada Guerra Cristera (1926-1929)

Cada 23 de noviembre, la Iglesia Católica celebra su memoria.


El fusilamiento del padre Miguel Agustín Pro ha sido visto por algunos historiadores como un posible acto del gobierno del presidente Elías Calles para poner fin a la Guerra Cristera, sin embargo, más bien fue un acto que ocasionó indignación.

Las crónicas recuerdan que más de 30 mil personas asistieron a su funeral y la comitiva fúnebre estuvo compuesta por más de 500 automóviles, por lo que lejos de amedrentar a los fieles, los alentó a aferrarse a su fe.

Su proceso de canonización no ha prosperado

El padre Pro es el más conocido de todos los mártires de aquella época, no obstante, su proceso de canonización no ha prosperado, entre otras cosas, por circunstancias marcadas por errores y accidentes de información.

La serie de testimonios sobre la fama de santidad del Padre Pro se han acumulado durante varios años. El primero data de 1930; cuando era postulador de esta causa de canonización el padre José Camarena. A este sacerdote acudieron personas que afirmaban haber recibido favores de Dios por intercesión del hasta ahora beato.

“Existen testimonios de incontables milagros del orden moral, esto es, que han servido para la transformación de la vida de la gente, pero la Santa Sede requiere de un milagro de orden físico para que no haya duda de la intervención divina en él, y para que pueda ser catalogado como la firma plausible de Dios que verifique la santidad de la persona”, decía.

“Hay un milagro documentado, certificado por tres médicos, a propósito de una intervención divina en Torreón, Coahuila. El expediente se envió a Roma en valija diplomática, a través del entonces Delegado Apostólico en México, pero la documentación jamás llegó a las oficinas vaticanas. Al paso de los años, cuando el mismo expediente se decidió enviar a la Santa Sede, uno de los médicos que habían avalado el presunto milagro se retractó, de modo que se tuvo que empezar de cero”, explicaba.

Las anteriores han sido solo algunos de los problemas para que su proceso de canonización avance.

San Juan Pablo II lo declaró beato en 1988

La vida y el martirio del Padre Pro está lo suficientemente documentada como para que san Juan Pablo II lo haya declarado beato el 25 de septiembre de 1988. Existe testimonio de que perdonó a sus verdugos y que al tiempo que recibió la descarga del pelotón gritó: ¡Viva Cristo Rey!

Su ejecución realizada por odio a la Iglesia no dejó dudas de su martirio, por ello, el proceso de beatificación fue iniciado poco después de su muerte.

Cada año sus devotos peregrinan en la Ciudad de México

Como una tradición cada 23 de noviembre, en el aniversario de su muerte, decenas de fieles realicen una peregrinación que va desde el actual edificio de la Lotería Nacional -lugar en que fue fusilado- hasta el templo de la Sagrada Familia, en que se encuentran sus restos.

La peregrinación realiza escalas en varias capillas temporales, así como en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Reina de la Paz, en donde también estuvo el Padre Pro.

Miguel Agustín Pro Juárez nació el 13 de enero de 1891, en Guadalupe, Zacatecas; a los 20 años ingresó a la Compañía de Jesús, en Zamora Michoacán. Hizo sus votos el 15 de agosto de 1913, y fue ordenado en Bélgica el 30 de agosto de 1925 de manos de monseñor Charles Albert Lecomte, Obispo de Amiens.

En Europa su salud se deterioró, por lo que sus superiores decidieron que volviera a México. Antes de emprender el viaje visitó el santuario de Lourdes, en Francia.

Llegó a México el 7 de julio de 1926, cuando faltaban 24 días para que entrara en vigor la Ley Calles. Una vez que se suprimió el culto público en todos los templos, tuvo que ejercer su ministerio de manera clandestina. Fue fusilado el 23 de noviembre de 1927.

Una reliquia de San Juan Pablo II fue robada de una Basílica en Argentina

 


Una reliquia que conservaba una gota de sangre del Papa san Juan Pablo II fue robada hace tres meses de la Basílica del Sagrado Corazón en Buenos Aires, Argentina, denunció la Congregación de los Padres Sacramentarios, que tiene a su cargo la parroquia.

En una entrevista concedida al diario La Nación, el párroco Rafael Cáceres Olave, explicó que la reliquia desapareció a finales de julio y desde entonces no ha dejado recorrer los mercadillos y anticuarios con la esperanza de tener algún rastro de ella.

“Estuve esperando que la persona que se la llevó se arrepintiera y la devolviera. Pero hasta ahora eso no ocurrió”.

“Recorrí varios comercios de antigüedades y no encontré nada. En este barrio hubo muchos robos de piezas de bronce en edificios, en plazas y monumentos. Se llevan, incluso, las tapas de los desagües”, lamentó el presbítero en la entrevista.

La reliquia consiste en una gota de sangre del Santo Padre enmarcada en un cuadro blanco y ubicada al centro de un relieve en bronce del escudo papal de Juan Pablo II, con su lema Totus Tuus.

“Lo más probable –lamenta el párroco- es que se la hayan llevado para comercializar en el mercado informal el bronce que acompañaba a la sagrada pieza”.

La reliquia se encontraba a un costado del altar, en la nave central de la Basílica y fue donada por el arzobispo emérito de Cracovia, cardenal Estanislao Dziwisz. Una vez al mes, en esa iglesia se reúne el Grupo de Oración Hijos Espirituales de Juan Pablo II.

Monseñor Franco Coppola: “La Virgen de Guadalupe me transformó”



Cuando llegó a México, a finales de 2016, una de las principales preocupaciones del Nuncio Apostólico, Franco Coppola, era que no conocía prácticamente nada sobre las Apariciones de la Virgen de Guadalupe; por eso, a las pocas horas de haber llegado, pidió a sus colaboradores que lo llevaran a la Basílica.

“Si algún periodista me preguntaba por la Virgen, no sabía qué responder”, reconoce. No obstante, en cuanto la vio, nació un cariño y una devoción que sólo ha crecido con el tiempo.

Cinco años después no sólo se sabe la historia del Milagro de las Rosas y la importancia que tiene la Madre del Tepeyac para todos los mexicanos; también le ha pedido que lo adopte como un hijo más.

Hace unos días, el Papa Francisco pidió a monseñor Coppola que continúe su labor como representante diplomático de la Santa Sede ahora en Bélgica, con lo que dará por terminada su misión en México.

“Pero no tengo prisa de irme –dice en entrevista con Desde la fe-, y por ello me quedo todo el tiempo que pueda, hasta el primero de enero, para despedirme de todas las personas que me han acompañado en estos cinco años, y también de las autoridades”.

“México es mi casa”

Aunque su principal labor dentro de la Iglesia ha sido acompañar a los obispos mexicanos, monseñor Coppola también ha tenido la oportunidad de conocer a los fieles de todo el país, su profunda fe y los problemas que enfrentan.

“Fue una experiencia riquísima. Creo que no encontraré otro país que tenga un pueblo tan fiel, tan creyente y con una fe tan profunda, sencilla y profunda, al mismo tiempo”.

Aunque ya no vivirá aquí, asegura que México se ha convertido en su casa.

“Primero, porque así me lo han hecho saber, siempre me dijeron ‘esta es su casa’, y es algo que en ningún otro lado me habían dicho, y no estaría bien de mi parte no sentirme así”.

Las experiencias que lo marcaron

De las experiencias que más marcaron su paso por México, monseñor Coppola destaca, por un lado, haber acompañado a la Iglesia en la atención de los casos de abuso sexual por parte de clérigos y sacerdotes.

Desde que llegó al país, se reunió con víctimas, escuchó sus historias, atendió sus peticiones y trabajó de la mano con la Conferencia del Episcopado Mexicano para mejorar la respuesta y a atención a quienes sufrieron abusos, y también ha atestiguado el trabajo de la Iglesia para prevenirlos.




Por otro lado, agrega, también palpó los estragos de la violencia, principalmente durante la visita que hizo a Aguililla, Michoacán, donde encontró dolor y sufrimiento, pero también a una Iglesia en salida, que acompaña al pueblo de Dios.

También, reconoce, quedó gratamente sorprendido por la sencillez y la adhesión al Papa de todos los obispos mexicanos, que le permitieron acompañarlo.

“Me encontré con un episcopado que me regaló su confianza, sin conocerme, sólo porque era el Nuncio. Sólo porque representaba al Santo Padre me escuchaban, me permitían participar en todos sus trabajos, tomaban en cuenta lo que yo decía, abrían su corazón conmigo. Me impresionó que lo hicieron sin conocerme, sin saber qué tipo soy, sólo por el hecho de ser el representante del Papa.”

“Yo no conozco a todos los episcopados del mundo y no puedo hacer comparaciones, pero puedo decir que, de los que yo conozco, este es el que más estima y respeta al Santo Padre”.

“La Virgen me transformó”

Aquella vez que visitó la Basílica por primera vez, monseñor Coppola pudo leer la inscripción que recibe a los peregrinos en el recinto mariano: “¿Por qué te preocupas, no estoy yo aquí que soy tu madre?”.

Ese, reconoce el Nuncio, ha sido uno de los encuentros más significativos de su vida.

“La Virgen de Guadalupe me transformó. En México siempre sentí detrás de mí a esa Madre que me cuidaba y que me acompañaba”.

Por eso ha querido que su último acto en el país sea presidir la Santa Misa a los pies de Nuestra Señora, pero no para despedirse, sino para pedirle que lo acompañe en su nueva aventura, pues así como considera a México su casa, para él la Virgen de Guadalupe también es su madre.

“Y cuando uno tiene una Madre –dice sonriente-, no la deja nunca”.

¿Quién es Santa Cecilia? La patrona de los músicos



Santa Cecilia vivió en fecha desconocida, posiblemente en el siglo III. Virgen y mártir, patrona de la música de la iglesia, murió en Roma. Esta santa, tan a menudo glorificada en las bellas artes y en la poesía, es una de las mártires más veneradas de la antigüedad cristiana.

Se sabe que Santa Cecilia nació en Roma en el seno de una familia aristócrata, razón por la que fue educada en las artes, en especial, la música y la poesía, y aunque en su vida existen leyendas inciertas, también es confundida con otra mártir africana de nombre Cecilia, quien falleció bajo los gobiernos de los emperadores Diocleciano y Maximiliano, quienes emprendieron acciones de muerte contra los cristianos. La principal fuente de información de Santa Cecilia de Roma está en las Actas del martirio de Santa Cecilia, un documento que apareció en el siglo V.

Santa Cecilia de Roma hizo una donación a los cristianos de su tiempo y que consistió en un terreno en el actual barrio de Trastévere, que se incorporó al cementerio de San Calixto y que al paso del tiempo se convirtió en una iglesia que recibiría su nombre y que fue mencionada en el Concilio de Roma del año 499; fue reconstruida con esplendor por el Papa Pascual I (817-824). La tumba de Santa Cecilia se descubrió cerca del sepulcro de varios papas en este cementerio, y estaba decorada con dos pinturas.

Ella fue casada obligada por su padre con otro noble llamado Valeriano a pesar de que había hecho votos de castidad, por lo que ella le advirtió a su esposo que estaba consagrada a Dios y que un ángel la protegía. Se dice que, en la noche de bodas, mientras los músicos tocaban, ella cantaba a Dios en su corazón; luego, el esposo fue a ver al obispo Urbano quien lo instruyó en la fe y lo bautizó, y cuando volvió con su esposa, vio al ángel de pie junto a Santa Cecilia.

En la persecución contra los cristianos, Santa Cecilia pue atormentada con humo para que se asfixiara y se dice que, a pesar de la tortura, ella parafraseaba el Salmo LXX: “Que mi corazón y mi carne permanezcan puros, oh Señor, y que no me vea defraudada en tu presencia”.

Como ella no murió, ordenaron decapitarla, pero el verdugo tuvo que pasar la espada tres veces para matarla, y esta es la razón por la cual ella es representada con una gran herida en el cuello, como es el caso de una escultura en mármol realizada por Stéfano Maderno (1576-1636) que se encuentra en la Iglesia de Santa Cecilia.

Su vida y el martirio han inspirado a gran número de artistas, entre ellos: Rafael, Rubens, y Francesco Botticini, y a compositores de la talla de Scarlatti, Gounod y Haydn.

Santa Cecilia, cuya fiesta litúrgica es el 22 de noviembre, es patrona y ha dado su nombre a varios institutos culturales en varias partes del mundo. Su atributo principal es un instrumento musical (arpa, órgano, laúd, clavicordio, violoncelo) y la corona de flores y el lirio, alusivos a su virginidad.

Capturan a pastor evangélico acusado de abusar sexualmente de más de 20 mujeres.



Un pastor de una iglesia evangélica de San Isidro, Hugo Caupolican Castro Rojas del Templo de los Milagros Biblia Abierta, se internó esta semana en una clínica de la ciudad de Godoy Cruz, en Mendoza, por haber contraído coronavirus y a las horas quedó con custodia policial ya que sobre él pesaba un pedido de captura por estar acusado de varios abusos sexuales.

El hombre, que se encontraba prófugo de la Justicia, está acusado por hechos que “ocurrieron al menos durante el año 2019″ contra una menor y por “haber abusado de más de 20 mujeres” durante sus años al frente de la iglesia, según consta en la causa que se investiga en la Unidad Fiscal Investigativa (UFI) temática de Violencia de Género de San Isidro, a cargo del fiscal Marcelo Fuenzalida.

Tras tareas investigativas y de inteligencia criminal, se estableció esta semana que el pastor se encontraba internado en la Clínica Amano, en calle Beltrán 93, entre Rivadavia y Carola Lorenzini, de Godoy Cruz. Los investigadores mantuvieron comunicación telefónica con la UFI de esa localidad y se constató que se trataba del prófugo buscado.

Inmediatamente, y tras el pedido del fiscal Fuenzalida, la Policía de Mendoza decidió poner una consigna en la clínica hasta tanto se recupere el acusado y pueda ser extraditado a la provincia de Buenos Aires.

Las denuncias contra el pastor

Según consta en la causa, “los sábados y domingos en horarios previos a la celebración del culto a desarrollarse en el interior del Templo de los Milagros Iglesia Biblia Abierta sito en la calle Posadas 1470 de la localidad de Beccar, San Isidro, el imputado Castro Rojas en su carácter de pastor del templo realizó en reiteradas oportunidades tocamientos con sus manos en los pechos de una de las víctimas, menor de edad, aprovechando su autoridad en la comunidad religiosa, hechos que fueron reiterados en varias oportunidades”.

El texto judicial, al que tuvo acceso Télam, indica que los testigos declararon que “meses más tarde [se produce] la misma situación” y “el mismo pastor evangélico es acusado de abusar a más de 20 mujeres durante 60 años, de acuerdo a testimonios tomados a asistentes de la iglesia”.

El fiscal había solicitado entonces la detención de Castro Rojas y el allanamiento de la sede religiosa, lo que recibió el aval de un juez. Pero cuando las fuerzas policiales llegaron al lugar el hombre había desaparecido y ya no frecuentaba los lugares habituales, por lo que se lo declaró prófugo de la Justicia, hasta esta semana en la que fue encontrado internado en Mendoza.

¿Por qué los niños son los preferidos de Jesús?



Los niños, preferidos de Jesús

Una de las enseñanzas más novedosas de Nuestro Señor Jesucristo tiene que ver con el valor religioso de las relaciones interpersonales humanas. Cuando se encontraba en la Última Cena, narrada por el evangelista san Juan, Jesús pidió a los discípulos que permanecieran en su amor. Dicha permanencia se daría al cumplir lo que Él les mandaba: “ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15,9-12).

También dentro de la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: “quien me ve a Mí ve al Padre” (Jn 14,9). Jesús trató de que sus palabras y sus obras fueran transparencia o reflejo de la cercanía de Dios Padre a la humanidad. Esto se lo dijo también a quienes le pedían una y otra vez señales: “no se les dará otra señal que la de Jonás, porque su predicación fue suficiente para los ninivitas y éstos se convirtieron” (cfr. Lc 11,29-32).

En buena medida, Jesús invitó a todos aquellos que entraban en contacto con Él que ejercieran la fe creyendo que Él venía de Dios. Ahora bien, el camino de unión e identificación con Dios no se reduce a una serie de actos cultuales (rezos, sacrificios, ofrendas a Dios, etc…) sino que implica el amor al prójimo.

Cuando Nuestro Señor habló sobre el juicio final, que cada uno deberá afrontar, pone como criterio el ejercicio de la caridad hacia los demás como parámetro de dignidad para entrar en la vida eterna: “vengan benditos de mi Padre porque estuve enfermo y me fueron a visitar, estuve hambriento… Lo que hicieron al más pequeño de mis hermanos a mí me lo hicieron” (Mt 25,34-40).

Resulta interesante en nuestro texto de hoy que Jesús afronta el tema de quién es el más importante, en primer lugar diciéndoles que el mayor debe ser el último de todos y lo complementa, a manera de paralelismo, tomando a un niño.

Los niños socialmente en aquella época eran los que menos contaban, y declara que éste es transparencia o reflejo de sí mismo. “Quien lo recibe a él me recibe a mí”, pero a final de cuentas reafirma el valor religioso de aquella acción añadiendo, “y recibe también a quien me ha enviado”, es decir, recibe también a Dios nuestro Padre.

El camino de unión con Dios no se reduce a una serie de actos culturales, sino que implica el amor al prójimo.

Por: Monseñor Salvador Martínez. 

El Papa en Cristo Rey: Jesús no viene para dominar, sino para servir, ¿sabemos imitarle en esto?



En la Fiesta de Cristo Rey y celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en todas las Iglesias particulares, el Papa Francisco habló sobre el Reino de Jesús, un Reino que es liberador y jamás opresor, aseguró.

En compañía de un par de jóvenes que lo acompañaron desde el balcón de la Biblioteca Apostólica, el Papa Francisco pidió tomar en consideración como es el Reino de Dios y aprender de ello:

La realeza de Jesús es diferente a la mundana

El Evangelio de la Liturgia de este domingo, último del Año Litúrgico, culmina en una afirmación de Jesús, que dice: “Sí, como dices, soy Rey” (Jn 18,37). Él pronunciaba estas palabras delante de Pilato, mientras que la multitud grita para que le condenen a muerte.

“El hecho es que la realeza de Jesús es muy diferente de la mundana. «Mi reino —dice a Pilato— no es de este mundo» (Jn 18,36). Él no viene para dominar, sino para servir. No llega con los signos de poder, sino con el poder de los signos. No se ha revestido de insignias valiosas, sino que está desnudo en la cruz”, afirmó el Papa Francisco.

Y es precisamente en la inscripción puesta en la cruz que Jesús es definido como “rey” (cf. Jn 19,19).

“Podríamos decir que no es rey como los otros, sino que es Rey para los otros. Pensemos de nuevo en esto: Cristo, delante de Pilato, dice que es el rey en el momento en el que la multitud está en su contra, mientras que cuando le seguían y le aclamaban había tomado distancia de esta aclamación. Jesús se demuestra, así, soberanamente libre del deseo de la fama y de la gloria terrena”.

“Y nosotros, preguntémonos, ¿sabemos imitarle en esto? ¿Sabemos cómo gobernar sobre nuestra tendencia a ser continuamente buscados y aprobados, o hacemos todo para ser estimados por parte de los otros? En lo que hacemos, en particular en nuestro compromiso cristiano, me pregunto, ¿qué cuenta? ¿Cuentan los aplausos o cuenta el servicio?”.

El Reino de Jesús es liberador, no tiene nada de opresivo

Continuando con su mensaje, el Santo Padre también recordó que Jesús evitaba toda búsqueda de grandeza terrenal, y hace libre y soberano el corazón de quien le sigue.

“Él, queridos hermanos y hermanas, nos libera del sometimiento del mal. Su Reino es liberador, no tiene nada de opresivo. Él trata a cada discípulo como amigo, no como súbdito. Cristo, aun estando por encima de todos los soberanos, no traza líneas de separación entre sí y los demás; desea más bien hermanos con los que compartir su alegría (cf. Jn 15,11)”.

“Siguiéndolo no se pierde, no se pierde nada, sino que se adquiere dignidad. Porque Cristo no quiere en torno a sí servilismo, sino gente libre. Y, preguntémonos ahora, ¿de dónde nace la libertad de Jesús? Lo descubrimos volviendo a su afirmación frente a Pilato: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad» (Jn 18,37)”.

Si uno vive bajo su señoría, se desapega de lo mundano de la vida

La libertad de Jesús viene de la verdad. Es su verdad la que nos hace libres (cf. Jn 8,32), afirmó el Santo Padre.

“Pero la verdad de Jesús no es una idea, algo abstracto: la verdad de Jesús es una realidad, es Él mismo que hace la verdad dentro de nosotros, nos libera de las ficciones, de las falsedades que tenemos dentro, del doble lenguaje. Estando con Jesús, nos volvemos verdaderos”.

“La vida del cristiano no es una actuación donde se puede llevar la máscara que más conviene. Porque cuando Jesús reina en el corazón, lo libera de la hipocresía, lo libera de las escapatorias, de las dobleces. La mejor prueba de que Cristo es nuestro rey es el desapego de lo que contamina la vida, haciéndola ambigua, opaca, triste”.

“Cuando se vive bajo el señorío de Jesús, uno no se vuelve corrupto, no se vuelve falso, con la inclinación a cubrir la verdad. No se lleva doble vida”.

Por último, el Papa Francisco recordó que por primera vez, en la solemnidad de Cristo Rey, en todas las Iglesias particulares se celebra la Jornada Mundial de la Juventud.

De ahí la razón de que en el balcón junto a él estuvieran dos jóvenes de Roma en representación de todos.

“Deseo que todos los jóvenes del mundo se sienta parte viva de la Iglesia, protagonistas de su misión. ¡Gracias por haber venido! Y no se olviden que reinar es servir. ¿Cómo era esto? Reinar es servir. Todos juntos: reinar es servir. Como nos enseña nuestro Rey”.

¿Por qué Jesús habló sin rodeos sobre el tema del divorcio?


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?”

Él les respondió: “¿Qué les prescribió Moisés?” Ellos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”. (Mc 10, 2-12)

¿Dónde radica la condescendencia de Jesús?

Ciertamente en el Evangelio del día de hoy se plantea un problema serio y muy actual. Jesús declara que la Ley de Moisés condescendió al divorcio porque el pueblo de Dios tenía un corazón muy duro, una incapacidad de comprender el sentido del plan de Dios. Bajo esta perspectiva, la dureza, la incapacidad no proviene de Dios sino de la humanidad que se encuentra en circunstancias de pecado. El proyecto de Dios es que un hombre y una mujer se unan y formen una sola carne. Esta es la característica del Matrimonio conocida como unidad.

Si nos fijamos bien en el discurso de nuestro Señor Jesucristo, Él enuncia el plan original, la unidad permanente, estable, entre un hombre y una mujer. Pero, en su enseñanza, introduce un nuevo elemento sobre el cual no transige, esto es que la persona pretenda iniciar un proceso de unidad con otra pareja, a esto llama sin ambages: adulterio.

Visto en el contexto, el adulterio, sería un acto de injusticia en contra de la primera pareja, la cual ha sido despedida. En el texto del Antiguo Testamento que habla sobre el divorcio (Dt 24,1-3) la única precisión que se hace es que, si la mujer despedida tomara un segundo marido y éste la repudiara o muriera, ella no podría regresar al primer marido pues sería una abominación.

El Deuteronomio no enuncia el derecho, de quien despidió a la primera mujer, de tomar una segunda. Solo menciona a la que ha sido repudiada. La condescendencia de Dios, que Jesús aplicó a lo largo de su vida pública no se refiere a los principios. Lo que Dios planeó desde el principio es universalmente válido, y es Dios mismo quien garantiza la posibilidad de su cumplimiento. Jesús declaró: “lo que para los hombres es imposible, para Dios es posible” (Lc 18,27). Cuando Jesús dijo, “sean perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” lo dijo en serio y, en ningún pasaje o discurso, le escuchamos contradecir estas cosas.

Sin embargo, ante una mujer sorprendida en adulterio, Él no aconsejó que la lapidaran, sin más, al contrario, dijo, “aquel que esté libre de pecado que arroje la primera piedra” (Jn 8,1-11) Después de unos minutos nadie la había lapidado ni condenado, entonces Jesús, haciendo uso de su condescendencia misericordiosa, le dijo “yo tampoco te condeno, vete en paz y no vuelvas a pecar”.

¿Por qué celebramos a Cristo Rey al final de cada año?

 



En la Iglesia Católica el fin de año no es el 31 de diciembre, sino cuando se termina el ciclo o año litúrgico, lo cual sucede el domingo anterior a que inicie el Adviento (que es el tiempo con que comienza el nuevo ciclo litúrgico, período de preparación para la Navidad y que abarca 4 domingos antes del 25 de diciembre).

Siempre al final del año litúrgico se celebra la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

¿Cuál es la razón de esto? Quizá para recordarnos otro final, el nuestro, y ayudarnos a tener presentes al menos estas tres consideraciones:

Nuestra historia es lineal

Va avanzando hacia una meta: encontrarnos con Jesucristo. Se han puesto de moda espiritualidades orientales que proponen la reencarnación, según la cual cuando alguien muere su alma migra a otro ser, animal o persona, para expiar, en esa nueva vida, lo malo que hizo en la vida anterior (aparente justicia que en realidad no lo es, pues nadie sabe qué hizo mal en esa supuesta vida anterior y por lo tanto ignora cómo evitarlo en la actual), en un continuo nacer y morir, un ciclo al que no se le ve la salida y en el que la persona intenta salvarse por su propio esfuerzo.

Es un concepto completamente incompatible con el cristianismo, cuyos miembros sabemos que no podemos salvarnos a nosotros mismos, que Cristo es nuestro Salvador, y que, como nos lo reveló en Su Palabra, vivimos una sola vez, morimos una sola vez y después nos encontraremos con Él (ver Heb 9, 27).

Nuestro Señor Jesucristo es el Rey del Universo

Y nos ha prometido que volverá, y cuando venga de nuevo, ya no vendrá como lo hizo la primera vez, discretamente, humildemente, sino precedido de signos cósmicos que no pasarán desapercibidos, rodeado de Sus ángeles y con gran poder y majestad (ver Mc 13, 24-25). A todo ser humano le quedará clarísimo que Jesucristo es Dios, sobre todo a los que pensaban que no existía o que había sido solamente un gran líder o filósofo, un personaje admirable del pasado. Tenemos la firme certeza de que Jesús cumplirá Su promesa de venir, porque antes cumplió otra promesa que parecía incumplible: Su Resurrección, un hecho histórico del que hay irrefutables pruebas y que le da absoluta credibilidad a todo lo que enseñó, a todo lo que hizo, a todo lo que prometió. En Su promesa de que vendrá tenemos puesta nuestra esperanza, es lo que anhela nuestro corazón. Por eso clamamos en Misa, después de la Consagración: “¡Ven, Señor Jesús!”

Cuando muramos seremos juzgados por Dios

Será un Juicio personal, en el que se determinará dónde pasaremos la eternidad, y sólo entre Él y nosotros. Pero al final de los tiempos, cuando Jesucristo venga por segunda vez, habrá un Juicio Universal, en el que todos seremos juzgados ante todos. Se cumplirá lo que anunció Jesús: que no hay nada oculto que no llegue a saberse (ver Lc 8, 16-18). Se revelará cada pensamiento, palabra, obra y omisión; se conocerán las consecuencias de cada acto de amor y de cada acto de maldad e injusticia, a quiénes afectó, cuándo, dónde, cómo, por qué. Y cada uno recibirá lo que merezca: si fue misericordioso, recibirá misericordia, si no lo fue, será juzgado sin misericordia.

Esto será necesario por justicia, para que no sean ignorados sino conocidos y recompensados, todos los buenos pensamientos, intenciones, palabras y acciones, y también para que no pase desapercibido ni quede impune ningún mal cometido.

Muchos descubrirán que no bastaba llamar a Jesús “Señor” y creer que por considerarlo su salvador personal podían vivir como quisieran y no perder su salvación (ver Mt 7, 21-23). La fe de todos será probada o desmentida por sus obras (ver Mt 25,31-46).

Tener presentes estas tres consideraciones al final del año nos puede ayudar a preguntarnos hacia dónde vamos, cómo estamos, cómo nos iría en ese Juicio si lo enfrentáramos hoy. Y si calculamos que no nos iría muy bien, enmendar lo que sea necesario. Todavía estamos a tiempo, pero hay que aprovecharlo, pues no sabemos cuándo regresará el Señor, puede ser antes de lo que imaginamos.

¿Por qué un ladrón se nos adelantó a reconocer a Cristo como rey?



El Evangelio de Lucas (Lc 23, 35-43) nos narra que cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”. También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Éste es el rey de los judíos”.

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

¿Por qué un ladrón aceptó a Cristo como Rey?

Una de las cosas que a Nuestro Señor Jesucristo más le costó trabajo de comunicar a los discípulos fue el hecho de que su misión como Mesías se habría de cumplir por medio de la Pasión, Muerte y Resurrección. Cuando el Señor Jesús lo anunció por primera vez en el inicio de su camino hacia Jerusalén (Mc 8,31-33) Pedro trató de reconvenirlo, pero el Señor lo puso en su lugar de discípulo.

Ahora, en la lectura de este Evangelio nos encontramos en el momento más dramático de ese proceso de Pasión y Muerte, a saber, la crucifixión. Y es precisamente allí donde uno de los ladrones crucificados como Él, le pide que tenga compasión cuando llegue a su Reino ¿por qué motivos un hombre en suplicio podría pensar que otra persona que sufre la misma suerte es un rey?

Aquí está presente la sorpresa de la lógica del Hijo de Dios. No fue una casualidad, sino un proceso bien pensado y previsto por el Señor Jesús, que sería por medio de su anonadamiento en la cruz que habría de pasar después a la exaltación de la Resurrección por encima de toda cosa sobre la Tierra, en el Cielo y por debajo de la Tierra, como lo declara san Pablo en su cántico de la carta a los Filipenses (Flp 2,6-11).

Curiosamente, lo que a los discípulos costó mucho comprender, a un hombre sometido al suplicio Dios -el ladrón- le concedió la gracia de comprenderlo y por su oración obtener la promesa de participar con Jesús en el Reino de los Cielos, es decir, en el paraíso.

Normalmente el esplendor de los reyes suele medirse por sus riquezas, por la esplendidez de su corte, por el éxito material. La lógica del Reino de Dios no va por ese camino, si de verdad queremos comprenderla es necesario aceptar que no es una ruta de ganancias sino de pérdidas, Jesús mismo lo expresaba de esta forma: “el que quiera ganarse a sí mismo se perderá, pero el que pierda la vida por mí y por el evangelio la salvará” (Mc 8,35).

Dentro del mismo libro de los Hechos de los Apóstoles, se nos demuestra que el mismo camino seguido por el Señor Jesús habría de ser el camino que sus discípulos y apóstoles habrían de seguir.

El primer mártir cristiano fue san Esteban diácono, después Santiago. A Pedro y a Juan los encarcelaron y azotaron varias ocasiones, así como lo hicieron con san Pablo. Ser servidor de este rey nos lleva a asemejarnos a Él, pero también nos lleva al Reino definitivo.

¿Qué es el Adviento? Origen y significado



Muchas personas aún desconocen qué es el Adviento, qué es lo que celebramos los católicos y cuánto dura este tiempo litúrgico previo a la Navidad. En este artículo te lo explicamos.

Origen del Adviento

Antes de Cristo, el pueblo Hebreo fue un pueblo muy sufrido. Pequeñito e indefenso en medio de grandes naciones, se vio muchas veces esclavizado, deportado, invadido, despojado. Lo único que lo sostenía era su religión y, como una verdad religiosa, su esperanza de un personaje prometido por sus profetas: el Mesías.

Mesías, en hebreo, o Cristo, en griego, es una palabra que significa “ungido” y se refiere a un hombre elegido por Dios, lleno de su Espíritu, y ungido para ser sacerdote, profeta y rey. Él sería el liberador de Israel.

Desde luego, cada miembro de ese pueblo tenía un concepto diferente de cómo sería ese Mesías. Unos deseaban unos que fuera un rey guerrero que hiciera de Israel un pueblo poderoso y dominador. Otros lo esperaban como a un próspero jefe que los enriqueciera y diera prosperidad a su pueblo.

Ese tipo de Mesías quizás hubiera resuelto histórica y momentáneamente el problema de la esclavitud de Israel, pero no resolvería el fondo del problema: el cambio de corazón.

Unos cuantos en Israel, a los que suele llamarse “el resto”, tenían una visión más espiritual del Mesías que habría de venir, e intuían un Reino de paz, amor y justicia. A ellos pertenecían los que, movidos por el Espíritu, reconocieron en Jesús al Mesías Salvador.

¡Por fin llegó!

En la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios se hizo hombre en el seno virginal de María y, para que se cumpliera la profecía, nació en el pueblo de Belén. Allí acudieron los pastores, avisados por los ángeles, a adorar a su Mesías y también lo Magos de Oriente, conducidos por un lucero, para adorar al rey salvador del mundo, de todo el mundo.

Cada Navidad nosotros nos unimos a estos hombres en el gozo del Mesías esperado y nacido en Belén.

La primera y la segunda venida de Jesús

Nosotros, el nuevo pueblo de Dios, redimido por la sangre del Mesías, ya no esperamos, ciertamente, el nacimiento de Jesús en Belén, aunque cada año lo celebramos con gran júbilo, pero sí estamos, también, en actitud de espera. El Señor volverá, lo prometió, y lo esperamos con anhelo

La segunda venida del Mesías se identifica con el fin del mundo y sobre esto se ha contado tanto, que nuestro pueblo sencillo tiene verdadero pavor, terror, ante este acontecimiento.

Los primeros cristianos creían ya próxima la segunda venida de Jesús ¡y la pedían!; para ellos no era un acontecimiento indeseable y temible, sino el reencuentro con el amigo. Ellos tenían una oración, brevísima pero expresiva, que decía “Maranatha, Jesús”, ¡ven, Señor Jesús!

También nosotros debemos ver más ese aspecto del reencuentro con el Salvador y hacer nuestra la oración de los primeros cristianos.

Adviento, la dulce esperanza

La Iglesia nos propone antes del 25 de Diciembre, fiesta del nacimiento de Jesús o Navidad, un tiempo de preparación de cuatro domingos que se llaman Adviento, que quiere decir “venida”.

Durante este tiempo de Adviento nos unimos a la Virgen María en su espera del Hijo que ya lleva en su seno. Eso es el Adviento.

Entramos al ambiente de la espera del Mesías anunciado por los profetas en el Antiguo Testamento y entrevemos el tiempo de paz que inauguraría el Príncipe de la Paz.

Pero también expresamos nuestra propia espera, esperanza, de la segunda venida de Jesús.

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