Por: Mons. Héctor M. Pérez Villarreal, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México.
Celebramos este mes, una vez más, el nacimiento de Jesús nuestro Salvador. ¿Por qué celebrar año con año este mismo acontecimiento? No vayan a pensar que el motivo es sólo celebrar “el cumpleaños” de Jesús; esto sería muy superficial. De muchas maneras había Dios amado y mostrado su fidelidad al Pueblo de Israel, pero llegó el momento en el que Dios quiso mostrar su amor haciéndose uno de nosotros.
Dice el evangelista san Juan: “De su plenitud todos hemos recibido gracia en abundancia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia (amor misericordioso) y la verdad (fidelidad de Dios a su promesa) nos han llegado por Jesús, el Mesías”.
¡Es esta fidelidad divina la que colma de gozo nuestro corazón! Dios no abandona a su pueblo por más infidelidades que pueda haber cometido; Dios se compromete con su Pueblo al grado de hacerse uno con ellos; Dios, principio y fin de toda la creación, se ha hecho creatura para traer el consuelo de su amor, la ternura de su misericordia, la esperanza de su fidelidad. ¡Esta es la esperanza que celebramos con tanto gozo cada Navidad! ¿Cómo corresponder a tanto amor?
Un Dios fiel a la humanidad sólo puede ser correspondido siguiendo el mismo camino que Él siguió, haciéndonos profundamente cercanos y solidarios con quienes Dios pone en nuestro camino; haciéndonos prójimo del próximo; mirándonos con ojos de fe y descubriendo el rostro de Jesús que existe en cada ser humano con quien nos topamos. A un Dios fiel al hombre se le corresponde amando su creación.
¿Cómo vivir una Navidad cristiana?
Por ello, esta Navidad, no nos distraigamos con las luces, las compras y las fiestas; les sugiero estas tres acciones para vivir una Navidad más cristiana:
Dense tiempo para estar en silencio frente a Dios
En el silencio podremos reconocer nuestras desviaciones y agradecer la fidelidad de Dios que ha caminado con nosotros todo el año.
Dense tiempo para ayudar a alguien que necesite de ustedes
Recuerden que el prójimo es nuestro camino más seguro a Dios. No es de Dios el conmover nuestro corazón ante un pesebre, y no hacerlo ante el Cristo encarnado en nuestro prójimo.
Dense tiempo para orar y agradecer a Dios su fidelidad en familia
En una familia quiso manifestar Dios su amor, y por ello, la familia es el mejor lugar, para reconocerlo y adorarlo.
Esta semana tenemos dos fiestas de María, la Inmaculada Concepción y la Virgen de Guadalupe; además, tenemos la fiesta de San Juan Diego, que por cierto, servirá para dar inicio a un año jubilar. Aprovechemos estas fiestas para dar gloria a Dios que sigue manifestando su fidelidad a través de su Madre y de los santos.
¡Celebremos la Navidad con gozo pues Dios ha sido fiel a su Pueblo y con ello nos ha colmado de esperanza!
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