¿Pagar impuestos? Esto es lo que opina el Papa Francisco

 

El Papa Francisco recibió este lunes a los integrantes de la Agencia Tributaria de Italia (Agenzia delle Entrate), y ofreció un importante discurso en el que manifestó su punto de vista sobre el cobro de impuestos.

El Santo Padre aseguró que recaudar impuestos no se trata de “meter las manos en los bolsillos de la gente”, sino una cuestión de legalidad y justicia, siempre y cuando el dinero se utilice correctamente.

“La legalidad en el ámbito de la fiscalidad es una forma de equilibrar las relaciones sociales, apartando fuerzas a la corrupción, la injusticia y la desigualdad. Pero esto requiere una cierta formación y un cambio cultural”.

“Como se suele decir, la fiscalidad se considera como ‘meter las manos en los bolsillos de la gente’. En realidad, los impuestos son un signo de legalidad y justicia. Debe favorecer la redistribución de la riqueza, protegiendo la dignidad de los pobres y de los últimos, que siempre corren el riesgo de ser aplastados por los poderosos”, destacó.

El Papa Francisco aseguró que la transparencia es uno de los factores que logran que las personas se motiven a seguir pagando lo que les corresponde.

“Sobre todo si la recaudación ayuda a superar las desigualdades, a realizar inversiones para que haya más trabajo, a garantizar una buena sanidad y educación para todos, a crear infraestructuras que faciliten la vida social y la economía”.

El dinero no es malo

El Papa Francisco insistió en que la Biblia no demoniza el dinero, sino que invita “a hacer un buen uso de él, a no ser esclavos de él, a no idolatrarlo”.

“Cuando los impuestos son justos –insistió-,son para el bien común”, e invitó a trabajar para que crezca “la cultura del bien común, para que se tome en serio el destino universal de los bienes que la doctrina social de la Iglesia sigue enseñando aún hoy, heredándola de la Escritura y de los Padres de la Iglesia”.

La canción que Diego Verdaguer dedicó al Papa Juan Pablo II

“Diego, yo quiero cantarle esta canción al Papa”. Cuando Diego Verdaguer escuchó estas palabras de su esposa, la también cantante Amanda Miguel, algo en su interior le dijo que lo iba a lograr.

Hacía muy poco tiempo que se había confirmado la segunda visita del Papa Juan Pablo II a México, en 1990. La canción a la que se refería Amanda era “El rostro del amor” y Diego la había escrito poco tiempo antes en coautoría con la compositora Anahí Lucrecia van Zandweghe para que ella la interpretara.

Un milagro

En una entrevista en 2019 con Multimedios Televisión, el cantante fallecido este 28 de enero, recordó esta anécdota como un verdadero milagro.

“Fue mágico (…) cuando nosotros compusimos esta canción fue en la segunda visita. En realidad, tengo que decir algo, yo no le compuse la canción al Papa, la canción se llamaba ‘En todo está Dios”.

“Ya la habíamos grabado y ya estaba por salir el disco y nos enteramos de que Juan Pablo II llegaba a México; entonces, Amanda me dijo, y fue un milagro, ella me dijo ‘ay, Diego, cómo me gustaría cantarle esta canción al Papa, yo adoro al Papa”.

En ese momento, recuerda Diego, supo que el deseo de Amanda se convertiría en realidad. Poco tiempo después estaba trabajando en una casa productora de Televisa, cuando el productor Agustín Cadena se acercó a él con una petición un tanto desesperada:

“Salió, fumando, y me dijo ‘Diego, ¿cómo estás? ¿No tendrás una canción? Porque me encargaron la visita del Papa y no sé qué canción poner’. Yo iba caminando y salió en mi cruce”.

Entonces, Verdaguer le dio una copia del nuevo tema y se puso a trabajar. A los pocos minutos, el productor volvió emocionado, y le dijo: Esta es la canción.

Después de pasar todos los filtros correspondientes, El Rostro del Amor se convirtió en el himno oficial de aquella visita, y le dio a la pareja la oportunidad de conocer al Santo Padre.

“Fue un honor para nosotros, un orgullo y algo inolvidable. Estuvimos con el papa después, nos recibió en El Vaticano, nos bendijo el matrimonio, le bendijo la garganta a Amanda y conversamos brevemente, fue una experiencia maravillosa”.

“Era un hombre brillante, cultísimo, profundo (…) un hombre fantástico, un ser humano maravilloso”.

¿Conoces la letra? Aquí puedes leerla:

El rostro del amor

Cuando pienso

Que este mundo a mi alrededor

Existí una vez

Solo en tu imaginación

Cada vez que levanto los ojos al cielo azul

Entre tantas estrellas bañándome con su luz

Que pequeña soy

Cuando entiendo

Que vivimos en la eternidad

Porque ne realidad

No hay principio ni final

Esas cosas que todos deseamos

Alguna vez

Esos sueños de gloria riquezas y de poder

Que pequeño soy

Y regreso a ti

Porque veo por fin

Que no hay otro camino

Tu eres la vida

La semilla el fruto y la flor

La chispa divina

Que encendí en las tinieblas al sol

El espíritu de la creación

El rostro del amor

Cuantas veces nos asesinamos sin razón

Por la pequeñez

De una idea o de un color

Cuanta sangre inocente costa nuestra estupidez

Cuantas lagrimas hemos llorado hasta entender

Cual es la lección

Y volvemos por fin

Porque llevan a ti todos nuestros caminos

Tu eres la vida

Manantial

Que no se agota jamas

La luz encendida

Que nos guía en el camino a la paz

La esperanza de un futuro mejor

El rostro del amor

Tu eres la vida

La semilla el fruto y la flor

La chispa divina

Que encendí en las tinieblas al sol

El espíritu de la creación

El rostro del amor


Mi novia ya no es virgen, ¿me caso o no me caso?, ¿qué hago?

 


Hace unos días recibí esta pregunta, cuya respuesta publiqué en la sección Confesionario sin absolución de mi blog. Mi novia ya no es virgen, ¿me caso o no me caso? A continuación comparto el texto:

Pregunta: Soy español y tengo un noviazgo con una chica desde hace nueve meses. Yo soy virgen y hay algo que me duele en el alma, y es que ella no lo es. Me atormenta pensar que, mientras yo mantenía mi virginidad para entregarla a una chica que también se guardara para mí, ella estaba teniendo relaciones con su exnovio. Mientras yo renunciaba a tener relaciones sexuales con mi exnovia por un bien mayor, por un futuro mejor; mientras yo rezaba en la capilla para que Dios cuidara a mi futura novia, ella estaba teniendo relaciones sexuales con otro. Quizá son sentimientos de celos el saber que otro ya se llevó su inocencia. Me consume muchísimo, me duele en el alma que yo haya tenido que esperar y ella no. ¿Que si la quiero? Si ella fuese virgen le pediría que nos casáramos mañana mismo. Ahora ella se ha enfocado en vivir lo que es el amor y la castidad, y siento que es muy buena chica. Me consume pensar ¿por qué me tengo que entregar completamente a ella, cuando ella ya no se entregará completamente a mí porque ya se entregó a otro? Esto me genera muchas dudas, sentimientos encontrados, ansiedad. Si en mi corazón hay un anhelo de casarme con alguien que haya vivido la castidad, ¿por qué tendría que casarme con ella? ¿Será la indicada o no? ¿Dejamos morir el amor que nos tenemos sólo por el pasado de ella?

Respuesta: Te agradezco mucho la confianza de escribir y abrir tu corazón para mostrar tus sentimientos encontrados y tus dudas.

Antes que nada te felicito por mantener tu virginidad considerándola como un valor para tu juventud y como regalo para la que vaya a ser tu esposa. Eso quiere decir que estás logrando tener autocontrol sobre tus impulsos para encauzarlos hacia la vida matrimonial.

Es lo que se llama la virtud de la castidad, y es fruto del Espíritu Santo. Un hombre que se sabe dominar será digno de confianza en el matrimonio.

Tu novia no es virgen. Ella tiene una historia diversa a la tuya, y quizá no fue educada con los valores cristianos que tú tienes.

Seguramente el ambiente juvenil permisivo que hoy se vive influyó, de alguna manera, sobre la que hoy es tu novia, para que tuviera relaciones con su exnovio. Tal vez aquel ex novio la presionó.

Lo cierto es que ella se ha dado cuenta de que aquello estuvo mal y hoy está arrepentida. Te aseguro que son muchísimos los jóvenes –y sobre todo las chicas– que se arrepienten de haber tenido sexo en su noviazgo.

El sexo anterior al matrimonio suele ser una experiencia traumática que nunca mejora un noviazgo, sino que lo complica y lo empeora porque las personas terminan sintiéndose utilizadas y solas.

Dentro de lo malo que ocurrió a tu novia en su pasado, hay algo grande que Dios ha hecho: ha suscitado en ella el arrepentimiento y el deseo de cultivar la virtud de la castidad hasta el matrimonio.

Eso es algo magnífico porque solamente Dios puede hacer nuevas todas las cosas, así que allá donde antes hubo pecado hoy puede sobreabundar la gracia.

Trata de descubrir cómo el Espíritu de Dios está actuando en ella y agradece por ese motivo. Al querer tu novia vivir la castidad hasta el día en que se casen, en realidad ella se está guardando para ti, y eso es ya un regalo.

Un chico o una chica que perdió su virginidad y que se da cuenta de su error, ¿significa que ya no podrá encontrar el amor verdadero y vivir su vida feliz? No lo creo.

Esa persona puede sanar sus heridas y encontrar a alguien que la ame realmente y que no la rechace por los errores que cometió en su pasado. Lo importante es que la persona que se equivocó –en este caso tu novia– encuentre a alguien capaz de asumir su historia y aceptarla.

Hay personas a las que no les importan los errores o pecados pasados de su pareja, pero hay otras que sí les dan mucha importancia y no viven tranquilos.

Si tú eres de estas personas, y para ti es un tormento saber que tu novia no es virgen, es mejor evitar el matrimonio, al menos por ahora. Si no logras superar el pasado de tu novia podrías vivir en un tormento psicológico durante toda la vida conyugal.

Mi consejo es que sigas conservando tu virginidad y que pongas en oración tu situación. Lo importante no es si tu futura esposa será virgen o no. Si Dios perdona nuestros pecados del pasado, también nosotros podemos hacerlo. Si Dios asume nuestra historia de pecado para transformarla en historia de salvación, también podemos asumir la historia de otras personas.

Lo importante es ¿cuál es la actitud de tu novia ahora? ¿Vive la castidad? ¿Tiene la motivación, la fuerza y al autocontrol para vivirla durante el noviazgo? Si la respuesta es sí, entonces estamos hablando de una buena chica.

También te aconsejo que, si decides casarte con ella, le pidas, antes de la boda, que se haga una prueba de enfermedades de transmisión sexual. Dios perdona nuestras faltas pero la naturaleza no.

Te invito a considerar el nivel de amor que le tienes a tu novia. Hay un nivel que se basa en los afectos y sentimientos. Cuando uno dice “amo a esta persona porque la paso muy bien con ella, porque me gusta, porque me hace reír, porque me hace sentir bien, porque me consuela y me da paz”, cuidado.

No es un nivel de amor para contraer matrimonio. En el fondo es un amor egoísta basado en “me siento bien”. Lamentablemente la mayoría de las parejas se quedan en este nivel de amor.

Para casarse con una persona hay que dar un salto de nivel y estar dispuesto a amarla por ella misma, amarla totalmente, con sus virtudes y defectos, con su pasado, presente y futuro, con capacidad de sacrificio, y estar dispuesto a tener hijos con ella y confiarlos a su cuidado.

Sólo así un matrimonio puede durar para toda la vida. Te pongo en mi oración y, hasta España, te envío mi abrazo y bendición.

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El Pbro. Eduardo Hayen es director de Comunicación Social y coordinador de la Pastoral de la Vida aquí en la Diócesis de Ciudad Juárez. Este texto ha sido publicado previamente en el blog del Pbro. Eduardo Hayen.

¿Qué hacer cuando un perrito irrumpe en Misa?


A todos nos ha pasado: En medio de la Consagración o en el momento más profundo de la homilía, un perro callejero cruza tranquilamente toda la iglesia y se echa a descansar a medio pasillo. O peor aún, se pone a juguetear entre los feligreses.

Ante una situación así, ¿qué debemos hacer? El padre Sergio Román nos cuenta una anécdota y ofrece un poco de luz al respecto:

En mi parroquia hay un viejito que ha tomado como misión echar del templo a cuanto perro se atreva a entrar. Pipo es un perrito muy bonito, blanco si no fuera por la mugre, que acostumbra entrar a Misa en busca de un vecino amigo que lo mima. Ya lo conocemos y lo queremos (al vecino y al perrito).

El domingo pasado entró Pipo en Misa de niños y se los presenté. Les comenté que Pipo va a Misa todos los domingos. En ese momento llegó el viejito antiperros y lo corrió.

¡No exageremos! Ciertamente no es conveniente que las mascotas entren al templo porque molestan, pero también debemos tener en cuenta que algunas personas consideran a su mascota como de la familia y, también aquí, debemos ser tolerantes y educar mejor a nuestra comunidad para evitar la guerra en el templo de la paz.

Cuéntanos, ¿Qué hace la comunidad de tu parroquia ante una situación similar?

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* El padre Sergio Román del Real, sacerdote emérito de la Arquidiócesis Primada de México, falleció el 9 de septiembre de 2021, y con sus letras acercó a miles de fieles a Dios.  

Las 10 principales causas del fracaso de un matrimonio



En marzo próximo será presentado en España el informe del IV Observatorio del Derecho de Familia, el cual expone las principales causas que están llevando a los matrimonios al fracaso, a un ritmo muy acelerado.

De acuerdo con un avance del documento que reporta Religión en Libertad, las causas van desde el desgaste, alejamiento y falta de comunicación en la pareja, hasta las dificultades económicas, la infidelidad y la discrepancias en la educación de los hijos.

Si bien la investigación está basada en lo que reporta la Asociación Española de Abogados de Familia, los resultados no distan mucho de lo que en México está ocurriendo.

¿En México es lo mismo?

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la tasa de divorcios en México aumentó casi cuatro veces desde 1986; la proporción de divorcios ha incrementado de 7.5 a 25.7%, y cada vez son menos las parejas mexicanas que deciden casarse.

El INEGI también reporta que las mujeres tienden a divorciarse más jóvenes que los hombres, y si bien en España la violencia intrafamiliar ocupa el último lugar de este top ten, en México es una de las más comunes causas de divorcio.

10 principales causas del fracaso de un matrimonio.

1. Desgaste, alejamiento y falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo.

2. Desenamoramiento, a veces, acompañado del inicio de una relación con una tercera persona.

3. Infidelidades.

4. Dificultades económicas.

5. Discrepancias a raíz de la crianza y educación de los hijos.

6. La excesiva presencia de las respectivas familias políticas.

7. Irritabilidad o mal carácter de los esposos, que daña continuamente a la familia.

8. Elección de una pareja con un carácter incompatible e irreconciliable con el del otro.

9. Adicciones.

10. Violencia de género doméstica (trato inadecuado entre los miembros de la pareja)

¿Qué pasa si un enfermo de Covid muere sin confesión? Leer esto te reconfortará.


En estos tiempos, marcados por muchas muertes no anunciadas, donde es común escuchar que tal o cual persona falleció por causas de la pandemia, surge esta inquietante pregunta: ¿qué pasa con el alma de N, que muere de covid sin confesión (para bien morir) y tampoco pudo recibir la Unción de los Enfermos?

La gracia de los sacramentos

El Señor Jesucristo -médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos-, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo (cf Mc 2,1-12), quiso que su Iglesia continuara, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y salvación, incluso en sus propios miembros.

Esta es la finalidad de los dos Sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los Enfermos (CEC 421)

El Señor Jesús, desde el principio del anuncio del Reino de Dios, nos ha invitado, ayer y hoy, y más en estos tiempos a que estemos preparados, pues no sabemos ni el día ni la hora”.

Pero la realidad es otra

No estamos preparados para morir y las muertes por pandemia se multiplicaron y nos agarraron de sorpresa. Los sacerdotes tampoco estábamos preparados para algo así, y en muchos casos nos encontrábamos también resguardados.

En su desesperación, muchos fieles buscaban y no hallaban a un pastor dispuesto; aunque en la mayoría de los casos, ni siquiera lo pensaron o no les dio tiempo, pues la muerte sorprendió agresivamente a las familias.

¿Qué pasa con quien murió de covid sin confesión ni unción de enfermos?

Pero vayamos al punto. “Lo primero es lo primero”, dirían en mi rancho: la misericordia de Dios es infinita y mira el corazón de la persona enferma, las oraciones de los familiares y de la Iglesia.

El Señor se hace presente, en cada momento y circunstancia, en la vida de cada uno de nosotros (sus hijos), quienes, marcados por el Bautismo, fuimos llamados para participar de su vida, de la salvación y de la vida eterna.

Recordemos esta oración: 

Señor, dale el descanso eterno.

R. Y brille sobre él (ella) la luz eterna.

Descanse en paz.

R. Amén.

Su alma y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.

R. Amén.

La misericordia de Dios

Es decir, si el corazón del hombre se enfrenta al trono de la misericordia con fe, encuentra perdón y compasión, y por ello, el perdón de sus pecados y la salvación eterna.

En los rituales de estos dos Sacramentos hay clara referencia que el modo ordinario es a través de estos sacramentos de curación, del cuerpo y del alma, pero deja abierto el modo extraordinario de recibir dichas gracias, confiadas a la Iglesia.

Esto significa que lo ordinario es lo que nosotros los hombres podemos hacer en comunión de Iglesia, sacerdotes y laicado.

Por su parte, el modo extraordinario deja abierta la puerta a la acción directa de Dios para el perdón de los pecados, a través de un acto de contrición perfecta (como decían los clásicos): “un corazón puro, Señor, no lo rechazas”.

¿Qué es la penitencia interior?

“La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido.

Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia.

Esta conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables que los Padres llamaron animi cruciatus (aflicción del espíritu), compunctio cordis (arrepentimiento del corazón) (cf Concilio de Trento: DS 1676-1678; 1705; Catecismo Romano, 2, 5, 4)”. (CEC 1431)

El amor de Dios nunca quita

Los ritual de los Sacramentos de la Iglesia se centra en la oración comunitaria, la oración de unos por otros, para pedir al Señor que derrame sus gracias sacramentales, pero no cierra, ni puede cerrar las gracias divinas a la intervención directa y amorosa de Dios sobre todos sus hijos, “¡si yo quiero, a ti qué!”;

El amor de Dios misericordioso da siempre de más, nunca quita. Aún en los Sacramentos de la Iglesia se pide y supone para su eficacia redentora, el corazón sincero de aquel que pide y recibe sacramentalmente la absolución.

De modo ordinario y de modo extraordinario, supone la disposición del fiel penitente que al pedir recibe.

Conclusión

Dios quiere que todos los hombres se salven y alcancen la salvación, no quiere que ninguno de sus hijos se pierda; por eso nos ha dado los sacramentos de manera ordinaria.

Pero también  mantiene abierta su gracia para aquellos que de modo extraordinario, en el lecho del dolor y del peligro de muerte le suplican, obtengan el perdón y la redención, siempre y cuando pongan su corazón sincero ante Él, tanto el enfermo como la familia que ora y confía.

¡La misericordia de Dios es para todo aquel que cree en Él y se deja salvar por Él!

Hacer esta pregunta a tu pareja podría salvar tu matrimonio del divorcio


Un famoso escritor norteamericano publicó hace tiempo en su sitio web oficial una experiencia muy dolorosa, pero a la vez llena de luz, que quiso compartir con aquellas personas que desean salvar su matrimonio del divorcio.

Se trata de Richard Paul Evans. Actualmente tiene 59 años de edad, vive en Estados Unidos y es padre de cinco hijos. Es uno de los escritores más exitosos, con altos estándares de ventas en todo el mundo.

A continuación publicamos el texto:

Mi hija mayor, Jenna, me dijo recientemente: ‘Mi mayor miedo cuando era niña era que tú y mamá se divorciaran. Después, cuando tuve 12 años, decidí que, como ustedes peleaban tanto, tal vez fuese mejor que se separasen’. Al final me dijo, ‘Me hace feliz que lo hayan resuelto’.

Durante años, mi mujer, Keri, y yo tuvimos problemas.

Mirando atrás, no sé exactamente lo que nos unió, pero nuestras personalidades no combinaban bien. Y cuanto más tiempo estábamos casados, más extremas parecían esas diferencias. Ganar ‘fama y fortuna’ no facilitó nuestro matrimonio. En verdad, exacerbó nuestros problemas.

La tensión entre nosotros subió tanto, que viajar para promover los libros se convirtió en un alivio, pero parecía que siempre pagábamos por ello a la vuelta.

Nuestras peleas se hicieron tan constantes que era difícil incluso imaginar una relación tranquila. Estábamos siempre a la defensiva, construyendo fortalezas emocionales en nuestros corazones. Estábamos a las puertas del divorcio, y discutimos sobre eso más de una vez.

Mi matrimonio, ¿un error?

Yo estaba de gira con un libro cuando las cosas llegaron al límite. Acabábamos de tener otra gran pelea por teléfono y Keri me colgó en la cara.

Yo estaba solo, sintiéndome solitario, frustrado y con rabia. Había llegado a mi límite. Fue entonces cuando me volví a Dios. Me volví contra Dios.

No sé si se puede llamar oración, tal vez gritar a Dios no sea rezar, tal vez sí, pero sea lo que sea, lo que estaba haciendo nunca lo olvidaré.

Estaba en la ducha del hotel Buckhead, Atlanta Ritz-Carlton gritando a Dios que mi matrimonio era un error y que ya no podía seguir más. Por más que yo odiase la idea del divorcio, el dolor de permanecer juntos era demasiado.

Yo también estaba confuso. No lograba entender por qué el matrimonio con Keri era tan difícil. En el fondo sabía que Keri era una buena persona. Y yo era una buena persona.

Entonces, ¿por qué no conseguíamos entendernos? ¿Por qué me había casado con alguien tan diferente de mí? ¿Por qué ella no podía cambiar?

El cambio está en uno mismo

Finalmente, ronco y destruido, me senté en la ducha y empecé a llorar”.

En el fondo de mi desesperación, me vino una fuerte inspiración. “No puedes cambiarla, Rick. Solo puedes cambiarte a ti mismo“. En ese momento, empecé a rezar. “Si no puedo cambiarla, Dios, entonces cámbiame“.

Recé hasta bien tarde. Recé al día siguiente en el vuelo a casa. Recé cuando entraba por la puerta y cuando me encontré con una mujer fría, que casi ni me miró.

Esa noche, mientras estábamos acostados en nuestra cama, a centímetros uno del otro, pero a kilómetros de distancia, vino la inspiración. Supe lo que tenía que hacer.

La pregunta clave para evitar el divorcio

A la mañana siguiente, me giré en la cama hacia Keri y le pregunté:

-¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor? –Keri me miró con ira.

–¿Qué?

–¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

–No puedes hacer nada –dijo–. ¿Por qué me preguntas eso?

–Porque estoy siendo sincero –dije–. Solo quiero saber qué puedo hacer para que tu día sea mejor.

Me miró cínicamente.

–¿Quieres hacer algo? Limpia la cocina.

Ella esperaba que yo me enfadara. En vez de eso, asentí. ‘Está bien’. Me levanté y limpié la cocina”.

Al día siguiente, le pregunté lo mismo:

–¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

Ella entrecerró los ojos.

–Limpia el garaje.

Yo respiré hondo. Tenía un día lleno de trabajo y sabía que ella me lo decía a propósito. Estuve tentado de explotar contra ella. En vez de eso, dije: ‘Ok’. Me levanté, y durante dos horas limpié el garaje. Keri no sabía qué pensar.

Un acuerdo conmigo mismo

Llegó el día siguiente.

–¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

–Nada –dijo ella–. No puedes hacer nada. Por favor, para de decir eso.

–Disculpa –dije–. Pero no puedo. Hice un acuerdo conmigo mismo. ¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

–¿Por qué lo haces? –me preguntó.

–Porque me importas –le dije–. Y nuestro matrimonio.

A la mañana siguiente, le pregunté otra vez. Y la otra, y la siguiente. Después, durante la segunda semana, sucedió un milagro.

Cuando hice la pregunta, los ojos de Keri se llenaron de lágrimas. Después ella empezó a llorar desconsolada.

Cuando logró hablar, dijo:

-Por favor, para de preguntarme eso. Tú no eres el problema. Soy yo. Es difícil convivir conmigo. No sé por qué estás conmigo.

Gentilmente, levanté su cara y la miré a los ojos.

–Porque te amo– le dije–. ¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

–Yo soy la que debería preguntarte eso.

–Deberías –dije–. Pero ahora no. Ahora tengo que cambiar yo. Significa mucho para mí.

Ella inclinó la cabeza sobre mi pecho.

–Perdóname por haber sido tan mala.

–Te quiero –dije.

–Te quiero –respondió ella.

–¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

Me sonrió con dulzura.

–¿Podemos pasar algún tiempo juntos, quizás?

Sonreí.

–Me encantaría.

Una actitud que se contagia

Seguí preguntándoselo más de un mes. Y las cosas cambiaron. Las peleas terminaron. Después, Keri empezó a preguntar. “¿Qué necesitas de mí? ¿Cómo puedo ser una esposa mejor?”

Las barreras entre nosotros cayeron. Empezamos a tener discusiones significativas sobre lo que queríamos de la vida y cómo podíamos hacernos felices.

No, no resolvimos nuestros problemas. Tampoco puedo decir que no nos hayamos vuelto a pelear. Pero la naturaleza de nuestras peleas cambió. Cada vez más raras, como si hubieran perdido la energía que tenían antes. Las privamos de oxígeno. Ya no teníamos el deseo de machacarnos mutuamente.

Las diferencias se vuelven fortalezas

“Ahora, Keri y yo llevamos casados más de treinta años. No solo amo a mi mujer, también me gusta. Me gusta estar con ella. La deseo. La necesito.

Muchas de nuestras diferencias se volvieron fortalezas, y otras no tienen tanta importancia. Hemos aprendido a cuidar el uno del otro y, más importante, tenemos voluntad de hacerlo.

El matrimonio es difícil. Pero ser padre y madre, mantenerse en forma, escribir libros, y tantas otras cosas importantes y que valen la pena en mi vida también lo son.

Tener una compañera en la vida es un regalo increíble. También he aprendido que el matrimonio puede ayudarnos a curar nuestros defectos. Todos los tenemos.

Con el tiempo, aprendí que nuestra experiencia era una lección mucho mayor sobre el matrimonio. La pregunta que todo el mundo en una relación seria debería hacer a la persona amada es: ¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

¿Una receta para todos?

No estoy diciendo que lo que pasó entre Keri y yo funcione a todo el mundo. Tampoco estoy diciendo que todos los matrimonios deben ser salvados.

Pero para mí, estoy increíblemente agradecido por la inspiración que me vino ese día hace tanto tiempo.

Estoy agradecido por que mi familia aún está intacta y porque tengo a mi esposa, mi mejor amiga, en la cama a mi lado cuando me despierto por la mañana.

Y estoy agradecido porque incluso ahora, de vez en cuando, uno de los dos se gire en la cama y diga: ¿Qué puedo hacer para que tu día sea mejor?

Estar haciendo la pregunta o respondiéndola, es algo por lo que vale la pena luchar.

“¡Yo me opongo!” Impedimentos para casarse por la Iglesia


Es clásico en las películas y telenovelas que cuando, él o la protagonista, van a celebrar su Matrimonio, a medio melodrama aparezca alguien que se opone a la boda por una razón oculta, y que ahí se pone en evidencia. ¿Qué tan cierto es esto? Esta inquietud da pie al siguiente artículo sobre impedimentos para casarse por la Iglesia.

Que hable o calle para siempre

Cuando pensamos en una boda por la Iglesia esta idea de que alguien puede llegar e impedirla es más fantasía que realidad.

Y es que, no existe dentro del rito del matrimonio un momento en que le sacerdote diga: “¿Alguien conoce algún impedimento para que se realice esta boda?” Ni, mucho menos, dice: “Hable ahora o calle para siempre”.

Por lo tanto, no hay una oportunidad para que alguien se levante y declare sobre algún impedimento, aunque, claro, no falta algún “aventado” que interrumpa la celebración por esto o por cualquier otro motivo.

Sin embargo, el hecho de que no exista esta posibilidad dentro de la celebración, no quiere decir que la Iglesia no se asegure de que existan impedimentos para la celebración del Matrimonio; en gran medida esto tiene que ver con los requisitos que se piden.

El Matrimonio es sagrado

No está por demás recordar que el Matrimonio es para la Iglesia un Sacramento, esto que quiere decir que no se constituye sólo por el amor de la pareja, sino por una llamada que hace Dios a los novios para que su alianza conyugal sea signo y presencia de su amor Creador y Redentor.

Para que esta altísima misión sea posible, Dios enriquece a los esposos con una gracia particular de manera que puedan cumplir con todos los compromisos que se desprenden del sagrado matrimonio.

Y cuando digo “sagrado matrimonio” no lo hago como una fórmula elegante o piadosa, el matrimonio es sagrado por lo que en el se fundamenta: la familia; y en la familia se sostiene la Iglesia y la sociedad.

La Iglesia salvaguarda el Matrimonio

Partiendo de la convicción de lo sagrado del Matrimonio sacramental, la Iglesia se asegura que quienes van a recibirlo lo hagan libres de cualquier atadura que les impida llevarlo a buen término.

Para ello se tienen que cumplir una serie de pasos que, como ya lo he apuntado, tienen como finalidad salvaguardar la sacralidad del matrimonio.

Es una realidad que mucha gente se casa por moda, por un motivo meramente social, por la seducción de la banalidad, por inercia, por una mera costumbre.

Con las catequesis que se dan previamente a la celebración del Sacramento se logra conducir su intención hacia aquello por lo cual el Señor nos dejó el sacramento del Matrimonio.

Sin embargo, en otros casos no se logra y hay personas que, con tal de salirse con la suya, son capaces de lo que sea con tal de casarse por la Iglesia.

Aunque la Iglesia no es el FBI ni ninguna institución de investigación especializada, tiene algunos elementos para asegurarse que los novios se presentan con recta intención y que no hay impedimento alguno para que puedan casarse ante Dios. Estos elementos son:

Filtro 1. Libro de Bautismo

En el libro de Bautismos se encuentra todo el historial religioso de una persona.

Cuando se es bautizado, el acto se asienta en un libro llamado “libro de Bautismos”, donde por cada acta hay un espacio para “notas marginales”, y allí se anotan los sacramentos que recibe la persona.

Por ejemplo, cuando recibes la Confirmación, si fue en la misma parroquia de tu Bautismo, allí mismo se anota, tanto en el libro de Confirmaciones como en las notas marginales del libro de Bautismos.

Y si te Confirmaste en otra parroquia, el párroco de ese lugar debe de notificar a la parroquia donde te bautizaste que fuiste confirmado, para que lo asiente en las notas marginales.

Lo mismo sucede con el Matrimonio, cuando te casas por la Iglesia, además de asentarse el acto en el libro de Matrimonios, también se asienta en el libro de Bautismos.

Por eso, cuando te vas a casar, se te pide una “fe de Bautismo actualizada”, pues el notario parroquial irá al libro de Bautismos y verá si hay algo anotado en las notas marginales. Y si no hay nada, cuando te entregan la fe de bautismo actualizada dice “sin notas marginales”.

Con ello consta que no te has casado previamente con nadie o que hayas recibido el sacramento del Orden o hayas hechos votos religiosos, por lo cual no podría celebrarse el Matrimonio.

Filtro 2. Entrevista matrimonial

Otra manera es a través de la entrevista matrimonial. El sacerdote se encuentra con el novio y la novia por separado y con dos testigos por cada uno.

Allí se les interroga sobre sus intenciones al casarse, también sobre algunos aspectos de su vida que eventualmente podrían impedir el Matrimonio y, sobre la conciencia de aquello que están pidiendo a la Iglesia.

La entrevista con los testigos ayuda a asegurar lo dicho por los novios.

El sacerdote levanta un acta de esas entrevistas y anota la impresión que le ha dejado escuchar a todas las personas.

Esto ayuda mucho en el futuro cuando, por desgracia, se pueda dar un proceso de nulidad matrimonial, aquí se podrán encontrar indicios de las condiciones previas al Matrimonio.

Filtro 3. Las amonestaciones

Las “amonestaciones” son unos documentos que se exhiben mínimo por 3 semanas en las iglesias donde se publica la pretensión de los novios de casarse.

Y aquí sí, se ruega a la feligresía en general a que digan si conocen algún impedimento para que celebre la boda.

Si alguien tiene algo que denunciar, no va a interrumpir la celebración, va a ir al párroco y a decirle lo que le consta para que, simple y sencillamente si la acusación se demuestra, no se proceda al Matrimonio.

Quiere decir todo esto que, si se llega a celebrar un sacramento del Matrimonio, se han llevado a cabo estos pasos previos y, por lo tanto, se procede a la celebración constando que no hay impedimento alguno.

Pero, ¿qué se entiende por impedimento? Se entiende por impedimento aquellos elementos que, de existir, no permiten que se realice el sacramento del Matrimonio, y si se realiza lo hacen nulo, es decir, que no tiene validez.

¿Qué impedimentos pueden existir?


Hay varios tipos de impedimentos, y aquí los iré enunciando:

1. Impedimentos que nacen de circunstancias personales, es decir, de la condición en la que se encuentra cada persona, por ejemplo:

– Impedimento de edad, es decir, si se es menor de edad. Según el canon 1083 las edades mínimas para contraer matrimonio son de 16 años para el varón y 14 para la mujer.

– Impedimento de impotencia antecedente y perpetua, es decir, una persona que no pueda procrear y que esto se sepa antes del Matrimonio y que no tenga cura.

2. Impedimentos que nacen de causas jurídicas, es decir, que se opongan a normas establecidas o que la persona esté vinculada a otro compromiso o que haya hecho algo que le impida casarse:

– Impedimento de vínculo o ligamen, es decir, que esté casado con otra persona.

– Impedimento de disparidad de cultos es cuando uno de los dos no es católico. Este impedimento puede quitarse con el permiso del Obispo de la Diócesis.

– Impedimento de orden sagrado, es decir, que el varón sea sacerdote o diácono que haya hecho promesa de celibato.

Este impedimento también puede quitarse cuando el sacerdote o el diácono pide al Papa la separación del ejercicio de ministerio y la dispensa de la promesa celibataria.

–Impedimento de voto público y perpetuo de castidad en un instituto religioso, este caso es semejante al anterior, pero se refiere a los votos que hacen los religiosos.

3. Impedimentos que nacen de delitos, es decir, cuando uno de los novios sea por sí mismo o sea a través de otra persona, comete una falta como las siguientes:

– Impedimento de rapto: naturalmente se refiere a que uno de los novios rapta a la otra parte para obligarle a casarse.

– Impedimento de crimen: que puede ser cuando se violenta la libertad de una persona amenazándola de muerte para casarse, o cuando se amenaza a un familiar.

O pero aún, cuando por casarse con otra persona, cuando ya se está casado, se asesina al cónyuge para “quedar libre” (la realidad supera a la imaginación, decía mucho mi profesor de Derecho Canónico).

4. Impedimentos de parentesco, es decir, hay relaciones interpersonales por:

– Impedimento de consanguinidad: no se puede celebrar un Matrimonio entre parientes en línea recta en todos los grados, y en línea colateral hasta el cuarto grado inclusive.

5. Impedimento de afinidad es aquel que surge por el parentesco en una persona y los parientes de alguno de los cónyuges, son aquellos que llamamos “familia política”.

6. Impedimento de pública honestidad es cuando un matrimonio declarado nulo no permite que uno de los cónyuges se case con alguno de los familiares de su “expareja”.

7. Impedimento de parentesco legal es el que no permite el matrimonio de un padre adoptivo con su hija adoptiva y viceversa, o con los descendientes del hijo o de la hija adoptiva.

Conclusión

Aquí podría correr la tinta, pero lo importante es lo primero que dijimos: el Matrimonio es un Sacramento que todos debemos de cuidar, pues así como queremos sacerdotes santos y entregados a su vocación, también queremos matrimonios santos y entregados a su vocación.

Por ello, la Iglesia siempre cuidará, con los medios que tiene a su alcance, que aquellos novios que pretendan casarse, lo hagan con recta intención y conscientes del don maravilloso que van a recibir de Dios a través del ministerio de la Iglesia.

Cuidando al Matrimonio, garantizamos familias fuertes, una sociedad sana y una Iglesia santa.

Oribe Peralta: “La clave del éxito es Dios”



Oribe Peralta, uno de los futbolistas más importantes de México en las últimas décadas, anunció su retiro de las canchas luego de una carrera profesional de 19 años.

A Peralta se le recuerda por su paso en los clubes del futbol Monarcas, León, Rayados, Jaguares, Santos, América, Chivas, y porque su participación fue clave para que la Selección Mexicana obtuviera la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Pero en su tiempo como jugador, a Oribe Peralta lo acompañó la fe católica. El futbolista siempre ha reconocido que la ayuda de Dios ha sido clave en su carrera como deportista.

“La clave del éxito es Dios. Así de fácil, así de sencillo y simple”, dijo en 2014 en una entrevista con el medio El Observador de la Actualidad.

“He pasado momentos muy difíciles –agregó-, pero Él siempre ha estado ahí, él siempre me ha dicho: ‘espera, el momento va a llegar’ y así ha sido.

Por eso, asegura, siempre estará agradecido con Dios.

“Los tiempos de Él son perfectos, siempre estoy agradeciendo y convencido de que todas las cosas pasan por mi bien”.

Fue a través de las redes sociales, que el futbolista anunció su retiro. “Hoy que el silbato marca un cambio de juego que me lleva a continuar mis pasos fuera de las canchas, solo puedo decirte: gracias”, dice en su video de despedida.

De acuerdo con el medio especializado Récord, Oribe Peralta consiguió cuatro títulos de Liga MX, una Copa MX, dos Concachampions, medalla de oro en Juegos Panamericanos, medalla de oro en Juegos Olímpicos, una Copa Oro y una Copa Concacaf.

‘Instrumento de tu amor’, la canción que Franco Escamilla dedicó a Jesús.



Aunque ahora es un famoso comediante, con millones de seguidores en redes sociales y shows en diversos países todo el año, Franco Escamilla ha contado en muchas ocasiones que su carrera artística inició como músico.

Además, en sus shows y entrevistas también ha platicado que comenzó a tocar en el coro de una Iglesia en Monterrey, entidad donde vive desde que era adolescente. Pero, ¿Sabías que compuso una canción católica y que con ella ganó un concurso?

Instrumento de tu amor

En una entrevista para  Multimedios Televisión en noviembre de 2020, el comediante Franco Escamilla explicó que antes de iniciar su carrera, formaba parte del coro de la Iglesia del Santísimo Sacramento, en San Nicolás de los Garza.

En el 2005, el coro se inscribió al 16º Festival de la Canción Vocacional, que organiza cada año la Pastoral Vocacional del Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Monterrey, y él decidió inscribir también una canción de su autoría, titulada ‘Instrumento de tu amor’.

“Metí una rolita mía, acompañada por tres amigos, tocábamos cuatro guitarras (…) el coro no calificó a la final, pero el canto, que se llama Instrumento de tu amor, pasó a la final y ganó el concurso”, recordó en aquella entrevista.

Franco Escamilla, quien ha hablado en varias ocasiones sobre su fe católica, recuerda con cariño esos años en el coro de la Iglesia, donde incluso conoció a su esposa. Desde entonces, su canción ha sido retomada por diversos coros y grupos juveniles.

El Papa Francisco pide no ceder a la colonización ideológica actual

 

Este 10 de enero el Papa Francisco sostuvo un encuentro con los miembros del cuerpo diplomático internacional acreditado ante la Santa Sede, a quienes recordó que el objetivo de la diplomacia es ayudar a dejar a un lado los desacuerdos de la convivencia humana y favorecer la concordia.

Durante esta reunión, el Papa Francisco habló acerca de sus grandes preocupaciones, a las cuales constantemente alude en los mensajes que envía a la comunidad internacional, como la lucha contra la pandemia, la situación de los migrantes, la cuestión ecológica y los abusos en contra de menores.

Sin embargo, en esta ocasión hizo hincapié en dos temas de gran importancia para la labor diplomática: la colonización ideológica, que reniega de los fundamentos naturales de la humanidad, y la amenaza de las armas nucleares, cuyas consecuencias pueden ser devastadoras.

Colonización ideológica

Sobre la colonización ideológica que se está suscitando a nivel mundial, el Santo Padre señaló que ésta ha afectado incluso a muchas organizaciones internacionales, dando como resultado la creación de agendas estructuradas bajo un pensamiento único, que reniega de los fundamentos naturales de la humanidad, y las raíces culturales que constituyen la identidad de los pueblos.

“Como tuve oportunidad de afirmar en otras ocasiones, considero que se trata de una forma de colonización ideológica que no deja espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa cultura de la cancelación, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas”.

El Papa Francisco señaló que esta colonización ideológica frecuentemente pretende acallar posiciones distintas a las que integran la agenda, elaborando un pensamiento único, “peligroso”, que intenta obligar a renegar de la historia, y peor aún, a reescribirla con base en categorías contemporáneas.

“Por eso -dijo el Papa Francisco a los embajadores-, la diplomacia multilateral está llamada a ser verdaderamente inclusiva, no suprimiendo, sino valorando las diversidades y las sensibilidades históricas que distinguen a los distintos pueblos”.

Armas nucleares

En este sentido, el Papa Francisco inició su discurso hablando sobre conflictos específicos de actualidad, como los de Ucrania y el Cáucaso meridional; la crisis en los Balcanes, sobre todo en Bosnia y Herzegovina, o la crisis que afecta desde hace casi un año a Myanmar, entre otros.

Señaló que estos conflictos se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la falta de escrúpulos de quienes se encargan de distribuirlas. “Quien tiene armas -dijo-, tarde o temprano acaba usándolas, porque, como decía Pablo VI: ‘no es posible amar con armas ofensivas en las manos’”.

En cuanto a las armas nucleares, señaló que son motivo especial de preocupación, por lo que la Santa Sede sigue insistiendo en que son instrumentos inadecuados e inapropiados para responder a las amenazas a la seguridad en el siglo XXI, y cuya posesión es inmoral.

Aseguró que la fabricación de armamento nuclear desvía recursos a las perspectivas de un desarrollo humano integral, y “su uso es una amenaza para la existencia misma de la humanidad”.

Consejos para elegir a los padrinos de tus hijos



Lo primero que debemos saber es qué hacen los padrinos y madrinas. Un padrino debe ser un buen cristiano, ejemplar por su vida honesta, al que la Iglesia encomienda la misión de ayudar a los padres del niño en su educación cristiana.

Para que sea un cristiano cercano a su ahijado, la Iglesia le pide a los papás que ellos mismos lo escojan, cosa que cada vez es más difícil porque no suelen encontrarse buenos cristianos tan fácilmente.

Para que sean lícitamente padrinos, la Iglesia pide tres cosas:

Que sean mayores de 16 años.

Que hayan recibido el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión.

Que sean “o bien casados o bien solteros”; y allí está el problema, porque ya casi nadie se casa por la Iglesia.

Tampoco debe buscarse como padrinos a personas de otra religión, por buenas que sean; o a personas que no tienen un modo honesto de vivir; o personas en actividad alcohólica o bajo drogadicción. El padrino debe ser responsable porque se le encomienda nada menos que ayudar a los papás en la formación cristiana de los niños.

Es una buena obra para un cristiano aceptar responsablemente la invitación de ser padrino, siempre y cuando piense cumplir con su obligación. Sería bueno que desliguemos el ser padrino con esos gastos exagerados que, de hecho, si se hacen, corresponden a los papás.

Quien va a ser bautizado deberá tener un padrino o una madrina o uno y una, que hayan recibido los tres sacramentos de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, y lleven una vida congruente con la fe católica.

A las parejas de esposos que pretenden ser padrinos, se les pedirá constancia de su matrimonio eclesiástico, como un medio educativo que lleva a reconocer y a valorar ese estado de vida como exigencia de la vida cristiana.

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