Las jaculatorias son oraciones muy breves y sencillas que se lanzan en una exhalación; de hecho, la palabra jaculatoria viene del término ‘jaculari’, que significa ‘lanzar’.
San Francisco de Asís solía decir que las jaculatorias son como un suspiro de amor dirigido a Dios, como cuando se miran dos enamorados.
Es un instante en que se piensa en Él y se le dice algo breve y se reanuda lo que uno estaba haciendo.
Generalmente, las jaculatorias simples están basadas en un versículo de la Biblia o son frases dichas por algún santo, pero también puede ser cualquier palabra dedicada al Señor que salga de tu corazón.
A continuación, algunos ejemplos de jaculatorias simples para recordar nuestro amor a Dios y a la Virgen, y encomendarnos a ellos en cada momento de nuestro día:
Jesús, confío en Ti.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador.
Alabado sea Dios.
Señor, ten piedad de mí.
Señor mío y Dios mío.
Espíritu Santo, Ilumíname.
Santa María, ruega por nosotros.
Jesús, María y José.
Ave María Purísima.
¡Madre mía de Guadalupe!
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