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El Papa a personas ciegas: “Que Jesús les enseñe a ver con el corazón”


Durante la mañana de este 19 de febrero, el Papa Francisco recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a personas ciegas y débiles visuales de la Asociación “Voir Emsemble” a quienes pidió dejar que Jesús -Aquel que es Luz del mundo- se acerque a ellos, sane sus heridas y les enseñe a ver con el corazón.

El Papa Francisco señaló a los miembros de esta asociación francesa que en el evangelio de san Juan, Jesús se acerca a un ciego de nacimiento y se da cuenta de que necesita ser liberado, salvado.

Lo cual significa -dijo- que la mirada de Jesús nos precede, que nos llama al encuentro, a la acción, a la ternura y a la fraternidad, y que no nos ve como sus discípulos nacidos en pecado o castigados por Dios, como se consideraba a los ciegos en aquella época, en la que eran objeto de una mirada de exclusión.

La persona enferma o discapacitada -agregó el Papa Francisco-, a partir de su fragilidad y de su limitación, es muy valiosa para Jesús, y está en el centro de su encuentro con Él, quien la abre a la vida y a la fe.

“Hoy, por desgracia -señaló el Papa Francisco-, estamos acostumbrados a percibir sólo el exterior de las cosas, el aspecto más superficial. Nuestra cultura dice que las personas son dignas de interés según su aspecto físico, su ropa, sus bonitas casas, sus coches de lujo, su posición social, su riqueza”.

Expresó que Jesús, en cambio, nos invita a actuar inmediatamente, a consolar, a aliviar y curar las heridas del otro, a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento, a tender una mano a quienes lo necesitan, pues "la Iglesia es como un hospital de campaña".

En su mensaje a los miembros de la Asociación “Voir Emsemble”, el Papa se refirió a una frase del libro “El Principito” de Saint-Exupéry, en el escribía: "No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a nuestros ojos”, y en este sentido los llamó a ver con los ojos de Dios.

El Papa Francisco concluyó su discurso pidiendo a los presentes ser testigos de la Luz, como el ciego cuando profesaba su fe diciendo con sencillez: “Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo”, dado que todos estamos llamados a dar testimonio de Jesús en nuestra vida, “con el estilo de la acogida y el amor fraterno”.

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