La piedad popular ha creado una gran cantidad de mitos en relación con la Semana Santa, algunos tan absurdos como no vestir de rojo, no bañarse en un río o no clavar nada ni salir de casa después de las 15:00 horas el Viernes Santo; otros no son mitos, sino costumbres, como el hecho de no escuchar música en Semana Santa, que sean días en que hagamos un ejercicio de silencio.
Por lo tanto, no está prohibido como tal escuchar música en Semana Santa, pero es una costumbre que tenemos los católicos.
¿De dónde viene esta costumbre? En entrevista para Desde la fe, el especialista en Liturgia, el P. José Alberto Medel Ortega, explica que más que tratarse de una prohibición explícita de la Iglesia católica, es una costumbre propia de la religiosidad popular, de costumbres familiares muy antiguas, con las cuales muchas generaciones fueron educadas.
El sacerdote perteneciente a la Diócesis de Xochimilco recuerda que su padre, quien provenía de una familia tradicionalmente católica, les impedía escuchar música durante esos días santos, y tampoco los dejaba ver la televisión.
Para el sacerdote, esta costumbre está relacionada con el hecho de que en la liturgia de la Iglesia se limitaba un poco la música durante la Semana Mayor. “Pero sólo la música, no los cantos, pues incluso hay un gran acervo de cantos de Semana Santa, para los cuales se utilizaba otro tipo de interpretación, no con instrumentos musicales, sino con polifonías”.
Muy probablemente –continúa el liturgista– cuando se tuvo la posibilidad de contar con aparatos electrónicos para escuchar música, como los fonógrafos o los tocadiscos, la gente imitó en sus casas la austeridad y el silencio que había en las iglesias. “Era una imitación, nunca hubo una prohibición”, insiste.
El padre Medel asegura que si bien la limitación de la música en la liturgia es una indicación que sigue vigente, actualmente se permite un poco de música sólo para soportar el canto; es decir, para evitar desentonaciones, principalmente. “Fuera de ese criterio, no hay otra prohibición en sentido estricto”.
¿Qué tipo de música puedo escuchar en Semana Santa?
“La música siempre ha ocupado un lugar muy importante dentro de la liturgia y la vida espiritual, pues estimula los sentidos y ayuda a que estos vuelen hacia lo trascendente, hacia Dios”, asegura.
Y en este sentido, la música recomendable más bien depende de la circunstancia en la que la persona se quiera concentrar; “el punto es éste: ¿en qué me quiero concentrar? Por ejemplo, hay música de ambiente, música religiosa, que nos ayuda a centrarnos en los misterios que estamos celebrando”.
“Para el Jueves Santo, hay cantos eucarísticos; para el Viernes Santo, música o cánticos que hablan sobre la muerte de Jesús, sobre su amor, sobre la redención, sobre la misma Virgen María al pie de la cruz. Ya no conviene el Viernes Santo cantos sobre nuestros pecados, pues para esto tuvimos toda la Cuaresma; el Viernes Santo es para estar con Jesús que sufre”.
Sugiere el padre Medel que para el Sábado Santo sí convendría hacer un ejercicio de silencio porque ese día “Jesús duerme en el sepulcro”, y si no se puede, música sin canto, música tranquila, música relajante, música que invite a la serenidad y la paz. Y naturalmente, del Domingo de Resurrección en adelante, se puede escuchar música jubilosa, festiva, que invite a la alegría, al gozo, a la fiesta, a sacar las emociones ante el triunfo de Cristo Resucitado”.
“Pero repito: todo depende en qué me quiero concentrar, en qué quiero centrar mis sentidos. Bueno, pues si le damos a cada día su toque propio, hay distintos tipos de música que me van a ayudar a centrar mis sentidos en los sagrados misterios”, concluye.
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