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Este actor quiso ser sacerdote y se le negó; pero hoy vuelve a la pantalla como cura



En su juventud, Eric del Castillo tenía el sueño de ser sacerdote, y aunque logró ingresar al Seminario, por una razón que él mismo explica, no pudo cumplir aquel anhelo. Sin embargo, en diversas ocasiones, tanto en televisión como en la pantalla grande, ha tenido la oportunidad de dar vida varios curas, papel que pronto estará interpretando una vez más.

Recientemente, en entrevista para el programa Hoy, el actor de 88 años habló de su próxima vuelta a la pantalla chica, en una telenovela dirigida por el productor Carlos Moreno, en la que volverá a interpretar a un sacerdote.

El personaje desde luego no es nuevo para él: en 1963 participó en las películas “Tormenta en el ring” y “El señor tormenta”; y entre 1995 y 1996 dio vida al padre Anselmo Quiñones en la telenovela “Lo que la vida me robó”.

En dicha entrevista para Hoy, Eric del Castillo aseguró que más allá de ese papel recurrente que ha interpretado como actor, por poquito le hubiera tocado en la vida ser sacerdote, pues incluso de joven estuvo en el Seminario, “pero me tocó ser actor”.

Una adolescencia sin padre

En una entrevista concedida en 2019 a Desde la fe, Eric del Castillo cuenta que su padre fue un hombre ausente, y que sólo lo vio una vez, pero cuando se enteró de su muerte no pudo más que echarse a llorar de dolor.

“Tenía yo 14 años –refiere–, y venía regresando de Río Verde (San Luis Potosí), pues mi mamá me había enviado a estudiar a una escuela de por allá para que me ‘enderezara’, ya que era muy rebelde”.

El padre de Eric del Castillo, don Eduardo del Castillo, falleció la madrugada del 28 de noviembre de 1948, víctima del incendio en la Tlapalería La Sirena –que se ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México-, ya que era parte del cuerpo de bomberos, y al intentar salvar vidas fue devorado por las llamas junto con otros 11 “tragahumos”.

Tras la muerte de su padre, su madre se juntó con un hombre, con el que él jamás pudo llevarse bien, así que luego de escaparse del hogar más de una decena de veces, fue enviado a aquella escuela de Río Verde. Y fue a su regreso de San Luis Potosí cuando se enteró de que su padre había fallecido.

El camino del Seminario

Lo que don Eduardo del Castillo no hizo en vida por sus hermanos y por él –señaló el actor-, sin querer llegó a hacerlo con su muerte: debido al trágico incendio, el gobierno ofreció a las familias de los acaecidos becas para que los hijos estudiaran en la escuela que quisieran. “Mi mamá decidió meterme en el Internado de los Hermanos Maristas en México, y ahí comencé mi secundaria”.

Eric del Castillo relata que un día, en que iba a tener vacaciones y se había alistado con un trajecito para salir del internado, llegó un sacerdote salesiano y expresó algo que lo sacudió internamente: “Piensen –dijo, dirigiéndose a los estudiantes– que allá, en una isla lejana, hay un sacerdote misionero enfermo, que está muriendo y no hay nadie que lo sustituya”.

Esas palabras fueron una “bomba” para él. Ya ni siquiera quiso tomar sus vacaciones. Y al poco tiempo ingresó al Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras, conocido hoy como los Misioneros de Guadalupe. “Yo juraba y perjuraba que mi vocación era ser sacerdote”.

Metido ya de lleno en sus estudios religiosos, y feliz de su elección, acudió un día a un lugar donde había una alberca tan sucia que nadie se atrevía a usarla; en vez de agua, tenía un lodo lleno de natas. Fue sumergido en esa alberca de cabeza por un “grandulón abusivo”, de lo cual sacó una severa infección en los ojos que, por prescripción médica, le impediría leer durante largo tiempo.

“Eso significaba mi salida del Seminario. Y así me lo dijo el Rector. Fue un duro golpe. Agarré una cobija, hice mi tambache, y me despedí de quien encontré al paso”.

La actuación, siguiente y última parada

Cuando Eric llegó a casa, su madre se decepcionó, pues pensó que había abandonado el Seminario por capricho. Luego fue ella misma quien le sugirió estudiar actuación en la Escuela de Arte Dramático Andrés Soler, lo cual a él le sonó como un disparate, así que no fue.

Sin embargo, cierto día que andaba por un lado y otro buscando trabajo, pasó por dicha escuela, vio abierto el portón, se asomó y pidió permiso para visitar las instalaciones. “Vi fotos de María Félix, Pedro Armendáriz y otros. ¡Fue como si me hubiera caído un rayo! Me dije: ‘¡Quiero ser actor!’”, expresó.

Eric del Castillo señaló que ingresó a esa escuela, y pronto comenzó con algunas actuaciones menores; pero de ahí se le fue abriendo un abanico de oportunidades en el que ha interpretado todo tipo de papeles, como el de sacerdote, mismo que en un futuro próximo volverá a interpretar en una telenovela cuyo nombre aún no ha revelado el actor.

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