El hecho de que te sientas muy enamorado(a) y creas que ya encontraste a la persona de tus sueños, no significa que estés listo(a) para casarte. Falta mucho camino por recorrer, pues convertirse en esposo o esposa va más allá de eso.
Y es que, aunque todos fuimos creados para el amor, no siempre estamos listos para darlo y recibirlo. Esto es especialmente cierto cuando se trata del amor matrimonial, pues lo característico de este amor es que renunciamos a pensar y actuar como individuos o solteros para construir un “nosotros”, es decir, una comunidad, una familia.
Dicha comunidad la comenzamos con la decisión de entregarnos totalmente como pareja. Pero es en el diario vivir donde esta entrega se pone en práctica y se convierte en la base de la cual nacen la armonía, la comprensión y la unidad que constituyen la comunión de vida matrimonial.
Si este es tu concepto y el tipo de amor al cual aspiras, vas por buen camino, pero de cualquier forma es bueno que analices si ya estás listo(a) para ponerlo en práctica. Con ese objetivo, te proponemos que te hagas las siguientes preguntas:
1. ¿Eres una persona que sabe que la felicidad no depende de nada ni nadie fuera de ti, sino de tu decisión por ver la vida con positivismo y gratitud?
2. ¿Estás conforme con lo que haces, pues das siempre lo mejor de ti, o eres, por el contrario, un conformista o una persona que te juzgas con severidad a ti mismo?
3. ¿Sabes expresar tu disgusto y tu rabia sin ofender a los demás?
4. ¿Sabes pedir perdón cuando cometes errores y sabes perdonar cuando te ofenden?
5. ¿Te sientes capaz de cambiar o sacrificar tu decisión de salir de fiesta con tus amigos por incluir siempre a tu pareja en tus planes de diversión?
6. ¿Estás listo(a) para crear y gozar del tiempo que se comparte en pareja y en familia?
7. Si acostumbras beber o fumar muy a menudo: ¿estás dispuesto(a) a dejar tus vicios por tener un matrimonio estable y feliz?
8. ¿Puedes enumerar al menos cinco sacrificios que estás dispuesto(a) a hacer cuando estés casado(a)?
9. ¿Crees que el hecho de ser mayor te ha dado ya la suficiente madurez para saber llevar un matrimonio? O, si eres joven, ¿sabes si tu edad no te permite tener la madurez que se debiera?
10. ¿Crees que el matrimonio será la solución a muchos de tus problemas?
11. ¿Estás seguro(a) de estar enamorado(a) de tu pareja y de nadie más?
12. ¿Te vas a casar únicamente porque ya hay un embarazo de por medio?
13. ¿Estás seguro(a) que al casarte no tratas de huir de los problemas que tienes en tu casa?
14. ¿La razón por la que te casas es porque tu pareja te comprende?
15. ¿Has decidido casarte porque sientes que estás ya muy mayor para seguir soltero(a)?
Si tus respuestas dieron como resultado que lo que te mueve a casarte es sólo el amor y el deseo de dar lo mejor de ti por el bien de la otra persona, aunque esto implique sacrificios, entonces ya estás preparado(a) para el Matrimonio.
La vida de soltero(a), será pronto “historia pasada”. Ahora debes disponerte a crear una vida en familia. La vida de casados es tan divertida como tú la quieras hacer, pues ahora todo lo compartirás con el amor de tu vida. No se trata de perder tu individualidad, sino más bien de encontrar las actividades adecuadas en las que los dos puedan participar.
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