Agenda 2030: La cara oculta de la ONU (la operación de las Naciones Unidas para ir a un mundo post-cristiano)



Murió el enviado de Juan Pablo II que descubrió el plan a largo plazo de la ONU.

El 3 de mayo de 2022 murió a los 92 años monseñor Michael Schooyans.

A muchos no les dirá nada este nombre, pero el obispo Schooyans fue una personalidad importante dentro de la Iglesia.

Fue miembro de tres academias pontificias: la de ciencias sociales, la academia Santo Tomás de Aquino y la de la vida.

De origen belga, obtuvo varios doctorados y trabajó especialmente en las áreas de la filosofía, la demografía y la teología.

Fue profesor de varias universidades, entre ellas la de Lovaina, y ejerció su ministerio parroquial en Brasil y en Bélgica.

Ha escrito cientos de artículos y decenas de libros, pero su obra más importante fue una que tuvo a Juan Pablo II como actor, ambos acordaron que Schooyans se sentara en la ONU y le contara al pontífice lo que sucede allí.

De esta experiencia surgió el libro «La cara oculta de las Naciones Unidas», donde relata cómo la ONU está en un proceso de cambiar el mundo con una dinámica propia, y no es una mera institución coordinadora de lo que opinan las naciones que la constituyen.

Aquí hablaremos sobre las cosas que no salen a la luz sobre la ONU que encontró monseñor Schooyans en su investigación sobre la ONU, para que te formes opinión sobre esta institución.

No está del todo claro si fue el Papa que le pidió al padre Schooyans que se sentara en la ONU para investigar lo que pasaba allí adentro o partió de él, pero lo importante que lo hizo con la anuencia el poder papal.

De esta investigación emergió un libro publicado en Europa «La cara oculta de las Naciones Unidas».

También publicado en español en el 2002, pero que hoy no se consigue.

Lo que este monseñor encontró es especialmente importante hoy porque lo que alguna vez fue una noble institución de coordinación entre naciones, hoy muestra otra realidad.

Porque está operando un proyecto propio para formar un nuevo orden mundial basado en una visión anticristiana de los nuevos derechos del hombre, en la sumisión de las naciones y en la preeminencia de la ecología sobre el hombre.

Lo que encontró el padre Schooyans se ha venido confirmando en los últimos tiempos, con la primacía por ejemplo, de la Organización Mundial de la Salud sobre los órganos competentes en cada país ultimamente.

Ahora es lícito preguntarse cómo una organización que en teoría responde al colegiado de todas las naciones del mundo, está teniendo esta independencia de un proyecto propio.

Desde el punto de vista humano, la ONU es una casta de personas que no son elegidos democráticamente por ninguna votación.

En su mayoría no son designados por los gobiernos, sino son nombrados con su consenso, lo que básicamente significa que es el resultado de acciones de cabildeo de la burocracia de la ONU.

Los funcionarios subcontratan a expertos externos, con el tiempo pasan a ser funcionarios de la ONU, luego cesan de serlo y vuelven a su trabajo de asesores, y más adelante serán de nuevo funcionarios, y así en una circulación permanente de la misma gente afín ideológicamente.

El secreto está en cómo manejan el consenso.

El consenso se obtiene en las asambleas internacionales gracias a las organizaciones no gubernamentales que hacen un buen trabajo de cabildeo.

Estas ONG´s están financiadas por poderosas fundaciones privadas, corporaciones globales, grupos farmacéuticos internacionales, etc.

Y luego es operado a nivel de cada país por una potente red de socios ideológicamente alineados, que expanden su influencia y la aplicación de sus reglas.

Movimientos de mujeres, organizaciones juveniles, ONG de desarrollo, organizaciones caritativas, organizaciones locales, medios de comunicación, instituciones de salud, etc.

Y así en conjunto, los burócratas de la ONU, más las ONG’s financiadas por grandes grupos privados mundiales y legitimadas por la propia ONU, presionan de diversas formas a los gobiernos nacionales para que se alineen a las propuestas de la organización.

Lo hacen a través de otorgar dinero para planes que a ellos les interesan y restringirlos para los que no les interesan.

Y trabajan para que sus iniciativas se incorporen a las legislaciones nacionales.

La reingeniería está avanzando rápidamente y la ONU está operando un plan maestro cuya meta es el año 2030.

Está basado en 4 agendas.

La agenda de población, que introduce el control de la población y su reducción.

La agenda de salud reproductiva, que recomienda la anticoncepción, el aborto y la esterilización.

La agenda de la diversidad sexual, que promueve la ideología de género.

Y la agenda ecológica, que promueve el concepto de la lucha contra el cambio climático y la gobernanza mundial ecológica.

Todo lo que sucede en los países en torno de estas 4 agendas está presionado ideológicamente por la ONU y apalancado por donaciones de la ONU propiamente y de fundaciones privadas que recomiendan los propios funcionarios de la organización mundial.

Un punto central son los nuevos derechos que se suman a la declaración de derechos humanos de 1948.

Estos derechos de la declaración de 1948 incluían el derecho a la vida, la convalidación de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad, que son libres de asociarse, de elegir el régimen político que los gobierne, de organizarse en sindicatos, de fundar una familia, de adherir a una religión, etc.

Pero el Padre Schooyans documentó que los funcionarios de la ONU presionan para que se adopten «nuevos derechos del hombre», incluidos los que el autor ve como «reagrupados en torno a los derechos sexuales».

Lo que son unos sobre que las diferencias de roles entre hombres y mujeres en la sociedad no son naturales, sino culturales.

Que toda persona es libre de elegir su sexo o cambiarlo, lo que incluye el matrimonio no heterosexual y el derecho a la adopción

La promoción de modelos de familias monoparentales y del mismo sexo.

El acceso legalizado y fácil a la anticoncepción y al aborto.

La educación sexual obligatoria para adolescentes y niños, sustraídos al control de los padres.

Estos nuevos derechos a su vez impulsan la legitmación de la eutanasia, la supresión de la supervisión de los hijos por los padres, la pedofilia, el divorcio, y también varias formas de prostitución.

Otra innovación es que estos nuevos derechos se basan en la idea de que el hombre está sujeto a la tierra y no a la afirmación tradicional del cristianismo de que la tierra está sujeta al hombre.

La agenda de la ONU implica que los derechos de la Madre Tierra son más importantes que los derechos de estos seres efímeros llamados hombres.

Y es por eso que proponen la restricción de la expansión humana, porque es perjudicial para el planeta.

La Carta de la Tierra de la ONU exige al hombre reconocer, no sólo los derechos de la tierra en general, sino también los derechos de todos los seres vivos, especialmente de los animales, dentro de los que el hombre es sólo uno más y el mayor depredador.

El Padre Schooyans dice que esto significa deificar la Tierra y desacralizar al hombre.

Concibe al hombre sólo como el producto de una evolución material que debe someterse a los imperativos del mundo que lo rodea, la naturaleza y la ecología.

Y promueve que el hombre debe aceptar no ser más el centro del mundo.

Según esta interpretación de la naturaleza y del hombre, la «ley natural» ya no es más aquella que está escrita en el corazón y en la inteligencia del hombre, sino que es la ley implacable y violenta que la naturaleza impone al hombre.

Son centrales en este planteo los ecologistas de la New Age, que presentan a la población humana como predadores, que debe ser restringida para un desarrollo sostenible.

Y es ese desarrollo sostenible la base de la Agenda 2030 de la ONU, que tiene como meta muy evidente avanzar en un Gobierno Mundial.

Para ello tiene que debilitar a la familia y a las naciones desde una posición de poder.

Es por eso que desde el 2000 se creó el cargo de Representante Especial del Secretario General de la ONU, que es el encargado de la protección de los defensores de los derechos del hombre.

Con lo que se busca penalizar legalmente a quienes violan el cumplimiento de los nuevos derechos, incluidos los de la tierra.

Por lo que el próximo paso es promover que las naciones hagan leyes para proteger los nuevos derechos.

Los burócratas de la ONU manejan el término de «compartir la responsabilidad», pero es una nueva expresión que esconde algo más detrás, indica que la ONU ya no se conforma con jugar un papel secundario en el mundo.

El padre Schooyan sostiene que el esfuerzo de la ONU es que se erija en un verdadero caldo de cultivo para un gobierno mundial mediante una concentración de poder sin precedentes en la historia.

Que estaría en una posición de jerarquía superior a las naciones, y que dejaría a los gobiernos y parlamentos en un papel residual.

Todo lo que está sucediendo implica que la ONU tiene la intención de ponerse en el centro del poder mundial y equiparse, poco a poco, con todos los instrumentos de control que necesite para ejercer lo que cree, es su misión en el Nuevo Milenio.

Incluso ha incursionado en la creación de una religión mundial para obtener una nueva ética planetaria.

Esta nueva religión sería panteista y abarcaría a todos los seres vivos con Gaia como centro.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre lo que halló el padre Schooyans en la ONU, donde actúa una poderosa fuerza hacia la concentración de poder que aparenta tener un motor propio para rediseñar el mundo.

Y me gustaría preguntarte qué es lo que da la fuerza a la ONU para crear un gobierno mundial de a poco.

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