La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, se ha caracterizado por su abierto apoyo al aborto; esto llevó a que el pasado 19 de mayo el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, de la arquidiócesis a la que ella pertenece, le prohibiera la comunión.
El sacerdote Eduardo Hayen, responsable de la Pastoral Familiar en la diócesis de Ciudad Juárez, explica al respecto: aunque no se trata de una excomunión formal, sino de una censura pública que le prohíbe el acceso a la Comunión eucarística, para muchas personas, dentro de la Iglesia católica, la pena que el arzobispo impuso sobre la señora Pelosi fue una decisión ejemplar y valiente que pocos obispos se atreven a hacer.
No obstante -dijo- también ha habido reacciones contrarias, pues algunos sacerdotes afirman que ellos no pueden negar la Comunión a nadie, ya que no están para condenar sino para mostrar cercanía y ternura en todo momento, con el estilo de Dios.
En este sentido, el padre Hayen, líder de opinión en México, habla de la importancia de esta pena canónica a una de las líderes del mundo político con más influencia y poder en Estados Unidos.
Una decisión sopesada
Para el sacerdote, la acción del arzobispo Cordileone es una acción que tuvo que ser largamente meditada y con disposición a asumir el sufrimiento por los efectos que pueda tener sobre él, sobre su arquidiócesis y sobre la Iglesia norteamericana.
Recordó que el arzobispo Cordileone publicó en 2021 una carta pastoral llamada “Desde antes de formarte en el útero te conocí”, en la que reflexionaba sobre la santidad de la vida humana y las razones por las que un político católico pro aborto no debe recibir la sagrada Comunión.
También –abundó– en una entrevista con el periodista Eric Sammons, Cordileone manifestó su frustración y decepción por el apoyo público y radical que Nancy Pelosi había dado al aborto, pero dijo que antes de tomar una decisión de censurarla, era necesario hablar con ella sobre la gravedad de sus acciones.
El arzobispo “dejó pasar un año después de la publicación de la carta pastoral; hubo varios intentos de entablar comunicación con la Pelosi; ella endureció su postura abortista y jamás mostró arrepentimiento. Estas circunstancias llevaron finalmente a Cordileone a imponer la pena canónica. Sobre aviso no hay engaño”.
La trascendencia del acto
Durante su vida pública, Nancy Pelosi se ha declarado devota católica y, al mismo tiempo, es promotora del aborto. Asiste regularmente a la Iglesia de la Santísima Trinidad en Georgetown en DC donde recibe la Comunión.
Ante esta situación, fue que Cordileone explicó en su carta pastoral que aquellos que rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la santidad de la vida humana se ponen en contradicción con la comunión de la Iglesia, y por eso no deben recibir el sacramento de esa comunión que es la Eucaristía.
Pero además, el arzobispo advertía que, de no prohibirle la Comunión, además de poner en peligro su bien espiritual, estaba el peligro del escándalo. “Por su falso testimonio otros católicos pueden llegar a dudar de la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, la Sagrada Eucaristía o ambos”.
Por lo pronto, Cordileone ha señalado también los pasos que debe seguir Nancy Pelosi para regresar a la Sagrada Comunión: “no debe presentarse para la Sagrada Comunión y, si lo hace, no debe ser admitida a la Sagrada Comunión, hasta que repudie públicamente su defensa de la legitimidad del aborto y confiese y reciba la absolución de este grave pecado en el sacramento de la Penitencia”.
Un llamado a todos los católicos pro aborto
Para el padre Eduardo Hayen, muchos católicos agradecen la claridad de las enseñanzas de monseñor Cordileone y apoyan la pena impuesta a Nancy Pelosi.
“Era necesaria una acción severa, pero al mismo tiempo llena de caridad pastoral, para mostrar la luz de la Verdad; y de esa manera evitar que su alma se pierda y que otros católicos la sigan por el camino que puede conducir a la reprobación eterna. Es necesario orar por ella y por los políticos católicos que promueven la cultura de la muerte”.
Finalmente, aseguró que la prohibición de comulgar a la señora Pelosi es un llamado a una seria reflexión para todos aquellos católicos que públicamente se declaran a favor del aborto, entre ellos el presidente Joe Biden.
“Si se ha puesto en entredicho a una poderosa mujer quien apoya públicamente el asesinato de inocentes, los políticos católicos pro aborto deben de recapacitar sobre su postura y pedir la luz al Espíritu para que ilumine su conciencia, les descubra la sacralidad de la vida humana y los haga crecer en su formación como discípulos de Jesús”.
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