Aunque para un católico bien formado en su fe esta pregunta tiene una respuesta obvia, es sorprendente que aun hoy día, e incluso diría que cada día con mayor frecuencia, más personas se pregunten si un católico es o no es cristiano.
Algo que todo católico debe admitir con plena sinceridad y objetividad, es que el nivel de formación doctrinal del católico promedio es muy pobre, son millones los que se hacen llamar a sí mismos "católicos", y quienes incluso asisten a misa con relativa frecuencia, pero que desconocen profundamente su fe, este hecho ha permitido una inmensa confusión y el gran avance de las denominaciones protestantes, quienes con un discurso más "efusivamente" cristiano han logrado construir en el imaginario colectivo una diferencia entre "católico" y "cristiano" como dos cosas distintas.
Es escandaloso escuchar, incluso a católicos, decir de alguna otra persona que abandonó la Iglesia que "se volvió cristiano", como si antes, como católico, no lo hubiese sido.
Pero entonces, ¿la iglesia católica es cristiana?
La respuesta es contundente: Claro que Sí. La Iglesia Católica es cristiana, tan cristiana que fue fundada por el mismísmo Jesucristo, por tanto, no es exagerado decir que esta es, de hecho, la original Iglesia de Cristo, la Iglesia de la Biblia, la que Jesús edificó frente a sus Apóstoles con Pedro a la cabeza como el principal encargado de apacentar al rebaño de Cristo en la tierra, como se nos relata en el evangelio de Mateo capítulo 16:18-19:
18. "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro (piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.La Iglesia Católica es la única que puede reclamar la herencia del significado de los versículos recién citados, puesto que es la única Iglesia que existe hoy día, de todas las que se reclaman "cristianas", que se remonta a los tiempos de Cristo y los apóstoles(1).
19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos".
¿Y cómo podemos saber y afirmar que se trata de la misma Iglesia de la que habla Jesús en Mateo 16:18? Esto lo podemos saber gracias a un hecho de suma relevancia: a la Sucesión Apostólica ininterrumpida por más de 2000 años, Sucesión Apostólica que ha garantizado que esta columna y fundamento de la Verdad que es la Iglesia permanezca en el tiempo, que sea portadora de una continuidad histórica que la hace ser esa misma comunidad de los apóstoles, no "heredera" de aquella Iglesia, sino literalmente esa misma Iglesia, esa misma comunidad que creció, se expandió por las naciones y que nunca ha dejado de existir desde entonces, llevando a cabo su labor evangelizadora de generación en generación, de siglo en siglo por todos los rincones de la Tierra.
Como queda claro, el propio origen de la Iglesia proviene de Cristo, quien es su fundador; y la primera y más importante razón de ser de esta Iglesia es precisamente anunciar a Cristo a todas las naciones y a todos los hombres de la tierra (como Él mismo ordenó), para decirle al mundo que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías Verdadero, el Cordero de Dios que fue entregado por nuestros pecados y que resucitó venciendo a la muerte como prueba de su divinidad. La tarea de la Iglesia Católica es cumplir fielmente con el mandato de Cristo de ir a buscar discípulos de todas las naciones bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñarles, transmitirles, la verdad de la revelación divina, pues, como también nos enseña la escritura, la Iglesia es "columna y fundamento de la Verdad". ¿Y qué otra cosa es la Verdad si no Cristo?
Cristo, el protagonista de la Misa.
El propio rito de culto más importante de los católicos, la santa misa, es absolutamente "cristocéntrico", es un acto de adoración a Dios, recordando y actualizando el sacrificio realizado por Jesús al entregar su vida para el perdón de los pecados, de ahí que la parte central de la misa, el momento cumbre de la misma, después de las lecturas de la escritura, de la homilía, de los cantos de alabanza, etc., es el momento donde Cristo se hace realmente presente en la eucaristía, cuando el pan y el vino se convierten en su cuerpo y en su sangre, y los cristianos reafirmamos nuestra comunión con Él a través de recibir ese cuerpo y esa sangre, como hicieron aquellos primeros cristianos, los apóstoles, en la última cena:
26. Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió, y dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo".Cuando se dimensiona correctamente la enorme importancia y la magnitud que le damos los católicos al Cuerpo y a la Sangre de Cristo en cada Misa (Misa que el teólogo ex-protestante Scott Hahn considera una extensión del cielo en la tierra en la que descienden los ángeles para adorar junto a nosotros al Señor) por sabernos ante la presencia de Nuestro Rey y Salvador en el momento del culto, se vuelve fácil reconocer que Cristo es el centro mismo de toda nuestra fe católica.
27. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "Bebed de ella todos,
28. porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados". (Mateo 26:26-28).
¿La Iglesia Católica fue cristiana y dejó de serlo?
Entre el protestantismo encontramos dos clases de detractores que niegan el carácter cristiano de la Iglesia Católica. Por un lado están los más radicales y fanáticamente anticatólicos, quienes dicen que la Iglesia "original" o "primitiva" que fundó Jesucristo se perdió en una época muy temprana después de la muerte de los apóstoles y que la Iglesia Católica "surgió siglos después" como un mero invento del emperador Constantino(2) para adorar ídolos paganos con una cubierta cristiana y que por tanto la Iglesia Católica no es y nunca fue cristiana, sino pagana, idólatra, e incluso, "satánica" desde sus inicios.
Otro sector, un poco más moderado y sensato, admite que efectivamente la Iglesia Católica tiene dos mil años de existencia y es la Iglesia que proviene de Cristo y los apóstoles, pero que a partir del año 313 con el Edicto de Milán emitido por Constantino para tolerar al cristianismo y a las demás religiones dentro del imperio romano, la Iglesia fue paulatinamente "corrompiéndose", "paganizándose" y terminó por perder su conexión con el antiguo cristianismo que antes poseía, el cual, supuestamente, habría sido restaurado en la reforma protestante.
Ambas afirmaciones, aunque nuestros hermanos protestantes no puedan visualizarlo desde la óptica con la cual ven las cosas, son una rotunda negación de la Biblia, la misma que ellos colocan como único criterio de autoridad en materia de fe y de doctrina. ¿Por qué decimos que es una negación de la Sagrada Escritura? Porque pensar de esta forma, es tanto como decir que Cristo mintió, o bien, que se equivocó, pues Jesús establece su Iglesia y le emite lo que podríamos llamar un "seguro de indestructibilidad" cuando dice "sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" y también en Mateo 28, 20 leemos la siguiente instrucción y promesa de perpetuidad a su Iglesia cuando manda a los primeros dirigentes de ésta a todas las naciones en busca de discípulos: "y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
¡Contundente! ¡A la Iglesia de Cristo, que es la Iglesia católica, según los que nos dice el propio Cristo a través del evangelio, nada ni nadie la puede corromper, nada ni nadie la puede destruir, y nunca ha dejado ni dejará de existir!
Cuando Cristo dice "estoy con vosotros", se refiere a su Iglesia representada en ese momento por los apóstoles, por eso dice "todos los días hasta el fin del mundo", ya que aunque esos apóstoles en algún momento fueran morir, harían crecer y hacer preservar la Iglesia, tal como ocurrió, con nuevos discípulos y seguidores de Cristo de entre los cuales surgirían los sucesores de los apóstoles. Es por esto que no dice "estoy con vosotros hasta que el último de vosotros muera", como muchos protestantes intentan interpretar del "estoy con vosotros" para decir que aquella Iglesia ya no existe o que dejó de existir por aproximadamente 16 siglos hasta que llegó Lutero, tesis que es completamente inconsistente con las promesas de Jesús a su Iglesia que vimos anteriormente.
Conclusión.
Si reconocemos que Jesús fundó su Iglesia para hacer conocer a través de ésta el Nuevo Pacto de Dios con la humanidad, y que dicha Iglesia tiene la promesa de que ni el mismo infierno podrá destruirla porque siempre estará acompañada por Cristo y por el Espíritu Santo, y que aquella "primera Iglesia" del Nuevo Testamento perduró en el tiempo a través de la autoridad otorgada por los apóstoles (que a su vez habían recibido de Cristo) a sus sucesores, y que dicha sucesión de autoridad apostólica nunca cesó en el tiempo, y que hoy está representada por los obispos de la Iglesia, podemos concluir no solo que ésta que hoy conocemos hoy como la Iglesia Católica es legítimamente cristiana, sino que es la verdadera y auténtica Iglesia que nos viene desde Cristo y de la cual nos habla la Biblia.
Así que si eres católico, alégrate, porque estás en la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, y si no lo eres, también alégrate, porque tienes las puertas abiertas a ella.
Alfredo Rodríguez.
(1). Por supuesto también la Iglesia ortodoxa viene desde Cristo y los apóstoles, pero más que reconocerla como "otra Iglesia diferente", la reconocemos como parte de esa misma Iglesia cristiana que es Una, Santa, Católica y Apostólica que se remonta al primer siglo, pero con quien, desafortunadamente, la comunión se rompió en el año 1054, y seguimos esperando que se restablezca, pues como diría el Papa San Juan Pablo II, la Iglesia de oriente es el otro pulmón por el que respira la Iglesia universal.
(2) Ver: Constantino no fundó la Iglesia católica ni fue Papa, te lo demostramos.
Siempre les digo que nosotros somos lo primeros y únicos cristianos. Les explico lo que CATOLICO significa y de dónde proviene. Katolic del de la lengua griega, significa UNIVERSAL. Por todo el mundo, una sola fe cristiana.
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