Padre eterno,
de quien procede
toda paternidad:
Ponemos
en Tus manos amorosas
a los papás.
Cólmalos de Tu amor
y bendiciones.
Dales un corazón
como el Tuyo
fuerte y tierno, sabio
y compasivo,
capaz de reír
y de llorar,
que no tema mostrar vulnerabilidad.
A los papás
que no quieren
al hijo no nacido
que han engendrado
comunícales Tu amor
por la vida
para que
no le impidan nacer
ni se desentiendan
de su cuidado.
A los papás
que tienen que criar solos
a sus hijos,
a los que están lejos
de su familia,
a los migrantes, presos, damnificados,
perseguidos, refugiados,
sostenlos, socórrelos, acompáñalos.
A los papás enfermos, ancianos, maltratados,
abandonados,
que pasan necesidad,
que sufren por un hijo
en problemas,
por haberlo perdido,
por vivir en soledad,
abrázalos, consuélalos, acompáñalos.
A los papás difuntos tómales en cuenta
el bien que hicieron,
perdónales sus faltas y recíbelos en el cielo
Bendice a los papás
por estar siempre dispuestos a escuchar,
por su paciencia
para enseñar,
por disimular
sus sacrificios,
por su apoyo
y su perdón incondicional,
por amar sin esperar agradecimiento,
por darlo todo
sin buscar reconocimiento,
por vivir y comunicar fe, esperanza y caridad,
y ser imagen
de Tu amor paternal.
Concédeles aprender
de Jesús
a volver a Ti la mirada
y abandonarse
a Tu voluntad
sin reservarse nada,
dejarse conducir
por el Espíritu Santo
hallar en san José
ejemplo e intercesión,
y en Santa María
de Guadalupe
refugio, consejo y maternal protección. Amén.
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