Dicen que una de las mejores estrategias del diablo es hacerle creer al mundo que no existe… y pareciera que le está yendo bastante bien. Me ha pasado encontrarme con gente que me dice: «Yo no creo en el infierno, para mí el diablo no existe. Dios no es tan malo como para crear un lugar así».
Hay que recuperar la conciencia de que el ángel caído sí existe y de que actúa todo el tiempo buscando que nos condenemos. Estas son algunas películas que ilustran (de manera un tanto violenta para menores) casos de la vida real sobre la existencia del demonio y de que el puede tomar posesión de la personas si lo dejas.
1. El Exorcista
Este film de William Friedkin está basado en una historia real ocurrida en 1949. En la película, la poseída es una niña de 12 años, mientras que en el caso de la vida real, fue un chico de 14, a quién la Iglesia le dio el nombre de Roland Doe para proteger su identidad. Las actividades paranormales comenzaron en la casa de Roland en enero de 1949 cuando, en el dormitorio de su abuela, un cuadro en el que estaba representado Jesús, apareció torcido y se movía como si alguien golpeara la pared tras él. Cuando el cuadro fue enderezado se siguió escuchando el chirrido de unos arañazos tras la pared, «como si una garra rascara la madera» durante 11 días. Estos ruidos se detuvieron casualmente el día en que murió Harriet, una tía espiritista de Roland, que le había enseñado a manejar la Ouija. Cuando la mujer falleció, el adolescente habría intentado contactarla a través de la famosa y esotérica tabla. A partir de ese momento los problemas comenzaron a subir de tono.
El film nos ayuda a entender que las cosas que parecen una estupidez (como el juego de la Ouija) no son tonterías con las que se puede jugar con amigos en una juntada a la noche o algo por el estilo. El diablo atiende a los llamados que se le hacen, así como Dios atiende a la oración.
2. El Rito
Esta impactante película estelarizada por Anthony Hopkins y Colin O’Donoghue está basada en la historia de uno de los pocos exorcistas autorizados por la Iglesia en Estados Unidos: El Padre Gary Thomas. El P. Gary fue entrevistado por el periodista Matt Baglio y en base al libro que él escribió después de ese encuentro, se hizo la película.
En la cinta, Michel Kovak es un joven seminarista sin fe a quien su superior envía a un curso de exorcismo en Roma. Allí Kovak conoce al Padre Lucas y descubre que el diablo es real y que supera completamente a la ficción.
En una entrevista al Padre Gary Thomas afirma: «Mucha gente curiosea en lo oculto, o se involucra en prácticas (que) el catolicismo clásico considera al menos como idólatras como son la brujería, la adivinación, el espiritismo, o pueden aprender cómo comunicarse con espíritus». El periodista le dice que mucha gente piensa que está jugando, y él responde: «Correcto. Absolutamente. Y no es así», indicando que aquéllos que se separan de la Iglesia y de otras formas de fe tienen más posibilidades de ser atraídos. «Los demonios siempre están buscando seres humanos que tengan relaciones rotas», contesta El P. Thomas.
3. El Conjuro
La película dice estar basada en hechos reales, así que califica para estar en la lista. La familia Perron vivió en esa granja y los Warren sí son investigadores paranormales que fueron a hacer un trabajo a esa propiedad durante la década de los 70s. Así que, básicamente, lo que más miedo da de este film, es que realmente pasó.
En 1971, Roger y Carolyn Perron se mudaron a una granja colonial en Harrisville con sus cinco hijas, e inmediatamente empezaron a vivir experiencias sobrenaturales. Invitaron a los Warren a investigar, dando pie a lo que se desarrolla durante la película. La familia vivió durante 9 años en esa casa, Andrea la mayor de las hijas escribió el libro: «House of Darkness, House of Light» en el cual se narra la historia de todo lo que ellos vivieron. Según la leyenda local, Bathsheba (la aparición más poderosa de la casa), era sospechosa de ser una bruja en vida y fue acusada de sacrificar a un niño como una ofrenda al diablo. Más de dos docenas de muertes misteriosas ocurrieron en la propiedad mientras ella vivía ahí. Bathsheba vivió una vida miserable y murió de anciana en 1885.
A pesar del intento de Ed y Lorraine Warren de disipar los malos espíritus ellos, a diferencia de en la película, nuca tuvieron éxito e liberar la casa de su horror y terminaron haciendo más daño. La familia se quedó en la propiedad durante diez años más, siendo luego exorcizados y finalmente liberados de la terrible experiencia. Ellos todavía viven y pueden dar testimonio de que lo que vivieron fue real, además, asistieron al estreno de la película.
Esta última historia (la original, no su versión con final feliz de Hollywood) enseña que no cualquiera es capaz de liberar a la gente de malos espíritus. Exorcizar no es algo que los curas hacen porque les divierte. Expulsar espíritus malignos es algo que solo un sacerdote, con la debida preparación, puede hacer.
Hay más películas basadas en historias reales, como la segunda entrega de «El Conjuro» o «El Exorcismo de Emily Rose». El diablo puede pretender hacernos creer que no existe, pero, por otra parte, sus actividades pueden ser vistas claramente. Una persona llega al estado de posesión solo cuando lo consiente. Juegos como el «Charlie Charlie» o convocar espíritus para hablar con el más allá, puede sonar a una tontería, pero no lo es, el diablo no desperdicia una incitación para hacerse presente. Por la gracia de los sacramentos y una profunda devoción al Ángel de la Guarda, Dios siempre estará de nuestro lado: «En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33).
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