“Hacemos propio el escándalo y malestar de muchos fieles de nuestra diócesis que ven dañado el respeto debido a los espacios sagrados”, señala un comunicado oficial
El Obispado se ha puesto en contacto con el párroco de San Miguel, “quien ha reconocido no haber obrado correctamente y lamenta profundamente haber permitido unos hechos que han sido motivo de escándalo para tantas personas"
“Nunca se habría autorizado la entrada de caballos dentro del templo, sino que se habría invitado a realizar la grabación en el entorno exterior de la iglesia”. Con esta contundencia, ha salido al paso el Obispado de Asidonia-Jerez de un video promocional del caballo cartujano grabado en el interior de la Iglesia de San Miguel y difundido el pasado 7 de julio.
En un comunicado oficial de la Delegación Diocesana de Medios, recogido por la prensa local, se afirma que dicha grabación “se ha realizado sin conocimiento ni autorización de este Obispado” y se recuerda que “la utilización de los templos destinados al culto para uso no religioso (musical, cultural, artístico, etc.) debe ser autorizada expresamente por la autoridad eclesiástica”.
"Escándalo y malestar de muchos fieles"
“Hacemos propio el escándalo y malestar de muchos fieles de nuestra diócesis que ven dañado el respeto debido a los espacios sagrados”, señala la nota oficial, que informa, “como acto de desagravio”, a la adoración eucarística en la Capilla del Sagrario de la Iglesia de San Miguel todas las tardes hasta el jueves 14 de julio.
El comunicado de la diócesis que dirige José Rico Pavés reconoce que, en el pasado, algunas órdenes ecuestres pontificias recibieron el privilegio del Papa de que sus miembros pudieran montar a caballo dentro de algunas iglesias. “Carece de sentido en el presente -prosigue- invocar ese privilegio, menos aun cuando se trata de la grabación de un video promocional y no de la participación en un oficio religioso”.
Insuficientes las cautelas
“Por eso mismo, es claramente insuficiente que la grabación se haya hecho con algunas cautelas, como realizarla con las puertas cerradas, trasladar la reserva del Santísimo o haber querido mantener un silencio respetuoso”, como habrían manifestado los autores de la grabación.
Igualmente, el comunicado reconoce que el Obispado se ha puesto en contacto con el párroco de San Miguel, “quien ha reconocido no haber obrado correctamente y lamenta profundamente haber permitido unos hechos que han sido motivo de escándalo para tantas personas”.
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