Alberto Pérez, párroco en la iglesia Nuestra Señora del Refugio, en Tlaquepaque, Jalisco, lleva dos años viviendo resguardado por elementos del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas.
El religioso está en la zona desde hace 15 años y en 2012 fundó una casa del migrante. En 2019, dice que hombres armados irrumpieron en su propio domicilio.
Han sido 70 los sacerdotes asesinados desde 1990 y son muchos los que viven amenazados; en Jalisco, un párroco del municipio de Tlaquepaque narró cómo ha tenido que vivir desde hace casi una década bajo las amenazas directas de parte de integrantes del crimen organizado.
“Diario están en misa, acuden y escuchan nuestra predicación para saber qué decimos”, apuntó el párroco Alberto Luis Pérez.
“Llegaron ahí 10 personas armadas; iban buscando una familia que yo tenía ahí guardada. Esa familia estaba conmigo porque el INM la llevó para que yo los cuidara un tiempo. Ese día estaba conmigo, aparte de mi mamá, cuatro amigas religiosas que habían llegado a cenar y a todas las apuntaron con armas, solamente a mí me sometieron y golpearon. yo tenia un dinero y no se fueron con las manos vacías”, detalló Alberto Luis Pérez, párroco.
En aquel entonces el padre presentó una denuncia; diez meses después le asignaron a un equipo de protección; sin embargo, las extorsiones y los hostigamientos nunca cesaron. Hace unos días, previo a las fiestas patronales, vivió el episodio mas reciente.
“La persona que ha estado llamando es una persona que se hace llamar como por sacerdote, ya retirado, empieza a decir que la seguridad que nosotros tenemos es muy buena, pero que es gracias a ellos y que todo tiene un costo y tenemos que cooperar”, narró el padre Alberto Luis Pérez.
Por este tipo de incidentes, dice, ha excluido de sus sermones temas como la venta de drogas o desapariciones forzadas; además, ha tenido que colocar cámaras de seguridad en su parroquia.
“Nos hemos percatado que al templo entran gentes armadas que me están observando constantemente. Yo cuando puse una cartela en la puerta de mi templo con los nombres de los desaparecidos y pues eran más de 50 y al día siguiente la quitaron y me llego un letrero que si la volvía a poner yo iba a estar en la lista también”, contó Alberto Luis Pérez, párroco de la Iglesia Señora del Refugio en Jalisco.
El pasado 2 de julio, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro garantizó atender cualquier asunto relacionado con la seguridad de la iglesia católica y todas las iglesias del estado; lo dijo tras reunirse con el arzobispo Francisco Robles.
“Ya tenemos indicaciones para los sacerdotes que viven en parroquias y poblaciones lejanas el moverse en horas del día, de preferencia a no moverse solos. Si saben de algún punto de su parroquia que está en especial tensión no hacerse presentes”, dijo el cardenal Francisco Robles, arzobispo de Guadalajara.
Dios y Padre Nuestro, proteje a todos los sacerdotes, religiosos y laicos que trabajan por la paz.
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