Según la tradición, en el siglo XI, Nuestra Señora del Carmen entregó a san Simón Stock el escapulario de la orden y con ello, le dejó una promesa. La segunda se la dio al Papa Juan XXIII.
Ambas promesas de la Virgen del Carmen son para quienes fallecen llevando el santo escapulario, pero cabe recordar que este debe ser impuesto por un sacerdote.
Primera promesa
Tiene que ver con el privilegio de preservación o exención del infierno. La Virgen María le prometió a san Simón Stock, que cuantos murieran revestidos de él no se condenarían.
Las palabras de la Virgen fueron éstas: “El que muriere con el escapulario no padecerá el fuego del infierno”.
Segunda promesa
Mientras el Papa Juan XXIII oraba, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió que sacaría del purgatorio -el sábado después de la muerte- a aquel que muriera con el escapulario.
Sus palabras fueron estas: “Yo, Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos mueran vistiendo mi escapulario”.
Ahora que conoces las promesas de la Virgen del Carmen, recuerda siempre llevar contigo tu escapulario.
Recuerda que el santo escapulario es un compromiso de vida y oración, y de santificación en el amor de la Virgen María.
Yo siempre cargo el escapulario de la virgen del Carmen.
ResponderBorrarYo también, siempre lo llevo 🙏🙌💝
ResponderBorrarSiempre conmigo mi escapulario
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