El sacerdote que ofició la Eucaristía sumergido hasta la cintura y con una colchoneta hinchable como altar pide disculpas y reconoce que actuó con “ingenuidad” y de modo “imprudente”.
Polémica en la Iglesia italiana por la misa celebrada el pasado domingo en la playa de Alfieri, situada en la región de Calabria, en la punta de la ‘bota’ que forma la Península Italiana. Ante las dificultades para encontrar un lugar donde oficiar la Eucaristía, el sacerdote Mattia Bernasconi optó por hacerlo directamente en el agua, usando una colchoneta hinchable como altar. Obviamente no se revistió para la ceremonia ni utilizó la estola en esta peculiar misa, que celebró en bañador, sumergido hasta la cintura y con el pecho descubierto.
Vicepárroco de la iglesia de San Luigi Gonzaga de Milán, Bernasconi se encontraba en Calabria en uno de los llamados ‘campamento de legalidad’ organizado por Libera, una asociación antimafia que da un uso social a los bienes confiscados por la Justicia a los miembros de los clanes criminales. “Estaba con 21 estudiantes del campamento y queríamos pasar el último día en la playa. Era domingo y estaba la cuestión de la misa, que siempre celebramos. Al inicio pensé en un pinar, pero estaba ocupado. Eran las diez y media y el sol quemaba, así que decidimos ir al único sitio confortable, el agua”, explicó el sacerdote en el diario milanés Corriere della Sera.
La ceremonia pudo desarrollarse “sin problemas logísticos” porque el mar estaba en calma y no había olas. “Una familia nos dejó una colchoneta que usamos como altar. Yo había llevado todo: las ostias, el cáliz y el vino. También la estola, que no utilicé por razones obvias. Fue una misa normalísima, con su Eucaristía y homilía”, declaró.
En “situación de emergencia”
Bernasconi justificó su elección por encontrarse en una “situación de emergencia” y aseguró que no pretendía herir la sensibilidad de nadie. “Éramos un grupo pequeño, pero muchas personas se nos unieron. Alguno sacó fotos que empezaron a girar por Internet. Siento si alguien se ha ofendido”. El presbítero confesó haber actuado con “ingenuidad” y en modo “imprudente” y pidió disculpas por lo sucedido, añadiendo eso sí que hubo una señora que le dio las gracias por el lugar donde tuvo lugar la liturgia. “Me dijo que había sentido que la Iglesia le llegaba hasta la playa. Cualquier lugar es bueno para difundir el Verbo del Señor”.
La archidiócesis de Crotone-Santa Severina, en cuyo territorio se encuentra la playa donde se ofició la misa, lamentó lo sucedido en una nota en la que subrayó la necesidad de mantener siempre “un mínimo de decoro y de atención a los símbolos” en las celebraciones religiosas. Aunque recordó que con motivos de retiros espirituales y de campamentos de verano es posible que la misa tenga lugar fuera de las iglesias, siempre hay que ponerse en contacto “con los responsables eclesiales del lugar para ser aconsejado sobre el modo más oportuno de realizar la celebración eucarística”.
Es que no es posible que hagan eso los saserdotes o cuanto dinero hubo de xmedio
ResponderBorrarSi un simple Católico practicante sabe lo errado del acto, como es posible que un sacerdote con tantos años de preparación en un seminario no lo sepa. La liturgia eucarística es invariable y la sacralidad del acto es tal que se debe tener un celo minucioso.
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