Nuevo escándalo y abuso litúrgico en una iglesia de la diócesis de Coira, en Suiza.
Se trataba de la Misa de despedida de una de las líderes de la comunicad católica de esa parroquia, Monika Schmid. Participó en la lectura de la Plegaria Eucarística delante del altar, algo estrictamente reservado solo para el sacerdote, lo cual todo apunta a la invalidez de esa Misa.
«El discurso de la oración eucarística, que es el clímax de toda la celebración, es solo del sacerdote», dijo Feulner, un liturgista, al portal «Katholisch.de» el jueves. Ahora quien debe intervenir es el obispo de Coira, el español Joseph Bonnemain y miembor del Opus Dei.
En imágenes y vídeos distribuidos por redes sociales, se puede observar que junto al sacerdote, concelebran dos mujeres y un diácono con la estola arco iris. Feulner asegura al diario alemán que «la liturgia nunca es propiedad privada de nadie, ni del celebrante ni de la congregación». Pidió al obispo de Coira, Joseph Bonnemain, que tome medidas contra todos los involucrados en este «asunto grave».
«El derecho canónico estipula que el ejercicio ilícito de una tarea sacerdotal, en este caso la participación ilegítima en la oración eucarística, debe ser castigado con una pena justa». Si Bonnemain no interviene, «algo así podría marcar la diferencia». Las sanciones tendrían que golpear a Schmid, pero también a los sacerdotes, porque «probablemente toda la celebración fue discutida de antemano con el celebrante principal», asegura el liturgista.
Contra el Derecho Canónico
Según el Canon 1379 – § 1. «Incurre en pena latae sententiae de entredicho o, si se trata de un clérigo, también de suspensión:
1.º quien, sin haber sido promovido al orden sacerdotal, atenta realizar la acción litúrgica del Sacrificio eucarístico;
2.º quien, fuera del caso de que se trata en el c. 1384, no pudiendo administrar válidamente la absolución sacramental, trata de darla, u oye una confesión sacramental.
§ 2. En los casos indicados en el § 1 pueden añadirse otras penas, según la gravedad del delito, sin excluir la excomunión.»
Por tanto tanto la mujer que participa en la concelebración, como el sacerdote y del diácono podrían ser sancionados hasta con la excomunión. Por el momento ni la diócesis de Coira ni el obispo Bonnemain se han pronunciado ante este nuevo caso de abuso litúrgico en una iglesia de la diócesis suiza.
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