- Álvaro Blanco crea un cuerpo hiperrealista de Cristo que describe como “el más fiel” a la Síndone, que exhibirá en el trascoro de la catedral de Salamanca
Álvaro Blanco ha culminado quince años de investigación de la Sábana Santa de Turín con un cuerpo hiperrealista de Jesús de Nazaret –que augura será un gran impacto– y que se verá por primera vez en el trascoro de la catedral de Salamanca el próximo 13 de octubre. “Lo que puedo decir es que, para cualquier persona que se piensa cristiano y católico –anuncia–, tener la oportunidad de ver la representación del cuerpo de la Sábana Santa en calidad hiperrealista y humana le va a hacer sentir, como me ocurrió a mí, que de alguna manera estamos ante su historia y su sacrificio de la manera más primigenia y original”.
Ese Cristo hiperrealista es el eje de ‘The Mystery Man’, la exposición también concebida por Blanco. “Plasma todo lo que sucede en la Sábana Santa y es una figura creada de ella”, añade. Las últimas investigaciones de la Síndone le han llevado a crear un cuerpo de 1,78 metros de altura, en el que observa “una tortura más dura de la que siempre ha reflejado la pintura, con una muerte atroz provocada no solo por la crucifixión, sino también por la flagelación, a cargo de dos personas a sesenta centímetros de su cuerpo”. El propio Blanco habla de 150 impactos y unas 250 heridas distribuidas en forma de abanico.
Apenas una veintena de personas han visto la figura. Ni siquiera el deán de la catedral, Antonio Matilla. “Parece que será muy impactante –reconoce Matilla–. Yo tengo miedo de que a alguna persona le dé un yuyu ante el cuerpo. Nosotros no lo hemos visto todavía, nos han mostrado una fotografía con buena resolución, pero no lo hemos visto”.
“Del análisis que han hecho de la Sábana Santa, aparte de los estudios médicos, de polen y esas cosas, aparte del carbono 14, las nuevas tecnologías han ayudado a recomponer el cuerpo, que ya más o menos es como se sabía, pero todo esto ha ayudado a hacerlo con mucha más precisión”, atestigua.
Reacción impresionante
Álvaro Blanco, no obstante, avanza: “Ya he tenido oportunidad de observar a personas que son fieles viendo el cuerpo y han tenido una reacción impresionante, porque si bien hemos visto a Jesús representado en películas, en pintura, también en escultura, de repente verlo en una calidad tan humana le da una impronta para la que uno no está preparado”.
Es una figura similar “a la iconografía que tenemos totalmente asociada a nuestra cultura desde muy pequeños”, una imagen de Jesús que conocemos, pero que, a la vez, se ve como nunca. De ahí, ese “hombre del misterio” al que alude el título.
“Hay demasiados elementos para poder decir con mucha claridad y sin titubeos que la imagen de la Sábana Santa corresponde con el original pictórico por el que todos conocemos a Jesús y así ha sido retratado a lo largo de la historia. Para mí, ese fue un nuevo camino y esta exposición navega, aunque cuenta la ciencia, hacia ese camino”, manifiesta Blanco.
Pero ese cuerpo será también muy llamativo: “Si fuera otra persona, sería un choque, pero cuando estás viendo el cuerpo tremendamente flagelado tras la crucifixión –continúa–, con todos los detalles que presenta la Biblia, es como de alguna manera estar ante el original de la historia, y es un impacto muy fuerte”.
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