Los sacerdotes de Australia Occidental están obligados legalmente a informar sobre los abusos sexuales a menores a pesar del principio de confidencialidad del sacramento de la confesión.
Los ministros de culto de Australia Occidental están obligados a advertir sobre los abusos sexuales a menores, aunque la información haya sido obtenida en el sacramento de confesión.
Este cambio forma parte de las nuevas leyes introducidas por el Gobierno de McGowan, que entraron en vigor el pasado 1 de noviembre.
Los sacerdotes tendrán responsabilidad penal si no realizan una denuncia cuando tengan información de que un niño ha sido o está siendo objeto de abusos durante la confesión. En este estado, no hacer una denuncia obligatoria es un delito con una pena máxima de 6.000 dólares, unos 5.800 euros.
"El sacerdote no tiene derecho ni autoridad para revelar nada de lo que ocurre en este encuentro íntimo con Dios" Timothy Costelloe
La Iglesia ya defendió el secreto de confesión en 2020. El arzobispo Timothy Costelloe afirmó que era esencial para la fe católica. Además, reconoció la «espantosa historia» de los abusos sexuales en la Iglesia católica y entendía por qué la gente estaba consternada por su insistencia en mantener el principio de la absoluta confidencialidad del sacramento.
Pero el arzobispo explicó que «los pecados no se confiesan al sacerdote, sino a Dios. Por lo tanto, el sacerdote no tiene derecho ni autoridad para revelar nada de lo que ocurre en este encuentro íntimo con Dios». Por ello, el prelado aseguró que «hacer ilegal la libre práctica de un aspecto esencial de la fe católica, me parece algo que las sociedades seculares modernas siempre han entendido que está más allá de los límites de su autoridad».
A pesar de esto, la ministra de Protección de la Infancia, Simone McGurk, afirmó que el gobierno se había comprometido a aplicar las recomendaciones de la Comisión Real sobre Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil.
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