La enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción artificial es solo una parte de su comprensión de la sexualidad humana. Esta enseñanza ve la sexualidad como un regalo maravilloso y una responsabilidad asombrosa, una parte preciosa del plan de Dios, pero que tiene potencial para un gran abuso debido a la inclinación del hombre mal debido al pecado original.
Debido a que la relación sexual está diseñada para unir a dos personas en un acto de vulnerabilidad e intimidad, está reservada para parejas casadas. Y porque Dios comparte con nosotros la capacidad de crear vida a través del amor, está imbuida de responsabilidades especiales, una de las cuales es estar abierto a la posibilidad procreadora de las relaciones sexuales.
La Iglesia, sin embargo, se ha vuelto más sensible en las últimas décadas a las necesidades de las parejas casadas de espaciar responsablemente los nacimientos de sus hijos, y ya en 1951 el Papa Pío XII enseñó que las parejas podían evitar razonablemente la procreación durante toda la duración de su matrimonio. La enseñanza católica requiere que este espaciamiento ocurra naturalmente, utilizando el flujo y reflujo biológico del ciclo de fertilidad de la mujer. La planificación familiar natural no es solo una forma de evitar o lograr el embarazo; también es una forma de que las parejas se acerquen a través de la tarea compartida de registrar los períodos fértiles e infértiles. Muchas parejas reportan un mayor conocimiento mutuo y un mayor respeto por el plan de Dios después de practicar la planificación familiar natural.
El documento de 1990 de los obispos de EE. UU. Sexualidad humana: una perspectiva católica para la educación y el aprendizaje permanente también aconseja sensibilidad pastoral para “aquellos que se sienten confundidos o que tienen dudas genuinas sobre la sabiduría de esta enseñanza”. Mientras enfatizan que deben presentar la tradición viva de la Iglesia con claridad y convicción, también se esfuerzan por tener compasión y cuidado “para todos aquellos que buscan la verdad con un corazón sincero”.
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