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"Putin quiere condenar a Ucrania a la muerte por frío", afirma el Obispo de Kiev y pide ayuda.


Tras masivos ataques rusos, hecho estilo acupuntura, Ucrania amenaza con el apagón total: hay en este momento ciudades enteras a oscuras y sin calefacción, lo que resulta en tragedia, pues la nieve ha caído en gran parte del país.

La posibilidad se agravó ayer con el lanzamiento de 70 misiles de crucero rusos. ¿Nueva violación premeditada del derecho internacional humanitario? Todo indica que sí.

“La población, explica el obispo auxiliar de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, monseñor Oleksandr Yazlovetskiy, ha sido advertida de que podría quedarse sin luz durante 24 horas. Al principio, recibí muchos mensajes y fotos que documentaban las explosiones. Después, el silencio”.

El internet se encuentra apagado, y la gente atemorizada busca donde esconderse. “Las sirenas están sonando en todo el país, porque los bombardeos han afectado a todo el país”. Y “todo está parado: el metro, los autobuses, los medios de transporte. Quien cree en Dios reza”, continúa Monseñor Yazlovetskiy.

«Estamos bajo cero. Hasta ahora, relata el prelado, la electricidad estaba racionada, interrumpida durante 4 ó 5 horas al día en algunas partes de las ciudades, y eso hacía que mucha gente pasara frío, pero cuando se restablecía la electricidad podíamos volver a calentarnos. Ahora tenemos frío durante todo el día: imaginen la situación de las familias con niños pequeños o personas mayores». El Estado y la Iglesia intentan hacer frente a la emergencia. «Estamos intentando comprar generadores, pero no encontramos ninguno en Ucrania, hemos vaciado las tiendas. Incluso en Polonia no es fácil encontrarlos: buscamos por todas partes porque sólo con generadores se puede tener algo de calor, algo de luz. En las grandes ciudades, nuestro gobierno ha organizado algunos puntos de calefacción donde la gente puede encontrar un poco de luz, una conexión a Internet y, sobre todo, un poco de calor».

La Iglesia, particularmente sus agencias Cáritas, se han vuelto punto de referencia. “Cada parroquia, dice Mons. Yazlovetskiy, se ha convertido en una pequeña Cáritas”. Se distribuyen alimentos, mantas, se dan bonos redimibles en tiendas.

Pero se necesita la ayuda, y la oración:

“Recemos juntos por Ucrania. La oración no debe faltar, no cedamos a la pereza: tomemos el Rosario o recemos con nuestras propias palabras. Ayúdennos con la oración y, si pueden, comprando un generador para nuestra gente o quizás acogiendo a algunas familias en Italia. Recordaremos el bien que hemos recibido”.

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