Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI, está “grave, pero estable”. Así lo definieron por la mañana fuentes del apartamento donde reside en el convento de Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos. Poco más tarde, la oficina de comunicación de la Santa Sede amplió la información. “El papa emérito ha logrado descansar bien durante la noche, está absolutamente lúcido y despierto, y hoy, aún siendo graves sus condiciones, está estable. El papa Francisco renueva su petición para rezar por él y acompañarlo en estas horas difíciles”, señala la nota emitida por el Vaticano.
Durante el día de ayer hubo una fuerte alarma en torno a la Santa Sede, pues según el propio papa Francisco, quien pidió una oración a todos los cristianos del mundo por su antecesor, el ahora papa emérito se encontraría muy delicado de salud y se pensaba que incluso no lograría pasar la noche.
Benedicto XVI ya ha hablado de su pronta partida de este mundo, algo que como buen cristiano tiene perfectamente claro y asumido. Hace un tiempo dijo que se preparaba para ese momento en que tendría que comparecer ante el Señor.
En los últimos años el papa emérito ha ayudado a sostener a la Iglesia de Cristo a través de la oración y ofreciendo sus dolores y uniéndolos a los de Cristo Salvador por la santificación de toda la Iglesia peregrina.
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