En 1934 el papa emérito, Benedicto XVI, tenía aún siete años, aquella navidad el futuro Papa escribió una carta de pidiendo tres regalos al Niño Jesús.
La carta fue encontrada en 2012, según la web italiana Korazym, en la casa que la familia Ratzinger tenía en Baviera, región en la que sus habitantes se mantienen fieles a la fe católica. El texto del joven Ratzinger lo conservó su hermana María ya fallecida.
Fue encontrada mientras se restauraba la casa natal de Ratzinger, ahora convertida en museo, en el municipio del sudeste alemán de Marktl.
La carta, ahora expuesta en la casa museo, está escrita en Sütterlin, antigua caligrafía alemana que complica su lectura pues está en desuso.
El joven Joseph comenzaba su escueta carta navideña saludando al Niño Jesús: «Querido Niño Jesús, pronto descenderás a la tierra. Quieres traer alegría a los niños. También a mí me traerás alegría».
Finalizaba la carta pidiendo tres regalos y un deseo personal: «Quisiera el Volks-Schott, una casulla verde y un Corazón de Jesús. Siempre quiero ser bueno. Saludos de Joseph Ratzinger».
El Volks-Schott, es el misal alemán que se usaba en 1934, se trata de un misal con dos columnas, una en alemán y otra en latín; la traducción sería «Misal del pueblo»
El hermano del Papa emérito, Georg Ratzinger, recordaba el tiempo que pasaba con su hermano pequeño: «Los dos hacíamos el pesebre juntos, y luego entre los juegos más frecuentes estaban los juegos espirituales, lo llamábamos el ‘juego del párroco’ y lo hacíamos los dos, nuestra hermana no participaba».
En este sentido, apunta Georg que 'celebraban' «Misa con casullas confeccionadas por la costurera de nuestra madre solo para nosotros. A veces yo era el sacerdote o el monaguillo», muestra que desde muy pequeños «vivimos con amor la liturgia y esto continuó paulatinamente en el seminario».
El hermano mayor de Benedicto XVI, Georg Ratzinger, quien se ordenó junto a su hermano en 1951, falleció en Alemania en julio de 2020, poco después de recibir la visita de su hermano Joseph.
Cuando el Arzobispo Georg Gaenswein, secretario personal del Papa emérito, le comunicó el hallazgo de la carta a Benedicto XVI, comentó que «el Papa se ha alegrado mucho de descubrir la carta y su contenido le ha hecho sonreír».
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