“Para mí fue una sorpresa, la verdad. Esto, una persona, un artista de este nivel, para mí fue una sorpresa muy grande, y un dolor, porque estas cosas duelen". El Papa Francisco rompió su silencio sobre el 'caso Rupnik', el artista esloveno, miembro de la Compañía de Jesús, acusado por varias ex religiosas de abusos en la década de los noventa en Eslovenia, y cuya gestión por parte de los jesuitas y del Vaticano ha sido duramente cuestionada por la opinión pública.
Durante su entrevista con AP, Bergoglio negó haber tenido algún papel en el manejo del caso de Rupnik, aparte de intervenir procesalmente para mantener la segunda serie de acusaciones de las nueve mujeres ante el mismo tribunal que escuchó la primera. Su única decisión, aclaró, fue que todo siguiera “con el tribunal normal, porque si no se dividen los caminos procesuales, se embarulla todo”.
“O sea que no tuve nada que ver en esto”, insistió, refiriéndose al súbito levantamiento de la excomunión contra Rupnik, en apenas un mes después de haber sido condenado por Doctrina de la Fe. Francisco aseguró que “siempre” renuncia a la prescripción en los casos que afectan a menores de edad y a “adultos vulnerables”, pero suele insistir en mantener las garantías legales tradicionales en los casos que afectan a otras personas.
Con menores, la manga bien cerrada
"Cuando hay menores, la manga bien cerrada. No manga ancha, no, no", explicó, admitiendo que estaba conmocionado por las acusaciones contra el jesuita, y volvió a pedir transparencia en la gestión de casos de abusos. "Es lo que yo deseo, ¿no? Y con la transparencia viene una cosa muy linda que es la vergüenza. La vergüenza es una gracia”, aseveró.
Junto al caso Rupnik, Bergoglio también se refirió al escándalo del ex obispo Carlos Ximenes Belo, condenado por abusos en Timor Oriental, pero cuya condena eclesiástica se mantuvo en secreto durante mucho tiempo. "Esto es una cosa viejísima, donde no existía esta conciencia de hoy día”, afirmó el Papa. “Y cuando salió (en septiembre el caso) del obispo de Timor Oriental, yo dije ‘Sí, que salga al aire, qué vas a hacer, yo no lo voy a tapar’, pero eran decisiones de 25 años atrás cuando no había esta conciencia”.
Chile, su "conversión"
En su conversación con Nicole Winfield, Francisco admitió que la Iglesia "tiene mucho que aprender" en la gestión de la pederastia clerical, reconociendo que él mismo tuvo un momento de "conversión" durante su viaje a Chiel en 2018, cuando defendió al obispo Barros desacreditando a las víctimas.
“No lo podía creer. Usted fue la que me dijo en el avión: ‘No, así no se procede, padre’. Usted fue”, recordó Francisco a la periodista. "Ahí se me explotó la bomba, cuando vi la corrupción de muchos obispos en esto (...). Usted fue testigo de que yo mismo me tuve que despertar frente a casos que estaban todos tapados".
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