Apenas terminado el funeral por el Papa emérito, presidido por el Papa Francisco el pasado jueves, 5 de enero, comenzaron a circular comentarios sobre la supuesta frialdad de la homilía pronunciada por Jorge Mario Bergoglio, en un nuevo intento de remarcar las diferencias entre ambos, y también la diferencia con la que había pronunciado el propio Joseph Ratzinger cuando ofició las exequias por Juan Pablo II, en 2005.
Obispos españoles presentes en la sencilla y sobria ceremonia, expresamente pedida por el difunto Papa emérito, salen al paso de estas interesadas consideraciones, subrayando que el funeral "ha sido digno y profundo", como reconoce el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, o que la norma obliga a los sacerdotes a no hacer en las misas de funeral "un panegírico", un discurso en el que se alaba a una persona, como señala Ángel Cordovilla.
"Hay elogios a su predecesor, pero no excesivos porque, como se enseña, en la liturgiano se debe hacer un panegírico del difunto sino un elogio contenido. Francisco ha hablado de esa sabiduría, delicadeza y entrega con la que Benedicto estuvo toda su vida siendo un servidor del Señor", ha destacado el profesor de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, Ángel Cordovilla, en declaraciones a Europa Press.
Ángel Cordovilla: "Si lo escuchara Benedicto XVI, sería el mayor elogio"
En todo caso, ha subrayado que "el elogio está, pero es sobrio y contenido". De hecho, ha puesto de relieve que Francisco ha hecho a Benedicto XVI la alabanza más grande que se puede hacer a un cristiano: decir que uno hace presente la entrega de Cristo. "Si lo escuchara Benedicto XVI, sería el mayor elogio", ha apostillado.
También considera un "elogio incondicional" que Bergoglio haya citado en la homilía hasta en cuatro ocasiones a su predecesor, "cuatro textos fundamentales", entre ellos, la homilía de inicio del pontificado de Ratzinger.
En cuanto a los gritos de 'Santo súbito' que se han escuchado al finalizar la misa de funeral, un mensaje que también se ha visto en alguna pancarta en la Plaza de San Pedro, el experto ha mostrado su "reserva" con el hecho de que los papas sean canonizados "de una manera tan inmediata" y se ha mostrado partidario de "poner un poco de distancia y de tiempo"
"No quito nada a la sabiduría, entrega y vida de santidad que ha tenido Benedicto XVI, creo que todo el mundo reconoce claramente su magisterio como de gran luminosidad y sabiduría, pero sería más partidario de dejar un tiempo. No me parece del todo adecuado que la Iglesia, de manera constante, vaya canonizando a sus pontífices de una manera tan inmediata", ha explicado el profesor de Comillas.
En este sentido, ha sugerido "dejar que el tiempo ponga la luz necesaria para juzgar con una perspectiva más histórica sobre qué figuras de santidad se quiere poner de relieve" y no canonizar inmediatamente porque "podría dar la impresión de que es una especie de autoafirmación".
El cardenal Omella, por su parte, ha resaltado la sobriedad de la ceremonia y lo apropiado de la liturgia, en un papa que prestaba especial atención al significado profundo de la liturgia. Así, en declaraciones a Europa Press, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha subrayado que el funeral "ha sido digno y profundo". "Un entierro no es para ir lanzando cohetes, sino para ir interiorizando el gran misterio de la resurrección de Jesús".
En este sentido, ha afirmado que "ha sido un contexto realmente orante". "Era lo que siempre pedía Benedicto XVI, que la liturgia nos lleve al misterio, no sea folclore. Y aquí hemos vivido el misterio de Cristo, expresado en una liturgia, que Ratzinger amaba tanto. Respetuosa, profunda y con símbolos", ha añadido. El cardenal Omella ha destacado de las palabras del papa Francisco que "ha situado en el camino que era el de Benedicto". "Vamos camino a la casa del Padre, somos testigos...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario