"Existe una reciente legislación que se extiende por el mundo actual totalmente contraria a la razón, a la naturaleza y a la vida: aborto, divorcio, matrimonio homosexual, experimentación con embriones humanos, gestación subrogada, transexualidad…, que desde poderosos organismos financieros globales se imponen a los gobiernos". La Iglesia española lanza un órdago a todas las últimas propuestas legislativas en 'El Dios fiel mantiene su alianza', una "reflexión compartida" (no, aclaran, "un documento doctrinal o pastoral de la CEE") que este mediodía fue presentado por su alma mater: el arzobispo de Valladolid y ex secretario general y portavoz de la Casa de la Iglesia, Luis Argüello.
Un documento, de cien páginas, que fue entregado a los medios en el momento de comenzar la rueda de prensa, y cuya primera lectura apresurada (no podía ser de otro modo dadas las circunstancias) en el que se ponen en solfa, tal y como admitió Argüello, el "cambio de época", con factores "económicos, sociales, políticos y culturales que afectan al ser, a la familia, al trabajo y a nuestra forma de situarnos en el tiempo".
Los obispos, apuntó el arzobispo de Valladolid, tienen en cuenta cuatro factores: la inteligencia artificial, el pensamiento wok, la cultura de la cancelación o "la relectura, a modo de memoria histórica que se somete a las reglas del juego democrático", con propuestas y constantes llamadas al diálogo pero con verdades irrenunciables, y una llamada a "la acción en la plaza pública", que, advirtió el exportavoz, "no tiene que ver con manifestaciones".
Críticas a las leyes del Gobierno
Con todo, los grandes temas, y las grandes críticas del episcopado español a este gobierno, siguen siendo los mismos. Esas "propuestas legislativas que están todavía en nuestras Cortes Generales", añadió Argüello: ley trans, ideología de género, aborto, eutanasia, divorcio, crisis demográfica... Todo ello, reconoció, en un "año electoral", para lo que este documento puede "ayudar" a dirigir el voto en municipales, autonómicas y generales en España.
Argüello habló de los préstamos del FMI a países con dificultades económicas, "relacionadas con todas estas cuestiones (la puesta en marcha de estas legislaciones, contrarias a la razón)". "Los grandes organismos internacionales están haciendo una apuesta por una sociedad", relató el ex portavoz episcopal, que también achacó a la ley del "sí es sí" estos problemas. "Las cuestiones que tienen que ver con moral personal no se pueden separar de la moral social".
En el texto, por ejemplo, se puede leer cómo “ha crecido la protección a miembros aislados de la familia, pero se ha deteriorado la defensa de la vida y el cuidado de la institución familiar como tal”, y denuncian la existencia, que “contamina la percepción del valor real de lo familiar” que suponen “la familia de las ideologías”.
“Cuando se pone la familia en el centro de controversias y polarizaciones ideológicas, es casi imposible compartir un consenso que reconozca el valor real y vital que las personas otorgan a sus familias”, recalca el documento.
Ideología de género y cultura gender
Una de las mayores críticas se las lleva la “ideología de género, cimentada en la autocreación, impone una antropología virtual que responde a la visión del hombre exclusivamente como «cultura» (gender) anulando para ello la naturaleza (sex)”.
“En el trasfondo de dicha ideología -aclara el documento- es la primacía del deseo y su justificación. La ideología de género es en realidad la voluntad de construir una antropología del deseo”.
Otras “causas legislativas” a criticar son “el derecho a decidir” que “adquieren categoría jurídica al servicio de la construcción de un nuevo modelo social” y que, como hemos apuntado, “se imponen a los gobiernos “ desde “poderosos organismos financieros globales”.
"Normalización del divorcio"
El texto hace un balance de “las legislaciones ya vigentes: divorcio, aborto, eutanasia, «matrimonio igualitario» (en comillas en el original)”. Así, lamentan “la normalización del divorcio y su fácil tramitación expresa ya la pérdida del valor social de la alianza que supone el matrimonio y la prácticamente nula defensa pública de este vínculo”.
“Se agiliza el divorcio con el llamado «divorcio exprés», es decir, con la simple petición de uno de los contrayentes, y sin necesidad de ofrecer un motivo válido para tal solicitud, legalizando así el repudio”, señalan los obispos, que apuntan a las “consecuencias para los «hijos del divorcio»”
Respecto al aborto, la Iglesia española considera que “el movimiento abortista se sigue fundamentado en una ideología ya obsoleta, basada en el poder absoluto del individuo”, lamentando que “el número de abortos se mantiene en unas cifras dramáticas, en torno a cien mil al año, ahora con muchas menos mujeres embarazadas”.
“El aborto no es derecho a elegir”
“Negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional, y afirmar que un supuesto «derecho a decidir sobre el propio cuerpo», una falacia”, aseguran los obispos, que auguran que “algún día lloraremos los millones de víctimas que nunca pudieron siquiera ver la luz ni darnos su luz”. “El aborto no es derecho a elegir”, recalcan los obispos, que inciden que “la ideología proaborto (pro-choice) genera una praxis ultra individualista que ha sido abrazada acríticamente y es incoherente con quien quiere defender una ecología integral donde esté en el centro la vida humana en toda su diversidad”.
Sobre la eutanasia, “materia de legislación reciente”, y el suicidio asistido, la CEE denuncia que “legitiman la muerte como solución a problemas que parecen irresolubles” y, “de manera indirecta puede animar y justificar a quien decide poner fin a su vida”.
“La eutanasia no es un derecho, sino la expresión triste de una derrota de lo más esencial del ser humano. La eutanasia no solo nos quita la vida, sino que claudica en el núcleo de la libertad de ser simplemente humanos, vulnerables y dependientes, pero de incalculable valor como seres creados por amor a imagen y semejanza de Dios, seres con valor y no precio”, señalan.
Frente al “«Matrimonio igualitario» (entre personas del mismo sexo)”, los obispos vuelven con el mantra -aparentemente, ya superado desde 2005- que niega que se pueda denominar así a una unión que no sea propia de hombre y mujer, orientada a la vida. “Al llamar matrimonio a la relación entre dos personas que no pueden procrear se quiere igualar lo que es objetivamente desigual. Se niega el significado de la diferencia sexual” y “se devalúa así la institución matrimonial”.
Respecto a la educación, los obispos siguen siendo críticos con la LOMLOE, que “avanza en la disminución del derecho de las familias a decidir el modelo educativo para sus hijos y en la incorporación de elementos ideológicos respecto a la antropología y la historia al tiempo que disminuye la importancia de asignaturas humanistas como la enseñanza religiosa escolar”.
"Hacer el aborto todavía más fácil"
“Sigue siendo preocupante la dificultad para comprender el lugar de la iniciativa social en el espacio público con la consiguiente identificación de público y estatal”, apunta la nota, que añade que “no podemos dejar de decir que la escuela concertada es expresión de cómo la sociedad civil, con el apoyo del Estado, ofrece una propuesta de alto valor a la sociedad”.
Finalmente, los obispos hacen un repaso a otros proyectos de ley planteados o aprobados a lo largo de esta legislatura, desde la ley de protección e la infancia a la modificación de la ley del aborto “para hacerlo todavía más fácil, restringir la objeción de conciencia e impedir la información a las madres gestantes sobre el drama del aborto y sobre otras propuestas para afrontar el embarazo y la problemática de todo tipo que estas mujeres pueden estar viviendo, desde la convicción de que la muerte de otro nunca es la solución al problema que puedan sufrir”.
“La llamada ley trans consagra definitivamente el sentimiento como categoría jurídica y radicaliza la disolución antropológica iniciada con la ideología de género”, cuestionan los obispos, que lamentan que dicha propuesta “absolutiza el derecho a decidir” y “rechaza razonamientos científicos y médicos”.
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