Un estudiante de un colegio católico financiado por el gobierno de Canadá fue expulsado luego de decir que solo había “hombres y mujeres” además de oponerse a la ideología trans en dicha institución, su caso irá a tribunales por el trato que recibió.
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Según el abogado de Josh Alexander, la víctima, James Kitchen, es un momento muy representativa para conocer cómo está la cultura y el poder de las instituciones gubernamentales; el mismo está representando por parte del Liberty Coalition Canada al chico de 16 años, que se define a sí mismo como un “cristiano nacido de nuevo”.
La situación se presentó en la escuela secundaria St. Joseph, de Renfrew, Ontario, en noviembre del año pasado, cuando hizo comentarios acerca del género en un debate iniciado por sus maestros, quienes le pidieron que se retractara por sus palabras para poder volver a la escuela luego de su expulsión.
«Se trataba de estudiantes varones que usaban baños femeninos, disforia de género y lactancia masculina. Todos compartían sus opiniones al respecto, cualquier estudiante que quería participaba, incluida la maestra», dijo Alexander.
«Dije que solo había dos géneros, y nacías hombre o mujer, y eso me metió en problemas. Y luego dije que el género no prevalece sobre la biología», recordó.
Éste no se disculpó y cuando quiso regresar para el comienzo del segundo semestre, los policías junto al subdirector del colegio lo arrestaron y lo acusaron de allanamiento por no usar nombres transgénero o referencias de ese tipo hacia sus compañeros que han iniciado una transición de género.
Según Kitchen, le dijo al director de la escuela, Derek Lennox, que obligar a separar sus creencias de sus declaraciones de género es “discriminación religiosa”, ya que el propio director determinó que la presencia de Alexander “es perjudicial para el bienestar físico o mental de los alumnos», recibiendo avisos de entrada ilegal y una segunda suspensión de la Junta Escolar del Distrito Católico del Condado de Renfrew cuando quiso ir a clases otra vez.
Es exactamente esta exclusión la que está apelando Kitchen y la que están obviando en St. Joseph, por lo que ya han iniciado una demanda también por violación de derechos humanos.
«La libertad que antes se daba por sentada se pierde. La libertad de religión es probablemente una de nuestras libertades más importantes, así que no voy a renunciar a ella ante la persecución», dijo Alexander al National Post.
“Simplemente demuestra la poca libertad de expresión que tenemos en nuestro país”, agregó, siendo ésta una de las noticias más comentadas provocando que la escuela reciba reacciones violentas por ello debido a la censura de la libertad de expresión.
Incluso, organizaciones católicas denuncian como es que este tipo de escuelas están apartando las enseñanzas de la iglesia para darle preferencia a la ideología trans permitiendo el uso de baños según la elección del género.
«Bajo el pretexto de ‘seguridad’, ya que ese término ha sido revisado por activistas de género despiertos ahora omnipresentes en las instituciones públicas, Josh ha sido penalizado por expresar sus creencias cristianas con respecto al género y la modestia, creencias que también se alinean con la verdad objetiva y seguridad real. Josh no solo tiene derecho a expresarse durante las discusiones en clase y a través de foros públicos, también tiene derecho a no ser discriminado por su escuela por sus sinceras creencias religiosas. Ser suspendido y excluido de asistir a clases es el colmo de la discriminación”, decía uno de los comunicados de Liberty Coalition Canada en apoyo a Josh mientras que el director del colegio se niega a conceder entrevistas sobre el tema.
«St. Joseph’s puede querer que Josh Alexander esconda su luz debajo de un bushel, pero está escuchando a un maestro diferente», expresó Michael Higgins en un articulo de opinión para el National Post.
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