La pasada noche del domingo se celebraron los premios Grammy, el máximo galardón para cualquier intérprete secular, y no obstante la plataforma principal para exponer todo tipo de actuaciones contrarias a Dios, en especial la más reciente.
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El cantante autodenominado "no binario" Sam Smith y el cantante trans Kim Petras ofrecieron una actuación provocativa para todos los que no apoyan a la comunidad LGBT, pues con su reconocida canción “Unholy” (profano, impío) se convirtieron en “los guardianes del infierno” al actuar para millones de personas con un escenario totalmente satánico y sexual.
Smith, quien no se identifica ni como hombre ni como mujer, comenzó a cantar un traje de cuero ajustado al cuerpo de color rojo fuego para colocarse un sombrero con cuernos mientras se ubicaba en el medio del escenario en un círculo evocando a una película de terror.
Por su parte, Petras estaba en una jaula con dominatrices con tocados satánicos a la vez que ella se colocaba el mismo sombrero de Smith e interpretaba la canción en medio de un escenario rojo y con llamas, además de su letra sexualmente sugerente.
Ambos como parte de la comunidad LGBT promovieron un discurso de aceptación tras ganar como “Mejor Actuación dúo/grupo pop”, en el que dijeron que su inspiración principalmente fue que no son aceptados en la “religión”.
Petras es un hombre que inició su transición a los 12 años con los bloqueadores de pubertad hasta que pudo operarse para reasignar su sexo y ser impulsado por sus padres y convertirse en cantante; él dio un discurso agradeciendo a las personalidades LGBT que le precedieron y “le abrieron el camino”.
“Sam amablemente quería que aceptara este premio porque soy la primera mujer transgénero en ganar este premio”, dijo, entre aplausos y muchos de los músicos en la multitud que le dieron una ovación de pie, según Variety.
“Solo quiero agradecer a todas las increíbles leyendas transgénero que me abrieron las puertas de una patada para que pudiera estar aquí esta noche. Sophie, mi amiga que falleció hace dos años, quien me dijo que esto pasaría y siempre creyó en mí. Muchas gracias por tu inspiración, Sophie. Te adoro y tu inspiración siempre estará en mi música”, agregó.
Después de la ceremonia, Petras dijo que su actuación era dedicada a quienes no lo aceptan por ser trans, directamente la religión.
“Creo que mucha gente, honestamente, ha etiquetado lo que yo defiendo y lo que Sam representa como religiosamente no genial, y personalmente crecí preguntándome sobre la religión y queriendo ser parte de ella, pero poco a poco me di cuenta de que no lo era. No quiero que yo sea parte de eso. Así que es una versión de no poder elegir la religión. Y no poder vivir de la forma en que la gente podría querer que vivas, porque como persona trans ya no soy deseada en la religión. Así que estábamos haciendo una versión de eso y yo era una especie de guardián del infierno, Kim”, aseguró.
Es increíble como cada vez más y sin ocultarlo, las grandes plataformas mundanas ceden sus espacios para adorar al diablo con actuaciones como éstas, lo que nos recuerda a los creyentes que la venida del Señor está cada vez más cerca y que hay que mantenerse enfocados en buscar la salvación y arrepentimiento de pecados en personas que se dejan llevar y engañar por este tipo de espectáculos.
Wow, the Grammy Awards this year openly promoting Satanism that is...wait for it...brought to you by Pfizer. I kid you not. Watch to the end. #Grammys2023 #BroughtToYouByPfizer #Satanism pic.twitter.com/mHXq35JkCa
— Now The End Begins (@NowTheEndBegins) February 6, 2023
Que tristeza sobre la sociedad actual
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