El relator general del Sínodo declaró que no hay certeza de que la doctrina escrita por Juan Pablo II en la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis en 1994 haya sido promulgada «infaliblemente».
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El Cardenal Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y miembro del Consejo de 9 Cardenales que asisten al Papa Francisco, además de relator general del Sínodo sobre la Sinodalidad, concedió una entrevista exclusiva al semanario croata Glas Koncila, en el que abordó la ordenación de mujeres, la posición de la Iglesia en relación a la homosexualidad, el papel de la mujer en la Iglesia y el llamado “camino sinodal” alemán.
El prelado jesuita de 64 años declaró que, en el futuro, un Papa podría eventualmente permitir el sacerdocio femenino, cuestionando la infalibilidad e inmutabilidad de esta enseñanza.
“El Papa Francisco no quiere la ordenación de mujeres, y yo soy completamente obediente a eso. Pero la gente sigue discutiendo el tema”, destacó Hollerich quien cuestiona la posición asumida por Juan Pablo II, que determina que sólo los hombres pueden recibir el Orden sacerdotal. El Papa polaco, canonizado en 2014, determinó además que esta enseñanza no estaba sujeta a modificaciones futuras. Hollerich, sin embargo, afirma que “con el tiempo” un Papa podría ir en contra de lo que escribió Juan Pablo II en la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis en 1994. El cardenal dice que no hay certeza de que esta doctrina haya sido promulgada “infaliblemente”.
Una tradición constante, que ahora cuestiona el Cardenal
Juan Pablo II, considerado conservador, escribió que la “ordenación sacerdotal” estaba “reservada sólo a los hombres” y que esto fue “preservado por la Tradición constante y universal de la Iglesia”. El Papa polaco escribió además “que la Iglesia no tiene autoridad para conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres” y esto “debe ser mantenido definitivamente por todos los fieles de la Iglesia”.
Sobre el veto de la iglesia al sacerdocio de las mujeres, Hollerich dijo que “ciertamente es una verdadera enseñanza para su época, y no podemos simplemente dejarla de lado. Pero creo que podría haber espacio para ampliar esta enseñanza, para ver cuáles de los argumentos del Papa Juan Pablo II podrían desarrollarse”. “Es el Santo Padre quien debe decidir si las mujeres pueden ser sacerdotes”, pero esta “no es una opción para el Papa Francisco”.
En noviembre de 2022, en declaraciones a la revista América, dirigida por los jesuitas en Estados Unidos, Francisco dijo que “las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes” porque “el principio petrino no lo previó”. Según el Papa argentino, el papel de la mujer en la Iglesia es incluso “más importante” que el ministerio de los sacerdotes, y subrayó que “nosotros (los papas) todavía no lo hemos desarrollado”.
Contrariamente a las declaraciones del cardenal Hollerich, Francisco confirmó la posición doctrinal de Juan Pablo II en 2016, hablando con periodistas en un vuelo papal. Destacó que “la última palabra está clara, la dijo san Juan Pablo II y permanece”. En otra ocasión, en una entrevista con Reuters, Francisco abordó la posibilidad de la ordenación de mujeres y volvió a citar al Papa polaco: “Juan Pablo II fue claro y cerró la puerta, no voy a dar marcha atrás en eso”.
Por su parte, el cardenal Jean-Claude Hollerich afirmó que no es un promotor de la ordenación de mujeres, pero está a favor de que las mujeres tengan “más responsabilidades pastorales”. Citó el ejemplo de su propia diócesis de Luxemburgo donde las mujeres se ocupan de la formación de los fieles e incluso predican en la Catedral, pero fuera de las misas.
En la entrevista con el semanario croata, Hollerich también expresó posiciones divergentes de la doctrina católica tradicional en relación a la homosexualidad, en línea con la reciente posición de los obispos alemanes que, desobedeciendo al Vaticano, aprobaron un ritual de bendiciones para parejas del mismo sexo. La decisión fue aprobada durante la asamblea final del Camino Sinodal Alemán -una secuencia de encuentros entre obispos y laicos que ha durado 3 años y ha sido escenario de propuestas contrarias a la doctrina católica, como la ordenación sacerdotal de mujeres, bendiciones de uniones homosexuales y homilías pronunciadas por laicos en misas.
De acuerdo a Hollerich, San Pablo no sabía de la posibilidad de la atracción homosexual
Hollerich afirmó que “cuando se hizo la enseñanza de la Iglesia, el término homosexualidad ni siquiera existía. La homosexualidad es una palabra nueva; incluso en la época de San Pablo, la gente no tenía idea de que podía haber hombres y mujeres atraídos por el mismo sexo”. “¿Cómo se puede condenar a las personas que no pueden amar más que a su propio sexo? Para algunos es posible ser castos, pero llamar a otros a la castidad es como hablar egipcio para ellos”, subrayó el cardenal.
“Si decimos que todo lo que ellos (los homosexuales) hacen es intrínsecamente malo, es equivalente a decir que sus vidas no valen nada. Muchos jóvenes vinieron a mí y me hablaron como uno le habla a un padre sobre ser homosexual… ¿Y qué hace un padre? ¿Los desecha o los abraza incondicionalmente?
“Los homosexuales deberían sentirse bienvenidos en nuestra casa. De lo contrario, se irán. El Papa dijo algo crucial sobre este tema. Lo parafraseo: de hecho, la homosexualidad es un pecado, como todo sexo fuera del matrimonio es un pecado”.
Hollerich también cree que se debe modificar la enseñanza sobre la homosexualidad en el Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por Juan Pablo II en 1992.
“Encuentro un poco dudosa la parte (del catecismo) que llama a la homosexualidad ‘intrínsecamente desordenada’. Aún así, tenemos que acoger a todas las personas y hacerles sentir el amor de Dios. Si lo sienten, estoy seguro de que algo cambiará en sus corazones”.
Por ser jesuita y por su posición destacada en el Vaticano, Hollerich es visto como un posible sucesor de Francisco, pero sus posiciones favorables a los cambios doctrinales en la Iglesia han encontrado resistencia por parte de los fieles, obispos y cardenales de la Iglesia Católica.
En un manuscrito publicado póstumamente, el cardenal australiano George Pell acusó a Hollerich de ser “herético” y que debería ser corregido. Pell murió en enero de este año después de un procedimiento quirúrgico que quería tener en Roma en lugar de Australia, creyendo que un cónclave era inminente. Su manuscrito circuló entre los cardenales bajo el seudónimo de “Demos”. Pell también describió el pontificado de Francisco como “catastrófico” y que el futuro Papa debería revisar los temas promovidos en el presente pontificado.
Uno de los críticos de posiciones como las del cardenal Hollerich es el Cardenal Gerhard Ludwig Müller, ex prefecto para la Doctrina de la Fe, quien fue remplazado por Francisco en 2017. Müller ha defendido el mantenimiento de las enseñanzas sobre el matrimonio y la homosexualidad, criticando incluso al Papa Francisco cuando afirmó que esto permitía “la confusión” entre los católicos y que debía “corregir” o “sancionar” a los obispos que promovieran posiciones contrarias a la doctrina, en particular, a los participantes del Camino Sinodal Alemán.
Sin embargo, para el cardenal Hollerich, la confusión no parece ser un problema. De hecho, en esta entrevista, hizo una comparación: “Pentecostés parecía un gran lío; ¡La gente incluso pensó que los apóstoles estaban borrachos! Sólo más tarde se estableció la armonía. El Espíritu Santo a veces genera una gran confusión para producir una nueva armonía”.
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Fuente: https://es.gaudiumpress.org/
Estas enseñanzas del cardenal son totalmente heréticas ( por no darles otro nombre) a la luz de la dictrina cristiana. Hay que rezar por él para que Dios tenga misericordia. Tiene nombre de vivo pero está muerto.
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