La mayoría no se da cuenta cuando el demonio lo está atacando, pero sus ataques son fáciles de detectar.
El demonio está atacando como nunca antes en la historia.
Y muchas veces no nos damos cuenta cuando lo hace, hasta que es demasiado tarde y el mal ya fue hecho.
Y otras veces nunca nos damos cuenta, porque las cosas malas que suceden no las relacionamos con un ataque del maligno.
Estamos hablando tanto de ataques personales como de ataques para cambiar el mundo y así afianzar su reinado.
Muchos cristianos están desprotegidos porque se habla poco de esto.
Pero aquí hablaremos sobre las formas en que los demonios nos atacan ellos mismos personalmente y cómo utilizan a otros seres humanos para hacerlo.
La humanidad está bajo un ataque demoníaco concentrado como nunca antes.
Y la dificultad para repelerlo es que ni siquiera los propios cristianos son capaces de detectarlo.
Siempre debemos recordar que satanás se presenta como ángel de luz, como dice San Pablo en 2 Corintios 11.
O sea que se aprovecha de nuestro amor por la luz con el fin de engañarnos.
El demonio quiere hacernos creer que él es bueno, sincero, amoroso y poderoso.
Y ofrece una salida cuando estamos en un atasco, una alternativa cuando el camino de Cristo parece difícil.
Alternativas que parecen razonables a primera vista, porque aparentan sensatez.
Pero invariablemente el camino que ofrecen es el del compromiso con el mundo y con el pecado, y el alejamiento del mensaje de Dios.?
El relato de las tentaciones de Jesús en el Desierto, en Mateo 4, Marcos 1 y Lucas 4 nos permite detectar algunas de sus maniobras.
Se presenta como calumniador, que confunde las cosas, y conduce a acusaciones falsas.
Y con ello trae desorden y división, y también se presenta como tentador.
Todas estas cosas son signos de su presencia.
Donde encuentra unidad y armonía, crea desunión y desarmonía.
En su primera aparición en la Biblia introduce la división de la duda.
Cuando le ofrece a Eva que desobedezca a Dios, le susurra, ¿Dios realmente te dijo que no lo hicieras?, refiriéndose a la orden de Dios que no comiera del árbol prohibido. ¿Se puede confiar en Dios?
Esa división inicial es el sistema operativo para todos los demás.
Los que dudan se apartan de Dios y pronto se encuentran también alejados de los demás.
La división conduce a murmuraciones, chismes, insultos, lujuria, envidia y violencia, como vemos en el relato del Génesis.
También el relato de las tentaciones de Jesús presenta al diablo como el tentador, y tentar es otra forma de crear división.
Significa alejar a alguien del bien.
Así como una vez tentó a Eva para que dejara su confianza en Dios, ahora busca alejar a Jesús de su filiación divina, “Si eres Hijo de Dios”, haz tal cosa, poniendo a prueba la filiación divina de Jesús.
Y con cada tentación, sugiere a Jesús que acepte algún plan distinto al del Padre, que confíe en algo que no sea el Padre.
Es lo que el tentador nos hace también a nosotros. Él nos susurra ¿es Dios realmente tu Padre? ¿Él realmente desea tu bien?
Cada tentación que experimentamos es una prueba de nuestra confianza en el Padre.
El tentador sugiere que confiemos en algo que nos de placer, riqueza, poder, y que no es el Padre.
Y proyecta sombras sobre la bondad del Padre, para sugerir que no está de nuestro lado sino en competencia, y que en realidad no somos hijos sino súbditos.
Pero también se presenta como acusador. ¿Y de qué nos acusa?
Puede ser de un pecado que hayamos cometido o algún vicio obstinado que nos aqueja.
Tal vez no sea algo que hicimos, sino algo que nos hicieron y nos duele aún.
Sea como fuere, el acusador siempre busca agravar nuestra vergüenza.
Vemos esto con Adán y Eva.
Las grandes promesas que hizo de que se convertirían en dioses si desobedecían a Dios, se convierten rápidamente en acusaciones.
Porque su vergüenza los impulsa a esconderse de Dios.
Y a nosotros nos acusa con la clase de vergüenza que nos hace escondernos de Dios.
“No vales su amor” susurra. “Tus pecados son demasiado grandes, tus heridas demasiado profundas. Si los demás supieran te rechazarían. No vales nada”.
Pretende establecer una nueva narrativa, hacernos olvidar que fuimos creados por amor y que Jesús perdona nuestros pecados y sana nuestras heridas.
Al acusador le gusta recordarnos los momentos en que preferimos el mundo caído a las cosas del cielo, y nos hicimos esclavos del pecado.?
Ahora, todas estas formas de ataque son complementadas por seres humanos que son los encargados de invertir los mandamientos de Dios en el mundo.
Podríamos llamarlos satanistas en sentido amplio, porque en sentido estricto, el satanismo es la adoración del personaje llamado satanás en la Biblia, por parte de gente que cree que existe.
Pero el satanismo en el sentido más amplio, es más bien la exaltación y promoción de los valores que impulsa satanás por personas que no creen que exista.
Utilizan su prédica como símbolo de la aversión y el odio hacia el cristianismo, la Iglesia Católica, el orden social natural y cristiano.
De modo que por un lado están los satanistas teístas que creen que satanás es realmente un ser, capaz de tener algún control o influencia sobre los seres humanos.
Y lo adoran y se alinean con él. Este tipo de satanistas no es el más común.
Por otro lado hay un segundo grupo que es el satanismo ateo, que no reconoce la existencia ni de Dios ni de satanás.
Pero se identifican con satanás como adversario simbólico de la religión y la moralidad tradicional.
No invocan a satanás como un ser sobrenatural, sino como un símbolo del ego autogratificante del hombre, que es lo que realmente adoran.
La Iglesia de Satanás lo explica diciendo: “Nuestra posición es ser egocéntricos, siendo nosotros mismos la persona más importante, el ‘dios’ de nuestro universo subjetivo, por lo que a veces se dice que nos adoramos a nosotros mismos”.
Dentro de este grupo está el artista de circo Anton Lavey, quien creó la Iglesia de Satán en 1966.
Decía que satanás representa la indulgencia en lugar de la abstinencia.
La venganza en lugar de poner la otra mejilla.
Y representa todos los llamados pecados, porque todos conducen a la gratificación física, mental o emocional.
Y finalmente hay un tercer grupo que podríamos llamar satanismo reactivo.
Ellos no se consideran satanistas, pero adoptan al satanás retratado en el cristianismo para invertir sus valores presentes en la sociedad.
Siguen los valores del satanismo como un acto de rebelión contra los padres, la sociedad o Dios.
Es probable que este tipo sea el grupo más grande dentro del satanismo moderno.
Y es el signo de los movimientos feministas y quienes promueven la ideología de género.
Movimientos que han nacido de una relectura invertida de las historias bíblicas de la revuelta de lucifer y la tentación de Eva, diciendo que Dios estaba equivocado y que el diablo, presentado como un rebelde heroico, tenía razón.?
El objetivo de esta gente es invertir lo que hace el cristianismo, los valores y la moral cristiana.
Y es satanismo con pleno derecho, porque la inversión que usan es el mismo signo que se ve en las misas negras.
Los celebrantes de las misas negras usan vestiduras negras, invirtiendo las blancas de los celebrantes católicos.
Hay una cruz en el altar, pero invertida.
En lugar de invocar el nombre de Dios se invoca el de satanás.
Se invocan nombres de diversos demonios en lugar de santos.
Se recita el Padre Nuestro en sentido contrario y negativo: padre nuestro que estás en el infierno.
Se lanzan invectivas contra Jesucristo y la Virgen María en vez de venerarlos.
Y la Hostia consagrada que usan es profanada de varias maneras en lugar de adorarla.?
Satanás se burla de Jesús a cada paso, invirtiendo signos y verdades sagradas.
Por ejemplo, Jesús murió en la cruz a las 3 de la tarde, la llamó, «Mi hora» y es conocida como la Hora de la Misericordia.
Y el Exorcista Stephen Rossetti ha contado que satanás reclama las 3 de la madrugada como su hora, y por eso se la suele llamar la hora demoníaca.
Ha encontrado que algunos de los ataques satánicos más intensos contra los poseídos ocurren en ese momento.
Por lo que es probable que a las 3 de la madrugada, su poder esté en su punto más fuerte.
¿Y entonces qué hicieron los exorcistas para combatirlo?
Decidieron orar con el poseído a las 2:30 de la madrugada.
Esas oraciones aminoraron el ataque, y entonces los demonios concentraron su ataque a la 1 de la mañana.
Y la respuesta de los exorcistas fue orar con el poseso a las 0:30, con lo cual terminaron sacando a los demonios de su hora de mayor poder y se debilitaron.
Las señales de la inversión satánica están por todos lados en nuestro mundo hoy, especialmente en el pensamiento de la gente, aunque a menudo no se reconoce.
Los satanistas afirman promover la dignidad humana y la realización humana, pero satanás es el destructor de la humanidad.
Por lo que Monseñor Rossetti llama a estar en guardia contra las inversiones satánicas.
Y cada vez que percibas una inversión, él recomienda una oración sencilla, «Que la luz del Espíritu Santo venga sobre todos nosotros y revele a Aquel que es la Verdad».
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo el demonio está actuando para llevar al mundo fuera de los mandamientos de Dios y tratando de pervertirnos, asustarnos, angustiarnos, y uno de sus signos básicos es la inversión de las cosas.
Y me gustaría preguntarte si has notado que cada vez hay más inversión de la verdad o no.
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