Pregunta un protestante ¿Si solo Jesús salva por qué los católicos recurren a la Virgen y los Santos? Un sacerdote responde


La cuestión de por qué los católicos recurren a la Virgen María y a los santos es una pregunta frecuente que se plantea en el diálogo entre católicos y protestantes. Para responder a esta pregunta, es importante explorar las creencias y enseñanzas católicas en relación con la intercesión de la Virgen María y los santos.

En primer lugar, como católicos, creemos firmemente en la centralidad de Jesucristo como el único Salvador y Redentor de la humanidad. La salvación es un don gratuito de Dios que se obtiene a través de la fe en Jesucristo y en su obra salvadora. Esta es una creencia común compartida con los protestantes y no hay discrepancia en ese punto fundamental.

Entonces, ¿por qué recurrimos a la Virgen María y a los santos? La respuesta radica en la comprensión católica de la comunión de los santos, que se basa en la enseñanza bíblica y la tradición apostólica. La comunión de los santos se refiere a la unión espiritual y mística de todos los creyentes, tanto los que están en la tierra como los que están en el cielo.

En la carta a los Efesios, el apóstol Pablo habla de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, y afirma que todos los creyentes forman parte de este cuerpo (Efesios 1, 22-23). Esto implica una comunión espiritual y una conexión mutua entre todos los miembros del Cuerpo de Cristo, tanto los que están vivos como los que han fallecido y están en la presencia de Dios.

En la tradición católica, creemos que aquellos que están en el cielo, incluyendo a la Virgen María y a los santos, están plenamente vivos en Cristo y comparten en su gloria. Por lo tanto, creemos que ellos pueden interceder por nosotros ante Dios. La intercesión significa que ellos presentan nuestras oraciones y necesidades a Dios, actuando como mediadores en nuestro nombre.

La base bíblica para la intercesión de los santos se encuentra en varios pasajes. Por ejemplo, en el libro del Apocalipsis, se nos presenta una visión de los santos en el cielo presentando las oraciones de los santos en la tierra ante el trono de Dios (Apocalipsis 5, 8). También encontramos ejemplos de intercesión en el Antiguo Testamento, como el caso de Moisés intercediendo por el pueblo de Israel (Éxodo 32, 11-14).

La intercesión de los santos no se trata de poner a los santos en el lugar de Jesús, sino de reconocer su papel como miembros del Cuerpo de Cristo que pueden orar por nosotros y unirse a nuestras súplicas. La Virgen María, como madre de Jesús y primera discípula, ocupa un lugar especial en la devoción católica. Ella es considerada como la "nueva Eva" y un modelo de fe para todos los creyentes. Su papel como intercesora se deriva de su cercanía única a Jesús y de su papel en la obra de la redención.

Es importante destacar que la intercesión de los santos no es un requisito para la salvación, ni es una forma de desviar la atención de Jesús como Salvador. La enseñanza católica es clara en afirmar que solo Jesús salva y que solo a través de Él obtenemos la salvación. La intercesión de los santos es una manifestación del amor y la comunión que existe dentro del Cuerpo de Cristo, y es una expresión de nuestra creencia en la unidad y la comunión de todos los creyentes.

La devoción a la Virgen María y a los santos no es obligatoria para los católicos, sino que es una expresión de piedad y amor hacia aquellos que han sido ejemplos de vida cristiana y que pueden ayudarnos con su intercesión. En la Iglesia católica, se anima a los fieles a pedir la intercesión de la Virgen María y de los santos, pero siempre reconociendo que la salvación viene únicamente de Jesús.

Además, la devoción a la Virgen María y a los santos no es una práctica exclusiva de los católicos. Muchos cristianos de diferentes tradiciones también veneran a la Virgen María y a los santos como ejemplos de fe y virtud. Reconocer el papel de la Virgen María y de los santos en la comunión de los creyentes no es una negación de la obra de Jesús, sino una afirmación de la unidad y el amor que existe entre todos los miembros del Cuerpo de Cristo.

En resumen, los católicos recurren a la Virgen María y a los santos como intercesores porque creemos en la comunión de los santos, que es una realidad espiritual y mística basada en la enseñanza bíblica y la tradición apostólica. La intercesión de los santos no es un requisito para la salvación, sino una expresión de nuestra fe en la unidad y el amor que existe entre todos los creyentes. Reconocemos que solo Jesús salva, pero también creemos en el poder de la oración y en la intercesión de aquellos que están en la presencia de Dios. La devoción a la Virgen María y a los santos es una expresión de piedad y amor, y una manera de seguir los ejemplos de fe y virtud que nos han dejado. Que Dios los bendiga en su camino de fe.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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