El origen de la advocación de María "Auxilio de los Cristianos" se remonta a los primeros siglos del cristianismo, aunque alcanzó su mayor expansión en los siglos XIX y XX gracias a San Juan Bosco y a los salesianos. Esta advocación mariana era conocida por las comunidades cristianas desde los primeros siglos y también fue mencionada por los Padres de la Iglesia.
En los territorios de influencia griega, se encontraron numerosas inscripciones cristianas que hacían referencia a dos títulos para la Virgen María: Teotokos, que significa Madre de Dios, y Boeteia, que significa Auxiliadora.
Varios Padres de la Iglesia, como Juan Crisóstomo en el siglo IV, Proclo en el siglo V y Sebas de Cesárea en el siglo VI, se refirieron a María como auxiliadora. Posteriormente, en el siglo VIII, Juan Damasceno y Germán de Constantinopla también utilizaron este título. Tanto católicos como ortodoxos comparten esta advocación y recuerdan la defensa de Ucrania ante una invasión en el año 1030, atribuyendo el éxito al auxilio de la Virgen María, relacionándola con la mujer del Apocalipsis que vence al dragón.
Durante siglos, María "Auxilio de los Cristianos" fue percibida como una advocación ligada al aspecto militar y a la supervivencia de la fe cristiana frente a los ataques. Era considerada la defensora y auxiliadora de los cristianos.
La batalla de Lepanto contra los otomanos musulmanes fue un evento destacado en relación con María Auxiliadora. En esta batalla, la cristiandad obtuvo la victoria en 1571, cambiando el rumbo de la historia en Europa. El Papa Pío V solicitó la intercesión de la Virgen y promovió la oración del Rosario para enfrentar al enemigo que amenazaba con destruir la fe cristiana. Después de la victoria, el Papa ordenó que en las letanías del rosario se incluyera el título "Auxilio de los Cristianos". A partir de entonces, los ejércitos cristianos rezaban a la Virgen María bajo esta advocación antes de los combates.
María Auxiliadora también estuvo presente en otros conflictos, como las guerras de religión en Alemania, donde los católicos invocaban su intercesión ante los intentos de los protestantes de acabar con el catolicismo. Además, durante el sitio de Viena por los turcos, un ejército cristiano comandado por Juan Sobieski, rey de Polonia, logró vencer al invasor musulmán después de encomendarse a María Auxiliadora.
En el siglo XIX, gracias a San Juan Bosco y a los salesianos, la devoción a María Auxiliadora se extendió por todo el mundo. Don Bosco tuvo una relación profunda con María Auxiliadora desde su infancia, en la que la Virgen le transmitió su vocación y le pidió que se le honrara con el título de "Auxiliadora". Don Bosco construyó la basílica de María Auxiliadora en Turín siguiendo las instrucciones que recibió en un sueño, y esta basílica se convirtió en un importante centro de devoción mariana y un símbolo de la obra de Don Bosco y los salesianos. La Basílica de María Auxiliadora fue consagrada el 9 de junio de 1868 y se convirtió en un lugar de peregrinación para católicos de todo el mundo.
Don Bosco promovió la devoción a María Auxiliadora entre los jóvenes y consideraba a la Virgen como su madre y protectora. Él enseñaba a los jóvenes a confiar en la intercesión de María Auxiliadora y a buscar su ayuda en momentos de dificultad. La devoción a María Auxiliadora se extendió rápidamente entre los salesianos y se convirtió en un elemento central de su espiritualidad.
Además de la construcción de la basílica, Don Bosco fomentó la devoción a María Auxiliadora a través de la promoción de la novena de María Auxiliadora, la celebración de la fiesta de María Auxiliadora el 24 de mayo y la difusión de estampas y medallas de la Virgen. Los salesianos, siguiendo el ejemplo de su fundador, han llevado la devoción a María Auxiliadora a diferentes partes del mundo donde se han establecido.
La devoción a María Auxiliadora se ha extendido más allá de los salesianos y ha ganado popularidad en la Iglesia católica. Muchas parroquias y comunidades religiosas tienen imágenes de María Auxiliadora en sus iglesias, y se celebran festividades en su honor en diferentes países. La Virgen María bajo esta advocación es considerada como una madre amorosa y auxiliadora en todas las necesidades de la vida espiritual y material.
En resumen, la devoción a María Auxiliadora tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo, pero fue promovida y difundida ampliamente por San Juan Bosco y los salesianos en el siglo XIX. La construcción de la Basílica de María Auxiliadora en Turín y las enseñanzas de Don Bosco contribuyeron a su popularización y la convirtieron en una advocación mariana ampliamente venerada en la Iglesia católica. María Auxiliadora es considerada como una madre y protectora que intercede por sus devotos en todas las necesidades de la vida.
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