Pablo Cardoso es argentino y vive adentro del Cristo Redentor, el histórico monumento que se encuentra a más de 700 metros de altura del nivel del mar y está ubicado en Río de Janeiro, Brasil: "Vivir acá es un regalo de Dios".
El Cristo Redentor es considerado como una de las siete maravillas del mundo moderno. Con un peso total de 1.445 toneladas y 38 metros de altura, el ícono religioso está localizado en el Parque Nacional da Tijuca en Río de Janeiro y simboliza a Jesús de Nazaret.
En él vive una persona e, irónicamente, es argentino. Pablo Cardoso tiene su casa debajo del brazo izquierdo del Cristo Redentor y desde hace 15 años que reside en Brasil, a pesar de ser un argentino oriundo de la provincia de Buenos Aires.
Oficia en el día a día como restauradory guarda del monumento, el cual es visitado por brasileños y turistas de todo el mundo, en un número que varía entre los 5.000 y los 15.000 espectadores diarios.
En declaraciones con Jornal Hoje, uno de los noticieros de la TV Globo de Brasil, el argentino contó cómo llegó a vivir en el Cristo Redentor: "Vengo de una familia que sufría necesidades básicas, iba a la iglesia y a través de organizaciones benéficas me ayudaban, y con esta ayuda que me daban en la iglesia podía prosperar, podía estudiar, y pude avanzar en la vida como ser humano".
"Estamos en el noveno piso, donde está el sagrado corazón de Jesucristo. Todo el monumento está cubierto de piedritas de jabón en forma de triángulo y cada una lleva el nombre de cada persona que donó para su construcción", detalló.
Aparte de ser el emblema de Río de Janeiro, el Cristo Redentor es casi uno de los más importantes del movimiento artístico Art Decó, motivo por el cual fue declarado en 2007 como una de las nuevas siete maravillas del Mundo Moderno.
La obra de arte, además, está llena de significados: posee un juego de luces y sombras entre los relieves de los paños y los brazos extendidos a cada lado simbolizan el abrazo que ofrece Cristo a todos los fieles del mundo. Como curiosidad, los pies si aparecen bajo el borde de la túnica, aunque no se ven desde el suelo.
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