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Cardenal Sarah afirma: "ningún sínodo puede inventar un ‘sacerdocio femenino’"


El Cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha afirmado que “el sacerdocio es único” y advirtió que “ningún concilio, ningún sínodo” puede “inventar un sacerdocio femenino”.

Hablando en una conferencia sobre el sacerdocio en Ciudad de México, el purpurado africano dijo que el Sacramento de las Órdenes Sagradas es el mismo para toda la Iglesia Universal, y no puede ser transformado o adaptado para reducirlo a contextos culturales o ambientales.

“Ningún concilio, ningún sínodo, ninguna autoridad eclesiástica tiene el poder de inventar un sacerdocio femenino… sin dañar gravemente la perenne fisionomía del presbítero, su identidad sacramental, dentro de la renovada visión eclesiológica de la Iglesia, misterio, comunión y misión”, recalcó.

De acuerdo con el Cardenal Sarah, el sacerdocio es un don divino que no debe ser desperdiciado. Y lo describió como un gran misterio, resaltando el papel del sacerdote como representante de Cristo, llamado a conformarse a Él y a mediar su presencia a través de la ordenación.

“Es un don divino que debe ser recibido, entendido y vivido, y desde siempre la Iglesia busca comprender y profundizar en el ser propio y real del presbítero, como hombre bautizado, llamado a ser un alter Christus, otro Cristo, más aun, un ipse Christus, Cristo mismo, a representarlo, a conformarse a Él, a ser configurado y mediado en Cristo con la ordenación sacerdotal”, explicó.

Orar, pedir por las vocaciones

El Cardenal resaltó la importancia de la oración para los sacerdotes, afirmando que un sacerdote que no reza está en riesgo de decadencia espiritual. E instó a los fieles a rezar por el aumento de las vocaciones sacerdotales, recalcando que hay actualmente un número significativo de sacerdotes en el mundo, pero no todos están comprometidos activamente en sus deberes sacerdotales.

El Cardenal Sarah incentivó a los sacerdotes a ser alegres en su vocación, incluso en medio del sufrimiento, pues su felicidad puede atraer a otros a optar por el sacerdocio. E hizo énfasis en la necesidad de una Iglesia vibrante y orante, afirmando que la Iglesia que no ora está espiritualmente muerta.

Las declaraciones del Cardenal reflejan su vigorosa defensa de la comprensión tradicional del sacerdocio dentro de la Iglesia Católica, incluyendo la exclusión de la mujer de la ordenación sacerdotal. Sus puntos de vista están de acuerdo con las enseñanzas oficiales de la Iglesia, las cuales reservan la ordenación sacerdotal al hombre.

Con respecto a la falta de vocaciones sacerdotales, él incentivó a los fieles a orar, porque “no es que seamos pocos”.

“Cristo ordenó a doce para todo el mundo. ¿Hoy cuántos somos los sacerdotes? Somos cerca de 400.000 sacerdotes en el mundo. Somos demasiados”, dijo, citando la misma observación hecha por el Papa Gregorio Magno en el siglo VII.

“Muchos han aceptado el sacerdocio, pero no hacen el trabajo del sacerdote”, indicó.

“Entonces, para responder, debemos rezar. Pedir que envíe obreros a su mies, rezar. Y mostrar que somos felices los sacerdotes, porque si los jóvenes ven que estamos tristes, no atraeremos a nadie”, insistió. “Tenemos que ser felices, incluso si sufrimos”. (Raju Hasmukh con informaciones de CNA).

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