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Iba a suicidarse en prisión, encuentra Biblia en su celda y entrega su vida a Dios.

 


Scott Bailey era un adicto a las drogas desde los 15 años. Se encontraba sin familia, preso y diagnosticado con un cáncer terminal. No vio motivos para seguir viviendo, por ello intentó suicidarse, pero al encontrar una Biblia en su celda todo cambió. “¿Qué queda por vivir? Había fallado en todas las áreas de mi vida. La abstinencia de las drogas probablemente me mataría de todos modos. Me había convertido en un prisionero de mi propia creación. No sobreviviré a esto. No queda nada por lo que vivir. ¡Me rindo!”, pensó Scott entre lágrimas. 

Antes de ser diagnosticado de que le quedaba poco tiempo de vida, Scott estaba en el apogeo de su salud y felicidad, viviendo libre y a su gusto. Todo empezó a cambiar para Scott Bailey cuando un dolor de oído y un nudo en la barbilla lo llevaron al médico. 

A la mañana siguiente, fue hospitalizado y se sometió a una cirugía de 8 horas para extirpar un tumor de la cabeza. A pesar de la cirugía, el médico le informó a Scott que el raro cáncer llamado Carcinoma Mucadérmico seguiría creciendo y que viviría un máximo de 3 años. 

Con el impacto del cáncer y sin perspectivas, Scott se sumergió profundamente en las drogas, empeorando su adicción. Posteriormente fue arrestado por posesión de drogas por primera vez. 

Al salir de la cárcel volvió a las droga, y una noche después de hacerlo Scott se despertó aturdido en una acera. Lamentando su miserable estado, pidió ayuda: “Dios, si me escuchas, si me conoces, te necesito. Por favor, ayúdame. No puedo dejar de tomar estas drogas”, gritó. 

Unos días después lo volvieron a arrestar. “Experimentaría la abstinencia de drogas y mis últimos días viviría con cáncer en una celda de la prisión. Mi adicción era tan severa que realmente creía que no podía vivir con la abstinencia”, dijo Scott. 

Intentó suicidarse en su celda, pero el altavoz que anuncia la hora de comer le salvó. El joven no pudo comer nada en la cafetería porque los efectos secundarios de la abstinencia lo consumían. 

Biblia en su celda.

 Al regresar a su celda, encontró una Biblia en su cama. Scott se preguntó cómo llegó el libro allí, ya que no tenía un compañero de habitación y la celda estaba completamente vidriada. “De inmediato me arrodillé junto a la cama y comencé a llorar. Esta Biblia era mía. Dios era real y se preocupaba por mí. Lloré y lloré, clamando por ser perdonado. Quería encontrarme con este Dios amoroso que me perseguía. Necesitándolo desesperadamente, Él era mi única esperanza de supervivencia”, exclamó Scott.

 Comenzó a compartir la esperanza y la fe que había encontrado en el libro sagrado con otros prisioneros y guardias. Dios lo había salvado y lo había hecho predicador en prisión, pero su propósito con el joven no terminaba ahí, el Señor tenía un plan mayor. 

Durante su estadía de 12 semanas enla cárcel, Scott tuvo un compañero de celda diferente cada semana, con quien compartió el amor de Cristo. Al menos ocho de ellos comenzaron a estudiar la Biblia y a orar todos los días con Scott. Scott Bailey fue liberado tiempo después y comenzó a vivir una nueva vida en Cristo, informa portal God Reports. 

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