Querido Padre celestial, te presentamos nuestras pesadillas y te pedimos que nos liberes de ellas. Envía a tus ángeles para que custodien nuestros sueños, alejando todo lo que pueda perturbar nuestra tranquilidad. Que tu luz divina disipe las tinieblas de nuestras mentes y nos conceda un sueño reparador. Señor Jesús, pon tu mano sanadora sobre nosotros y líbranos de todo temor. Declaramos que ninguna pesadilla podrá prevalecer sobre nosotros, porque Tú estás con nosotros. Que tu sangre preciosa cubra nuestros sueños y los proteja de toda influencia maligna. Espíritu Santo, renueva nuestras mentes y llénalas de paz y esperanza. Enséñanos a confiar en que Tú eres nuestro guardián y protector. Te pedimos también por aquellos que sufren de pesadillas recurrentes, que encuentren consuelo en tu palabra y en la comunidad de fe. Concluimos esta oración confiando en tu amor infinito y en tu poder para transformar nuestras vidas. Te agradecemos, Padre, por escuchar nuestras súplicas y por estar siempre a nuestro lado. En el nombre de Jesús, amén.
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