La cábala es una forma de misticismo judío que se ha desarrollado a lo largo de la historia, y ha capturado la imaginación de muchas personas debido a su enfoque en los aspectos más profundos y espirituales de la fe judía. Sin embargo, para entender si la cábala es una forma de ocultismo y si estudiarla o practicarla es pecado, debemos explorar cuidadosamente sus raíces y enseñanzas a la luz de nuestra fe cristiana.
Primero y ante todo, es importante reconocer que la cábala tiene una larga historia en el judaísmo y ha sido estudiada y respetada por muchos judíos eruditos y líderes espirituales. La palabra "cábala" en hebreo significa "recepción" o "tradición", y se refiere a una tradición oral y escrita que se dice contiene el conocimiento secreto y esotérico de la Torá (la ley judía) transmitido de generación en generación.
Desde una perspectiva judía, la cábala es vista como una forma de explorar y comprender los misterios de Dios y del universo, y muchos creyentes la consideran un camino legítimo hacia una conexión más profunda con Dios. Sin embargo, hay diferentes corrientes y interpretaciones dentro de la cábala, algunas más ortodoxas y otras más especulativas y místicas, que pueden caer en lo que consideramos esoterismo y ocultismo.
Desde el punto de vista del cristianismo, la cábala se considera en gran medida como una tradición específica del judaísmo y no es parte de nuestras enseñanzas. La Iglesia Católica no promueve la práctica de la cábala como una forma válida de crecimiento espiritual para los cristianos.
La cuestión de si la cábala es una forma de ocultismo es compleja y puede depender del enfoque y la intención del individuo que la estudia o practica. Si la cábala se explora con una actitud de búsqueda sincera de Dios y un deseo de comprender las enseñanzas judías más profundas, algunas personas pueden verla como un camino espiritual válido.
Sin embargo, cuando la cábala se utiliza con fines de adivinación, magia o cualquier otra práctica que implique el uso de poderes ocultos o fuerzas sobrenaturales aparte de Dios, esto se considera ocultismo y es un pecado mortal, pues la Iglesia nos enseña firmemente que la práctica del ocultismo es incompatible con la fe cristiana y se opone a la voluntad de Dios.
La Biblia nos advierte enérgicamente contra las prácticas ocultas y místicas que buscan poderes fuera de Dios. En Deuteronomio 18, 10-12 leemos: "No permitas que nadie haga pasar por el fuego a su hijo en honor de Mólek, ni practiques la adivinación, la hechicería, el espiritismo, la magia o la necromancia. Porque el Señor aborrece a los que practican esas cosas, y por hacerlas expulsa a estas naciones de su presencia".
En el Catecismo de la Iglesia Católica (número 2116), se nos enseña que "todas las formas de adivinación deben ser rechazadas: recurso a Satán o a los demonios, evocación de los muertos u otras prácticas que de alguna manera desvían del culto a Dios, o que pretenden desvelar el porvenir. Consultar a horóscopos, a la astrología, a la quiromancia, a la interpretación de presagios y de suertes, a los fenómenos de visión, el recurso a mediums encierra una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios".
Al mismo tiempo que debemos ser respetuosos con las tradiciones religiosas de los demás, como cristianos debemos tener cuidado y discernir sabiamente, evitando cualquier forma de práctica oculta, superstición o magia.
En última instancia, mi amigo, te animo a buscar la verdad y la sabiduría en las enseñanzas de nuestra fe católica, que nos ofrecen una comprensión profunda de la relación entre Dios y la humanidad. Lee la biblia desde la óptica católica, lee el Catecismo, acude a Misa y acércate a un grupo parroquial para crecer en tu espiritualidad cristiana.
Autor: Padre Ignacio Andrade.
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