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¿Es pecado tomar alcohol en las posadas navideñas?


Primero que todo, quiero recordarte que la Iglesia Católica valora la moderación y la responsabilidad en todas las áreas de la vida, incluyendo el consumo de alcohol. La Biblia nos enseña que el vino, por ejemplo, es un regalo de Dios, pero también nos exhorta a usarlo con prudencia. En el libro de Proverbios (23, 20-21), leemos: "No te juntes con los bebedores de vino, ni con los que comen carne en demasía. Porque el borracho y el glotón empobrecen, y la somnolencia los viste de trapos".

Es fundamental entender que el pecado no radica en el acto de beber alcohol en sí mismo, sino en el abuso o la embriaguez que conlleva a comportamientos irresponsables o dañinos. En la Primera Carta de San Pedro (4, 7), encontramos un llamado a la sobriedad: "Estén prevenidos, mantengan la sobriedad; poned vuestra esperanza en la gracia que se os dará con la revelación de Jesucristo".

Las posadas navideñas son momentos especiales para compartir la alegría del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y la convivencia con nuestros seres queridos. En estas celebraciones, el vino o las bebidas alcohólicas pueden ser parte de la tradición y la cultura, pero siempre con responsabilidad. No olvidemos que el mismo Jesús compartió vino durante la Última Cena, un acto lleno de simbolismo que nos recuerda su sacrificio por nosotros.

El Catecismo de la Iglesia Católica también nos ofrece orientación sobre este tema. En el número 2290, se nos exhorta a evitar el abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, que puedan perjudicar la salud o el juicio moral. El catecismo nos recuerda que el respeto por la salud y la vida humana es parte integral de nuestra responsabilidad como seres creados a imagen de Dios.

Además, es importante considerar el entorno y las circunstancias específicas de cada posada. Siempre es aconsejable actuar con prudencia y respetar las normas culturales y sociales que rigen el evento. La Carta a los Romanos (14, 21) nos dice: "Es bueno no comer carne ni beber vino, ni hacer cosa alguna que sea ocasión de tropiezo para tu hermano".

En este sentido, es fundamental recordar que la caridad cristiana debe guiar nuestras acciones. Si el consumo de alcohol en una posada puede causar escándalo o ser una ocasión de tropiezo para otros, es sabio abstenerse o moderar el consumo en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en la fe.

Por último, quiero enfatizar que cada persona es única y su relación con el alcohol puede variar. Algunos pueden disfrutar de una copa con moderación, mientras que otros pueden ser más propensos a caer en la embriaguez. La Prima Secunda de la Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino nos recuerda que la virtud está en el justo medio. En otras palabras, es importante encontrar un equilibrio entre disfrutar de las buenas cosas que Dios nos brinda y evitar caer en excesos que puedan perjudicarnos a nosotros mismos o a los demás.

En conclusión, querido amigo, tomar alcohol en las posadas navideñas no es pecado en sí mismo, siempre y cuando se haga con moderación y responsabilidad. La clave está en seguir los principios bíblicos y catequéticos que nos enseñan a vivir una vida sobria y centrada en el amor y la caridad hacia los demás. Que estas festividades navideñas sean una oportunidad para celebrar con alegría y agradecer por el regalo más grande que Dios nos ha dado: su Hijo Jesucristo. ¡Que la paz y el amor de Cristo llenen tu corazón y el de todos aquellos que te rodean en estas fiestas tan especiales!

Autor: Padre Ignacio Andrade

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