¡Ah, la Epifanía del Señor! ¡Qué maravillosa celebración llena de significado y alegría! Me alegra que hayas traído este tema tan especial a nuestra charla. La Epifanía es uno de esos momentos en el calendario litúrgico que nos invita a reflexionar sobre la manifestación de Jesús como el Salvador del mundo. ¡Vamos a sumergirnos en esta festividad con entusiasmo!
Primero que todo, ¿sabías que la palabra "Epifanía" proviene del griego y significa "manifestación" o "aparición"? En el contexto de la liturgia cristiana, la Epifanía conmemora el momento en que Jesús, el Hijo de Dios, se manifestó a los gentiles, representados por los sabios magos que siguieron la estrella hasta Belén. Esta historia tan conocida se relata en el Evangelio según Mateo, capítulo 2.
Imagina la escena: un grupo de sabios, guiados por una estrella extraordinaria, llega a adorar al Niño Jesús, llevando regalos de oro, incienso y mirra. ¿No te parece increíble cómo Dios utiliza la creación, en este caso, una estrella, para guiar a aquellos que buscan al Salvador? Esta historia nos enseña la universalidad del mensaje de Jesús y cómo Él vino para todos, sin importar su origen o estatus social.
En la Biblia, Mateo 2,1-12 nos cuenta este emocionante relato. Dice así: "Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle." ¿No es fascinante cómo estos magos, a pesar de no pertenecer al pueblo judío, sintieron la llamada divina y se embarcaron en este viaje trascendental?
La Epifanía, además, nos invita a reflexionar sobre cómo reconocemos a Jesús en nuestra propia vida. Así como los magos buscaron al Rey recién nacido, también nosotros estamos en una constante búsqueda de la presencia de Jesús en medio de nuestras circunstancias diarias. ¿Cómo respondemos a esa manifestación divina en nuestra vida? ¿Le ofrecemos nuestros propios "regalos" de amor, servicio y compromiso?
Ahora, hablemos un poco sobre el significado simbólico de los regalos que los magos llevaron. El oro representa la realeza de Jesús, el incienso simboliza su divinidad y la mirra, utilizada en la preparación de cuerpos para el entierro, prefigura la muerte sacrificial de Jesús por nosotros. Cada regalo tiene un significado profundo y nos ayuda a comprender mejor quién es Jesús y la misión que vino a cumplir.
En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 528, se nos enseña sobre la adoración de los magos y cómo este evento revela la "realeza mesiánica oculta bajo los rasgos de un niño". Nos recuerda que la Epifanía "significa la manifestación de Jesucristo como Salvador del mundo". Así que, cada vez que celebramos la Epifanía, estamos recordando y celebrando la venida de nuestro Salvador, quien vino a iluminar las tinieblas y ofrecer la esperanza a todos los pueblos.
Pero la Epifanía no se limita solo al evento histórico de los magos. También nos invita a ser testigos de la manifestación continua de Jesús en nuestras vidas. ¿Cómo experimentamos su presencia en la actualidad? A veces, puede ser en esos momentos de alegría y luz, pero también en medio de desafíos y oscuridad. La Epifanía nos anima a estar atentos a los signos de la presencia de Dios en nuestro día a día.
Recordemos que, como amigos de Jesús, somos llamados a seguir su luz y a compartirla con los demás. En el Sermón del Monte, Jesús nos dice en Mateo 5,14-16: "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Entonces, querido amigo, en esta Epifanía del Señor, te animo a reflexionar sobre cómo reconoces y respondes a la manifestación de Jesús en tu vida. ¿Qué "regalos" le ofreces en tu día a día? ¿Cómo compartes la luz de Cristo con aquellos que te rodean? Que esta celebración sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso de seguir a Jesús y ser portadores de su amor y esperanza en el mundo.
En resumen, la Epifanía del Señor es mucho más que una fecha en el calendario; es un recordatorio de la manifestación de Jesús como Salvador del mundo, la llamada a seguir su luz y la oportunidad de ser testigos de su presencia en nuestra vida cotidiana. Que esta celebración ilumine tu corazón y te inspire a compartir la luz de Cristo con todos aquellos que encuentres en tu camino. ¡Bendiciones en esta hermosa Epifanía del Señor!
Autor: Padre Ignacio Andrade
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