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¿Es pecado que un católico tome Viagra?


¿Es pecado que un católico tome Viagra?

La cuestión de tomar Viagra (o Cialis o cualquier otro medicamento para la disfución eréctil) en el contexto católico es interesante y vale la pena explorarla.

En primer lugar, es importante recordar que la Iglesia Católica tiene un enfoque comprensivo y equilibrado sobre la sexualidad. La sexualidad en sí misma no es vista como algo malo, sino más bien como un don divino destinado a ser vivido y experimentado dentro de un marco específico: el matrimonio.

La doctrina católica enseña que la sexualidad tiene un propósito preciso: la unión y procreación. En este sentido, cualquier acto sexual que se realice fuera del matrimonio o que vaya en contra de estos propósitos fundamentales puede ser considerado pecaminoso.

Cuando hablamos de tomar Viagra, es esencial entender las intenciones detrás de su uso. Si alguien recurre a este medicamento para mejorar su rendimiento sexual dentro del matrimonio y fortalecer la conexión íntima con su cónyuge, no hay un problema moral inherente. La Iglesia valora la unión conyugal y reconoce la importancia de la intimidad dentro de este contexto.

El Catecismo de la Iglesia Católica aborda la sexualidad en el matrimonio en los párrafos 2360 y 2361. En el 2360 se establece que "la sexualidad ordenada al amor conyugal es un valor de la persona, en sí misma y en relación con la comunión de los esposos y la transmisión de la vida". Y el 2361 señala que "la expresión del amor conyugal, aun siendo respetuosa y honrada, no deja de ser objeto de una regulación moral. En la regulación de la natalidad, la pareja debe tomar en consideración tanto las dimensiones morales y culturales como las dimensiones individuales y psicológicas".

Entonces, el uso de Viagra en el contexto del matrimonio sería ético siempre y cuando no se busque un mero placer egoísta, sino que se inscriba dentro de una unión respetuosa y amorosa conyugal. Es fundamental recordar que la intención detrás de nuestros actos es crucial en la ética católica.

Ahora bien, si el uso de un potenciador sexual como el Viagra o el Cialis se relaciona con relaciones fuera del matrimonio, como en el caso de adulterio o en el noviazgo, la situación cambia. La enseñanza católica sostiene que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son contrarias a la moralidad. El Noveno Mandamiento nos advierte sobre no cometer adulterio, y en el Sermón del Monte, Jesús refuerza la importancia de la pureza del corazón y la fidelidad en el matrimonio (Mateo 5,27-28).

En este contexto, el uso de Viagra para facilitar relaciones sexuales fuera del matrimonio podría considerarse como un acto que va en contra de la moral sexual católica. La Iglesia nos insta a vivir la sexualidad de acuerdo con los designios divinos, y el respeto a la castidad y la fidelidad en el matrimonio son principios fundamentales.

Espero que esta explicación haya aclarado tus dudas sobre este tema. 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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