En el Islam, Jesús, conocido como Isa en árabe, es una figura de gran importancia y reverencia. Aunque hay diferencias significativas en la interpretación entre el Islam y el Cristianismo sobre quién es Jesús y cuál es su papel en la historia de la salvación, hay algunas similitudes y puntos de convergencia que vale la pena destacar.
Para comenzar, tanto en el Islam como en el Cristianismo, Jesús es considerado como un profeta. En el Corán, se le describe como un mensajero de Dios enviado para guiar a los hijos de Israel. En Surah Al-Imran 3:45-47 del Corán, se menciona el anuncio del nacimiento milagroso de Jesús a María, así como su papel como el Mesías:
"Recuerda cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te da buenas noticias: tu palabra será Jesús, hijo de María, honorable en esta vida y en la otra, y será uno de aquellos a quienes Dios dará cercanía. Él hablará con la gente en la cuna y en la madurez, y será uno de los justos."
Esto refleja un aspecto común con la creencia cristiana en la concepción virginal de Jesús y su papel como el Mesías prometido.
Sin embargo, donde divergen las interpretaciones es en el concepto de la divinidad de Jesús. Mientras que los cristianos creemos en la divinidad de Jesús como el Hijo de Dios, el Islam rechaza esta noción y sostiene que Jesús es un siervo y mensajero de Dios, pero no Dios mismo. Esta diferencia teológica es fundamental en la comprensión de Jesús en ambas religiones.
El Islam enfatiza la unidad absoluta de Dios, la cual se expresa en la Shahada, la declaración de fe islámica, que proclama: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es el mensajero de Alá." La doctrina islámica del Tawhid rechaza cualquier asociación de socios con Dios, lo que incluye la idea de que Jesús sea considerado como parte de la Trinidad, como lo enseña el Cristianismo.
En Surah Al-Ma'idah 5:116 del Corán, Jesús niega haber enseñado la divinidad de sí mismo:
"Y [recuerda] cuando Dios dirá: '¡Oh Jesús, hijo de María! ¿Dijiste a la gente: 'Tomadme y a mi madre como divinidades, aparte de Dios?' Él responderá: '¡Gloria a Ti! ¡Jamás podría haber dicho algo que no tenía derecho a decir!'"
Esto refleja la perspectiva islámica de que Jesús es un siervo y mensajero de Dios, pero no una deidad.
Sin embargo, a pesar de estas diferencias teológicas, el Islam muestra un profundo respeto y amor por Jesús como uno de los grandes profetas enviados por Dios. Los musulmanes lo consideran como un modelo de rectitud, humildad y servicio a Dios. Se le atribuyen numerosos milagros en el Corán, como sanar a los enfermos y resucitar a los muertos, lo que refleja su posición especial como un signo de la omnipotencia y misericordia de Dios.
Es importante destacar que, aunque hay diferencias teológicas entre el Islam y el Cristianismo en cuanto a la figura de Jesús, es posible encontrar puntos de convergencia y respeto mutuo. Ambas religiones comparten valores fundamentales como la compasión, la justicia y el amor al prójimo, y es en estos valores donde podemos construir puentes de entendimiento y colaboración entre personas de diferentes credos.
Como cristianos, estamos llamados a amar y respetar a nuestros hermanos y hermanas musulmanes, reconociendo la dignidad y la belleza de su fe. En el Catecismo de la Iglesia Católica, se nos exhorta a buscar la unidad y la paz con todas las personas de buena voluntad, independientemente de sus creencias religiosas:
"La Iglesia católica rechaza nada de lo que es verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque sean en muchos puntos diferentes de los que ella misma sostiene y propone, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres" (Catecismo de la Iglesia Católica, 841).
Por lo tanto, como creyentes, estamos llamados a cultivar el diálogo interreligioso y la comprensión mutua, reconociendo que todos somos hijos e hijas del mismo Dios y que estamos llamados a vivir en armonía y paz unos con otros.
Autor: Padre Ignacio Andrade.
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