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¿Y los católicos somos cristianos o marianos?



¿Y los católicos somos cristianos o marianos?

La respuesta corta sería que somos ambas cosas, pero permíteme explicarte un poco más en detalle.

Como católicos, nuestra fe se basa en Cristo, quien es el centro de nuestra religión. Nos llamamos católicos y somos cristianos porque creemos en la enseñanza de Jesucristo y seguimos su camino. Él es el Hijo de Dios hecho hombre, quien nos enseñó el amor, el perdón y la salvación. Nuestra relación con Cristo es fundamental y todo en nuestra fe gira en torno a Él.

Sin embargo, cuando hablamos de ser "marianos", nos referimos al papel especial que María, la madre de Jesús, tiene en nuestra fe. María es una figura central en el catolicismo, y su papel es muy importante para nosotros. Ella fue elegida por Dios para ser la madre de Jesús, y su "sí" a Dios es un ejemplo de obediencia y humildad para todos nosotros.

La relación entre María y los católicos es muy profunda. La amamos y la veneramos como nuestra madre espiritual. La consideramos un modelo de fe y devoción. Esto se debe a que, como madre de Jesús, María tiene un lugar especial en el plan de Dios para la salvación de la humanidad. En el Evangelio de San Juan, en las bodas de Caná, vemos cómo María intercede ante su Hijo para que realice el primer milagro público (Juan 2.1-11). Este episodio muestra cómo María está atenta a nuestras necesidades y cómo Jesús escucha sus peticiones.

La devoción mariana es una parte importante de la espiritualidad católica. A través de la oración del Rosario, la celebración de fiestas marianas y la veneración de imágenes de la Virgen María, los católicos expresamos nuestro amor y respeto por ella. Sin embargo, es crucial entender que nuestra devoción a María nunca debe eclipsar nuestra devoción a Jesucristo. María siempre nos lleva a su Hijo, Jesús. Como dijo en las bodas de Caná: "Hagan lo que él les diga" (Juan 2:5). 

En este sentido somos cristianos antes que marianos, y somos marianos en función de que primeramente y sobre todas las cosas, somos cristianos.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos ofrece una guía clara sobre nuestra relación con María. En el párrafo 971, el Catecismo nos enseña que "todas las generaciones la proclamarán bienaventurada, porque el Todopoderoso ha hecho grandes cosas en ella y su nombre es santo" (cf. Lucas 1.48-49). María es una madre amorosa que intercede por nosotros ante su Hijo. Ella nos muestra el camino hacia Jesús y nos acompaña en nuestro viaje de fe.

Es importante destacar que nuestra fe en Cristo y nuestra devoción a María no son mutuamente excluyentes. De hecho, están profundamente interconectadas. María nos ayuda a comprender mejor el misterio de la Encarnación y nos anima a seguir a su Hijo con mayor fervor. Ella es un ejemplo de fe para todos nosotros y una compañera en nuestro camino hacia Dios.

Por lo tanto, como católicos, somos tanto cristianos como marianos. Nuestra fe se centra en Jesucristo, pero también honramos y amamos a María como nuestra madre espiritual. Ambos aspectos de nuestra fe están entrelazados y nos ayudan a crecer en nuestra relación con Dios.

En resumen, la fe católica es una fe cristiana, centrada en Cristo, pero enriquecida por la presencia amorosa y maternal de María. Ella nos enseña a amar a su Hijo con todo nuestro corazón y a seguir sus enseñanzas con alegría y generosidad. Que María, madre de la Iglesia, ruegue por nosotros y nos guíe siempre más cerca de Jesús, nuestro Señor y Salvador. 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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