Bueno, permíteme comenzar diciendo que no hay una respuesta simple y directa a esta pregunta, pero aquí vamos a sumergirnos en la cuestión desde un punto de vista católico y tratar de desenredarla juntos.
Primero, hablemos de las Flores de Bach. Son esencias florales creadas por el médico británico Edward Bach en la década de 1930. Según él, estas esencias tienen propiedades curativas para el bienestar emocional y mental. Ahora, ¿qué tienen que ver con las "terapias alternativas" de la "nueva era"? Bueno, ese es un término bastante amplio que abarca una variedad de prácticas, algunas de las cuales pueden estar más en línea con nuestra fe católica que otras.
Como católicos, siempre estamos llamados a discernir sabiamente y a evaluar las cosas a la luz de nuestra fe. La Iglesia no tiene una posición oficial sobre las flores de Bach específicamente, pero nos da principios que podemos aplicar para guiar nuestro discernimiento.
La primera pregunta que podríamos hacernos es si el uso de las flores de Bach está en armonía con nuestra fe católica. ¿Confiamos en Dios como nuestro sanador supremo y buscamos su voluntad en todas las áreas de nuestras vidas, incluida nuestra salud emocional? Recuerda, en la Biblia, en Santiago 5,14-15, se nos dice: "¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará".
Aquí vemos la importancia de acudir a Dios en tiempos de enfermedad y buscar la intercesión de la comunidad de fe. Ahora bien, eso no significa que no podamos buscar tratamientos médicos o terapias que puedan ayudarnos, pero siempre debemos recordar que es Dios quien tiene el poder de sanar verdaderamente.
Otra consideración importante es si las flores de Bach, o cualquier terapia alternativa, entran en conflicto con las enseñanzas de nuestra fe. La Iglesia nos enseña a evitar prácticas que impliquen superstición, espiritismo o formas de adivinación, ya que estas contradicen nuestra fe en Dios como el único y verdadero sanador.
Entonces, ¿dónde nos deja todo esto con las flores de Bach? Bueno, como mencioné antes, no hay una respuesta definitiva. Algunas personas las encuentran útiles para promover su bienestar emocional, mientras que otras pueden preferir enfoques más tradicionales o basados en la fe. Lo importante es que usemos nuestro discernimiento y busquemos la guía del Espíritu Santo en todas nuestras decisiones.
Si decides explorar las flores de Bach o cualquier otra terapia alternativa, te animo a hacerlo con prudencia y en consulta con profesionales de la salud y líderes espirituales de confianza. Mantengamos siempre nuestra fe en Dios como nuestro sanador supremo y busquemos su voluntad en todas las áreas de nuestras vidas.
Recuerda, amigo, que la fe y la razón van de la mano. Podemos aprovechar los dones que Dios nos ha dado en el mundo, incluidos los avances en la medicina y la psicología, pero siempre manteniendo nuestra confianza en Él como el verdadero sanador de nuestras almas y cuerpos.
Espero que esta charla haya sido útil para ti. Si tienes más preguntas o inquietudes, no dudes en hacérmelas saber. Estoy aquí para ti, como siempre, para caminar juntos en nuestra fe y en la búsqueda de la verdad y el bien. ¡Que Dios te bendiga abundantemente!
Autor: Padre Ignacio Andrade.
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